FLORES

102 20 3
                                    

Eddie era el tipo de persona que regalaba flores en una ocasión especial, no podía decir que a todas sus novias porque claramente no había tenido muchas de esas, pero su padre le enseñó que era algo que un hombre hacía por su pareja, a ellas les encantaban las flores.

Era tonto, Eddie había conocido a muchas mujeres a las que no les gustaba recibir flores, era lo que te gustaba simplemente por ser tú, no por ser hombre o mujer, pero le llevó tiempo aprenderlo.

Buck por supuesto, era el tipo de persona que merecía todas las malditas flores del mundo. Nunca se lo había dicho explícitamente, pero sabía que Buck adoraba esos pequeños detalles. Igual que él, siempre era el que daba las flores en vez de recibirlas.

Cuando se hicieron novios, a Eddie le costó un poco de trabajo entender que aunque no fuera mujer, Buck se merecía todos esos pequeños detalles. Fue una idea difícil de llevar a cabo con todos los prejuicios que le habían inculcado.

Pero un día simplemente vio este enorme ramo de girasoles —claro que debían ser girasoles, le recordaban demasiado a su novio— y simplemente supo que debía comprarlos.

—Es una chica afortunada —dijo el señor que los estaba vendiendo.

Eddie se sonrojó, pero respondió sin dudar —Chico.

El señor hizo una pausa por un momento, se encogió de hombros y agregó —Supongo que es afortunado.

Y ya, como si no fuera la gran cosa.

Que no era, pero había gente que no lo entendía.

Cómo sea, jamás olvidaría la cara de Buck cuando le llevó el ramo.

—¿Para mí? —preguntó como si no pudiera creer que alguien estuviera dispuesto a darle flores.

Eddie asintió, no estaba avergonzado, pero se sentía nervioso. La cara de Buck se iluminó como un árbol de navidad y no dejó de sonreír durante todo el día, era lo más adorable que había visto. Por supuesto, las presumió en todos lados e incluso le llamó a Maddie para contarle.

No lo iba a negar, el ego de Eddie como buen novio subió bastante. Sabía que no era la primera vez que alguien le regalaba flores a su novio, había crecido en un lugar un poco más liberal, pero la forma que reaccionaba parecía la primera vez. Eddie quería seguir viendo esa sonrisa toda la vida.

Así que le empezó a llevar flores, al principio no estaba seguro porque no quería que la intención se perdiera, pero Buck seguía sonriendo como la primera vez. Eran distintos tipos de flores, luego agregó tarjetas en dónde le recordaba lo especial y amado que era.

Así que sí, se volvió una tradición.

Sin embargo, Eddie nunca esperó ser el que las recibiera.

No le gustaba hacer gran alboroto por su cumpleaños, mientras estuvieran Chris y Buck con él estaba bien, eso era todo lo que necesitaba. Sin embargo, a pesar de que solo iban a estar los tres Buck decidió decorar la casa y hacer una comida elegante, para eso obviamente tuvo que salir a hacer las compras y Eddie se quedó con instrucciones estrictas de relajarse —Chris era su "guardián"— y tenía la increíble misión de que siguiera las instrucciones.

Rodó los ojos ante el dramatismo de sus chicos, pero realmente se sentía muy bien el ser mimado. No quería admitirlo del todo —de cualquier manera probablemente todos lo supieran—, pero a veces simplemente no quieres ser cuidador y quieres ser cuidado, a veces simplemente necesitas un día para ti. Aunque eso había sido más frecuente desde que se hizo novio de Buck.

Entonces Eddie hizo lo que le dijeron, mientras Chris preparaba algunas otras cosas en la cocina —no se podía acercar ahí—, mientras holgazaneaba en el sofá escuchó las llaves anunciando la llegada de Buck, sonrió instantáneamente, pero la sonrisa murió cuando vio el increíble ramo de rosas que llevaba. ¿Quién demonios le había dado esas flores y por qué las había aceptado?

Antes de que pudiera abrir la boca para hacer precisamente esas preguntas, Buck lo miró con una gran sonrisa, se acercó lentamente porque el ramo era bastante grande, luego con un gesto tímido se las tendió —Feliz cumpleaños.

Eddie se quedó mirando las flores y luego a su novio, sin entender por completo de que se trataba.

—¿Sabías que las rosas rojas son un símbolo de amor, pasión y belleza? —empezó a decir Buck totalmente nervioso, y Eddie habría estado encantado si su cerebro hubiera funcionado—. Cuando las vi no pude evitar pensar en ti, claro, por lo que simbolizan, pero también porque eres como las rosas, tienes tus espinas para protegerte, pero eres hermoso con ellas.

Era lo más cursi y lo más lindo que le habían dicho.

—¿Son para mí? —preguntó como un idiota.

Buck asintió —¿Por qué solo uno de nosotros puede recibir flores?

Eddie jamás había recibido flores, las tomó con cuidado, ni siquiera podía empezar a explicar el sentimiento cálido y nostálgico que le produjo —Son hermosas.

—Como tú —dijo Buck con una sonrisa cariñosa—. También te mereces tantas flores como sea posible.

—Y-yo, gracias —murmuró Eddie sin saber que más decir y con un nudo en la garganta. No estaba seguro si las merecía, pero Buck parecía creer que sí.

No hace falta decir que de repente era Eddie el que recibía flores todo el tiempo y empezó a creer que las merecía.

FLUFFTOBER 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora