•~INFIELES~•

09 (FyodorxNikolai)

Hace aproximadamente dos años, Nikolai Gógol, un joven de 21 años con una apariencia que desafiaba las normas de la belleza convencional, recibió una propuesta de trabajo que marcaría un giro en su carrera: convertirse en modelo para la renombrada empresa de moda, Mafia Mystique. Desde la infancia, había sido un ferviente admirador de la marca; sus diseños audaces y vanguardistas, que rompían con lo tradicional, lo habían cautivado. Cada colección era un reflejo de su propia personalidad: atrevida y única. Sin embargo, su trayectoria previa en el mundo del modelaje había sido todo menos satisfactoria. Había trabajado para varias empresas pequeñas, pero esas experiencias estaban plagadas de decepciones. Los salarios eran irrisorios y no correspondían al esfuerzo que ponía; las prendas que le ofrecían eran poco inspiradoras y, en ocasiones, hasta ridículas; y el trato hacia él era, en el mejor de los casos, indiferente. Por estas razones, cada vez que se encontraba en la necesidad de renunciar, lo hacía con un profundo sentimiento de frustración.

La mañana del día siguiente a la oferta fue un torbellino de emociones. Nikolai se preparó con esmero para su entrevista; eligió cuidadosamente su atuendo: una camiseta sencilla pero elegante que realzaba su figura delgada y unos pantalones oscuros que acentuaban su estilo personal. Su larga trenza blanca caía sobre su hombro como una declaración de su singularidad. Al llegar a las oficinas de Mafia Mystique, se sintió abrumado por la atmósfera creativa que impregnaba el lugar; las paredes estaban adornadas con bocetos vibrantes y fotografías impactantes de pasarelas pasadas.

Fue recibido por Mori, el director creativo de la marca, cuya mirada penetrante parecía evaluar cada detalle de Nikolai. En cuestión de minutos, Mori quedó fascinado por su belleza inusual y su presencia carismática. Nikolai tenía algo especial: una mezcla intrigante entre la inocencia juguetona de un niño y la seriedad profesional de un joven decidido a dejar huella en el mundo del modelaje. Mori no tardó en tomar una decisión; le ofreció el trabajo al instante. La emoción invadió a Nikolai cuando escuchó esas palabras mágicas.

Mori le explicó que comenzaría oficialmente en una semana, pero antes debía realizar unas prácticas para comprender el funcionamiento interno de la empresa. Durante esa semana inicial, Nikolai exploraría todas las áreas: desde el diseño hasta la producción y el marketing. Cada día era una nueva aventura; aprendía sobre telas exóticas y técnicas innovadoras mientras se empapaba del espíritu creativo que caracterizaba a Mafia Mystique. Conoció a diseñadores apasionados que hablaban con fervor sobre sus inspiraciones y modelos experimentados que compartían anécdotas sobre sus propias trayectorias.

Entre los diseñadores estaba Atsushi, quien destacaba por su enorme creatividad que competía con la de su jefe Mori. Desde su primer encuentro, Atsushi y Nikolai compartieron opiniones sobre la ropa y sus carreras, descubriendo intereses comunes que establecieron rápidamente una buena relación amistosa. Se sentaron juntos durante las pausas para almorzar, intercambiando ideas sobre los últimos trends en moda y sus aspiraciones personales. La conexión fue instantánea; ambos soñaban con llevar sus carreras más allá del modelaje y del diseño convencional.

Después de esa conversación reveladora con Atsushi, Nikolai se despidió para continuar explorando otras áreas de la empresa. Tenía mucho por aprender y estaba ansioso por descubrir más sobre Mafia Mystique. Ahora debía conocer el área de ventas, donde tuvo un encuentro inesperado con Fyodor Dostoyevski, un joven de 22 años con cabellos negros largos que le rozaban los hombros y ojos morados que parecían contener un universo entero.

Cuando Nikolai lo vio por primera vez, quedó flechado por aquella mirada intensa cargada de misterio. Fyodor solo le dio una suave sonrisa mientras se presentaba.

-Mucho gusto, soy Fyodor Dostoyevski -dijo con un tono tranquilo pero cautivador.

Aún nervioso por el encuentro inesperado con alguien tan carismático como Fyodor, Nikolai respondió entre titubeos: