Capítulo 11: Buena noticia, no están muertos

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A Draco le gustaría decirles que tuvo una revelación profunda en la caída, que llegó a un acuerdo con su propia mortalidad, que se rió ante la muerte, etcétera, etc.

¿La verdad? Su único pensamiento era: ¡Aaaaaggghhhhh!

El río venía hacia Draco a la velocidad de un camión. El viento arrancó el aliento de sus pulmones. Rascacielos y puentes caían dentro y fuera de su visión.

A su lado Percy también gritaba por su vida.

Y luego: ¡Flaaaa – boooom!

Un centenar de burbujas. Se hundió en la oscuridad, seguramente estaba a punto de terminar atrapado en el fango y perdido para siempre.

Pero el choque contra el agua no dolió. Ahora caía lentamente, las burbujas se filtraban a través de los dedos. Se asentaron en el fondo del río sonoramente.

Percy

Fue el pensamiento que tuvo.

“El se encuentra bien, tesoro.”

Draco voltea rápido y puede ver a la misma sirena qué había visto en el lago de su mansión.

Anfitrite.

“¿Por qué..? ” Las palabras se agolparon en la garganta de Draco.

Anfitrite le sonrió y sopló unas hermosas burbujas, estas llegaron al rostro de Draco.

El rubio sentía una sensación de adormecimiento y claridad, su cuerpo vibraba y resplandecía, sin poder hacer nada se dejo hacer. Pronto se encontraba en la isla de los Malfoy en el Mar Mediterráneo.

Podía ver a su madre y padre observarlo de cerca, Draco se sentía diferente.

Era él, pero se sentía diferente.

Vio sus manos y ahogó un jadeo.

Estas eran diminutas, como las de un niño de tres años.

Draco vio de nuevo a sus padre, estos se veían más jóvenes. Por un momento dejaron de mirarlo para hablar con un encargado.

Draco pudo observar como su cuerpo de tres años gateaba hacia la orilla de la playa, sin poder hacer nada.

Podía sentir la arena en sus manos.

El Draco de tres años se paró en sus dos pies y siguió avanzando. Sus pies pronto tocaron el agua, luego sus manos. Pero antes de caer por completo su cuerpo hacia el esta, alguien lo tomó en brazos.

Al alzar la cabeza pudo ver a Anfitrite.

Esta le sonreía muy feliz.

El pequeño soltó una carcajada.

Draco estaba desconcertado.

Pronto sus padre estaban junto a él también, se veían aliviados luego de examinarlo.

Su madre hablaba con la Diosa. No pudo escuchar mucho ya que su padre se encargó de hacerlo dormir.


Draco volvió en sí. Algo aturdido miró interrogante a la sirena qué le sonreía con calma.

Tu madre se encargará de contarte todo, pero quiero que sepas que yo también estaré para ti cuando me necesites. Eres mi hijo, aunque no lleves mi sangre. Tú, mi caracola de mar, tienes mi bendición y quiero que la uses con sabiduría. No te pierdas tratando de complacer a otros.

Tú serás grande, lo sé. Pero antes, ayuda al muchacho. No es muy de mi agrado, pero sé que lograrán la paz entre mi esposo y Zeus. Recuerda: “una Anfitrite falsa, una Anfitrite real”. Y cuando lo descubras, toma tu decisión, y si el chico sigue indeciso, has lo mejor para ti, mi caracola. Agradecele por la cabeza de medusa.” lo último lo dijo con un guiño.

Draco abrió los ojos de golpe.

¿Qué había sido eso?

¿Un recuerdo?

¿Desde cuándo conoce a Anfitrite?

¿Qué habían hablado ella y su madre?

¿Quién era la Anfitrite falsa?

Y ¿Percy?

El primer descubrimiento: Se dio cuenta de que estaban vivos, lo cual era bueno.

Segundo descubrimiento: No estaba mojado.

Quiero decir, podía sentir la humedad del agua. Pero cuando tocaba su camiseta, se sentía perfectamente seca.

Supone que es la bendición de Anfitrite.

Percy estaba a su lado.

Draco se para en el profundo y resbaladizo fango. Le temblaban las piernas.

Sus manos estaban temblorosas. Debería estar muerto. El hecho de no estarlo parecía… bueno, mágico.

Le da las gracias a Anfitrite por no dejarlo morir.

¿Draco también podría hablar bajo el agua?

Hace el intento.

“Percy es un idiota.”

Sale algo amortiguado.

Lo única cosa que sabe es que habían tenido algo de suerte minutos antes. Contra una cosa como Quimera, nunca hubieran tenido una oportunidad. Esas pobres personas en el Arco probablemente habían sido calcinadas.

No era un héroe.

Pero no sentía bien el a verlos dejado ahí.

Lugeo la revelación de Anfitrite.

Fump, fump, fump. Algo en el río pasaba sobre ellos, arremolinando el agua alrededor.

“Percy, toma la espada. Tu padre cree en ti.”

Draco se sobresalta al oír una voz. Sus palabras parecían venir de todos lados, irrumpiendo en el agua como el sonar de un delfín.

“¿Dónde estás?” llamó Percy fuertemente.

Luego, entre la penumbra había una mujer del color del agua, un fantasma en la corriente, flotando justo sobre la espada de Percy.


“¿Mamá?” la voz de Percy salió rota, Draco rápidamente volteo a verlo.

“No pequeño, sólo una mensajera, aunque no tan desesperada como la esperanza de tu madre. Ve a la playa en Santa Mónica.”

“¿Qué?”

“Es la voluntad de tu padre. Antes de que desciendas al Inframundo, debes ir a Santa Mónica. Por favor, Percy, no puedo quedarme mucho. Este río es demasiado débil para mi presencia.”

“Pero… ¿Quién…? ¿Cómo es que tu…?”

“No me puedo quedar, valiente.” dijo la mujer. Se acercó a Percy, y rozó su rostro como una caricia. “¡Debes ir a Santa Mónica! Y Percy, no confíes en los dones…”

“Y tú, pequeño, recuerda lo que dijo la Diosa Anfitrite.”

Su voz se apagó.

“¿Dones?” Preguntó Percy “¿Qué dones? ¡Espera!”

Hizo un intento más por hablar, pero no había sonido. Su imagen se disolvió.

Draco pensó.

Guiar a Percy.

Encontrar a la Anfitrite falsa.

Draco sentía que se ahogaba. El único problema: era inmune a ahogarse por lo visto.

Percy tomó a Contracorriente.

Draco revisó su anillo, lo bueno es que este siempre regresará a su dedo.

Percy tomó su espada, y guardó la pluma en su bolsillo. “Gracias, Padre” dije este.

A continuación, se decidieron del lodo y nadaron hacia la superficie.

Draco salió a la superficie junto a Percy.

A una calle, cada ambulancia (Percy había dicho) estaba rodeando el Arco. Helicópteros (según mencionó Percy) de la policía(como los Aurores) sobrevolaban la zona. Había una multitud de espectadores.

Una muggle pequeña dijo “¡Mama! Esos chicos salieron del agua.”

“Que bien cariño” dijo su madre, giró su cuello para ver las las ambulancias.

“¡Pero están secos!”

“Que bien, cariño.”

Una chica hablaba para la cámara “Probablemente no es un ataque terrorista, nos dijeron, pero aun es muy pronto en la investigación. El daño, como pueden ver, es muy serio. Estamos tratando de llegar a alguno de los supervivientes, para cuestionarlos acerca de los reportes de testigos que vieron a dos personas caer del Arco.”

Supervivientes.

Draco sintió una especie de alivio. Quizá el policía del parque y esa familia lograron salvarse.

Draco siguió a Percy entre la multitud.

“… Dos adolescente.” Decía otro chico “El canal cinco sabe que las cámaras de vigilancia muestran a dos chicos enloqueciendo en el piso de observación, de algún modo provocando esta extraña explosión. Difícil de creer, John, pero es lo que hemos escuchado. De nuevo, no hay muertes confirmadas…”

Guiar a Percy.

Draco agarró de la mano a Percy y corrió lejos de esa área con la cabeza gacha.

Es como si actuara en automático.

Tenían que salir rápido, sabe que están en problemas.

Los oficiales uniformados y tipos qué hablaban a la cámara estaban por todos lados.

Tenían que salir rápido, Percy dijo algo de encontrar a Grover y Annabeth hasta que una voz familiar llamó “¡Perrrcy! ¡Drrraco!”

Draco giró junto a Percy y fueron abordados por el abrazo de Grover  –o abrazo de cabra. Dijo “Pensamos que habían ido hasta Hades, de la manera difícil.”

Annabeth se colocó tras ellos, tratando de parecer molesta, pero parecía que estaba tratando de verlos. “¡No podemos dejarlos solos ni cinco minutos! ¿Qué pasó?”

No había tiempo de hablar, debían estar a salvo.

“Una especie de derrumbe.” habló Percy.

“¿Seiscientos treinta pies?”

Tras ellos, un policía gritó “¡Abran paso!” La multitud se hizo a un lado, y un par de paramédicos pasaron, llevando a una mujer en una camilla. Draco la reconoció de inmediato, como la madre del niño pequeño que estaba en el piso de observación. Ella decía “Y luego ese enorme perro, ese gran chihuahua escupe fuego…”

“Está bien, señora.” dijo el paramédico “Sólo cálmese. Su familia está bien. El medicamento está haciendo efecto.”

“¡No estoy loca! Los chicos saltaron en el hueco y el monstruo desapareció.” Luego ella los miró “¡Allí están! ¡Son los chicos!”

Draco giró rápidamente y llevó a Percy lejos de la multitud, rápidamente Annabeth y Grover fueron tras ellos.

Desapareciendo entre la multitud.

“¿Qué está pasando?” Exigió Annabeth “¿Acaso hablaba del chihuahua del elevador?”

Una vez que Draco se tranquiliza, porque no se había dado cuenta que en todo este tiempo no pensaba, solo actuaba. Instinto.

Percy les contó toda la historia acerca de Quimera, de Equidna, nuestro arriesgado acto, y el mensaje bajo el agua de aquella dama.

Annabeth le devuelve su mochila a Draco.

Sangre y trueno: La sombra del Olimpo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora