Capítulo 9

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—En serio te sabías todas las respuestas en historia y aparentemente todas las preguntas correctas para Informe de Batalla —dice Rhiannon, negando con la cabeza mientras esperamos en una orilla de la colchoneta de lucha tras el almuerzo, y viendo ...

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—En serio te sabías todas las respuestas en historia y aparentemente todas las preguntas correctas para Informe de Batalla —dice Rhiannon, negando con la cabeza mientras esperamos en una orilla de la colchoneta de lucha tras el almuerzo, y viendo a Ridoc y Aurelie acechándose en círculos con su ropa de pelea.

Tienen más o menos el mismo tamaño. Ridoc es un poco más pequeño, y Aurelie tiene la complexión de Mira, lo cual no me sorprende porque tiene la herencia de su padre
— Ni siquiera vas a tener que estudiar para los exámenes, ¿verdad?

—Estudié para ser escriba, Igual Vi —Me encojo de hombros, Y Violet asiente, y el chaleco que me hizo Mira brilla ligeramente con el movimiento.
Fuera de las veces en que las escamas reflejan la luz bajo la malla de camuflaje, se pierde perfectamente entre las camisas que nos dieron ayer.

Casi todos los chicos están sin camisa, porque creen que las camisas le ofrecen a su oponente algo de qué agarrarse. En lo personal, no me opongo a su lógica y simplemente disfruto la vista... Una pared está conformada en su totalidad por ventanas y puertas, todas abiertas para que entre la brisa, pero igual me muero de calor. El sudor me recorre la espalda bajo mi chaleco.

Esta tarde hay tres pelotones de cada ala, y para mi suerte, el Ala Uno envió a su tercer pelotón, el cual incluye a Jack Barlowe, que se la ha pasado lanzándome miradas mortales a dos colchonetas de distancia desde que llegué.

—Supongo que eso significa que no te preocupa la teoría —dice Rhiannon, que me observa con las cejas enarcadas.

Ella también eligió un chaleco de cuero, pero el suyo le cubre todo el pecho y se cierra sobre su cuello, dejándole los hombros descubiertos para tener más movimiento.

—¡Dejen de dar vueltas como si fueran pareja de baile y ataquen! —ordena el profesor Emetterio al otro lado de la colchoneta, donde Dain observa el encuentro de Aurelie y Ridoc con la líder ejecutiva de nuestro pelotón, Cianna.

Gracias a los dioses que Dain trae la camisa puesta, porque no necesito otra distracción cuando llegue mi turno y mucho menos Violet.

—Esto es lo que me preocupa —le digo a Rhiannon, señalando con la barbilla hacia la colchoneta.

— Diría lo mismo — dice Violet

—¿En serio? —nos mira como si no lo pudiera creer.— Pensé que, siendo un Sorrengail, serías difícil de vencer en un mano a mano.

—No exactamente. — decimos al mismo tiempo Violet y yo, A mi edad, Mira ya llevaba doce años entrenando para este tipo de combates.
Yo llevo la increíble cantidad de seis meses, lo cual no sería tan grave si no fuera tan delicada como una tacita de porcelana, pero aquí estamos.

Ridoc se lanza contra Aurelie, pero ella lo esquiva, le mete la pierna y hace que se tropiece. Él se tambalea, pero no cae, y de inmediato se da la vuelta, sacando una daga.

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