Capítulo 4: ¿Celos?

252 32 0
                                    

Lara García

Estábamos en el coche de camino a cenar juntos. Todavía no sabía dónde me iba a llevar, ni siquiera sabía si me iba a llevar a ningún lado porque seguía con el ceño fruncido incluso minutos después de salir del vestuario. 

Yo no estaba muy arreglada como para ir a cenar fuera, llevaba una camiseta del Barça, en concreto la de Pedri, y también llevaba unos pantalones negros vaqueros básicos anchos. Tampoco estaba preparada para ir a cenar por ahí y que los paparazzi estuviesen intimidándonos en todo momento. Tenía muchas dudas y no me iba a quedar con ellas, así que decidí hablar.

—¿A dónde me estás llevando? —pregunto intentando que por lo menos le salga una sonrisa al hablar conmigo, pero nada, sus expresiones seguían siendo las mismas. 

No respondió ni cambió su expresión y a mí me estaba poniendo de los nervios. Bastante que había hecho el esfuerzo en venir al partido y ponerme su camiseta, que no me gustaba ser el centro de atención, porque sabía que esto formaría mucho revuelo. 

 —¿Se puede saber que te pasa? —alzo la voz un poco más de lo debido por la mala ostia que me estaba poniendo. Escucho como resopla poniéndome aún más histérica.

—Nada. —contesta seco a mi pregunta. —¿Qué me va a pasar?

Comentó bastante tranquilo. Tenía aires de superioridad y eso me enervaba la sangre después de la actitud que había tenido. Se había convertido en algo que no era, o por lo menos que yo no había visto antes. 

—No lo sé. —digo molesta. —Como estás molesto y ni me diriges la palabra. 

Acabé diciendo de mala leche hasta el punto de subir bastante el tono de voz, pero ya me daba igual, no me importaba como de mal estuviese hablándole, quería explicaciones. 

—No me pasa nada. —zanja el tema. 

Veo como gira dirección a casa, vamos, que lo de que me llevaba a cenar por ahí era completamente mentira. O había cambiado de idea en el camino. Yo resoplé molesta, pero pareció no importarle lo más mínimo porque no me hizo ni caso.

Cogí mi teléfono y me puse a mirar las redes sociales. Últimamente no paraban de llegarme solicitudes de seguimiento en Instagram que no pensaba para nada aceptar. No entraba en mis planes hacerme personaje público hasta que las críticas de la gente me dejaran de afectar, porque sí, a mí me afecta demasiado lo que los demás opinen de mí.    

La mayoría de las páginas de Instagram de cotilleos estaban llenas con fotos mías y de Pedri diciendo que teníamos una relación secreta y que yo le puse los cuernos a Fernando con él. Obviamente todo eso era mentira, la gente solo sabe inventar y más las fans locas de Pedri que solo saben meterse en su vida privada.

—¿Has visto que salimos en todos lados? —me cambia de tema y veo como está más tranquilo.

¿Os había dicho lo atractivo que me parece este hombre conduciendo? 

Desvió su vista de la carretera para centrarla en mí, para mirarme a los ojos y dedicarme una leve sonrisa. Su expresión había cambiado, parecía estar arrepentido. Su mano izquierda estaba puesta en el volante y su mano derecha se posicionó en mi muslo izquierdo poniéndome un poco nerviosa. Él intentaba tranquilizarme porque sabía lo mucho que me afectaba salir en redes sociales y le agradecía el gesto.

—Ya sabes que no te tiene que afectar nada de lo que digan. —me dice volviendo a centrar su mirada en la carretera oscura.

Yo solo asentí a la vez que apoyaba mi cabeza en la ventanilla. Estaba bastante cansada por todo en general, no tenía apenas ganas de nada. Deseaba llegar a casa para poder acostarme en mi habitación y poder refugiarme en algún libro bonito de romance para poder sentir lo que es el amor de verdad hasta que me lo demuestren. 

A lo mejor os parece que estoy loca, pero los libros me han sanado muchas heridas. Me encantaría vivir un romance como el de los libros, es como mi sueño frustrado. 

—Hoy no saldremos a cenar fuera. —rompe el silencio mirándome de nuevo a los ojos. —Pero cenaremos juntos y veremos una película juntos. Hoy eliges tú.  

—Me parece un plan perfecto. —respondo con una sonrisa. —Pero antes quiero hablar contigo una cosa. 

Él asintió cómo dándome a entender que me estaba escuchando, así que yo procedí a hablar.

—¿Por qué te pones celoso cuando hablan de tu hermano? —pregunto con curiosidad. La pregunta le pilla por sorpresa completamente. 

Veía como se reía mientas me miraba de reojo. Sabía que ese tema no le gustaba nada, pero quería arriesgarme. Soy totalmente sincera, me pone demasiado que se ponga celoso, es como que le pertenezco, al mismísimo Pedri González.  

—No me pongo celoso, bambi. —me comenta con voz ronca y posicionando de nuevo su mano derecha en una de mis piernas.

 La tensión se estaba haciendo cada vez más notable, podría cortarla con un cuchillo perfectamente.

—Bueno, pues entonces no te importará que quede algún día de estos con él. —le intento picar y lo consigo a la perfección al ver como frunce el ceño de inmediato. 

—No lo harás. —dice super serio.

—No es asunto tuyo. —me giro a mirarle y él hace lo mismo. 

—Tú eres asunto mío.

Sentí como mis piernas temblaban y mis bragas se mojaban por su puta respuesta. ¿Pedri González estaba confirmando que era totalmente suya a pesar de ser la ex novia de su hermano?







Holaa solo vengo a decir por aquí que muchas gracias a todos por el apoyo que estoy recibiendo muchísimas gracias. También quería decir que estoy escribiendo los próximos cuatro capítulos que serán publicados en pocos días.

Nos leemos<3

Demuéstrame amor | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora