FLUFFTOBER 2024

RECETAS QUEMADAS

Todo esto empezó porque Eddie quería ser un buen novio, quería devolverle a Buck un poco de lo que hacía por él y por Chris.

Intentó que fuera una sorpresa, incluso hasta le había pedido un par de clases a Bobby para que todo saliera bien. No es que de hecho hubiera salido todo perfecto durante esas clases, pero se hacía el intento.

Como todos sabían —gracias a la amable intervención de sus chicos— Eddie no era un gran cocinero, no es que fuera terrible, hubo un tiempo en donde había mantenido nutrido a su hijo el solo, gracias. Es solo que, tampoco era muy bueno.

Podía cocinar lo básico, unos nuggets con papas, un poco de atún, sandwiches, ese tipo de cosas, pero desde que había entrado a la 118 ya casi todo se trataba de comidas muy elaboradas. Bobby cocinaba para el equipo y repartía las sobras para todos, Eddie siempre era un héroe cuando llegaba con esa deliciosa comida.

Luego, cuando Buck y él se unieron más, era Buck el que cocinaba para ellos, siempre con el pretexto de que quería probar una nueva receta, pero salía demasiada comida y no se la podría terminar solo. Eddie siempre asentía como si tuviera perfecto sentido y lo ayudaba a cocinar, bueno, ayudaba a lavar las cosas que había ocupado. Chris siempre era el perfecto juez en esas comidas y Buck siempre se iluminaba cuando recibía sus cumplidos.

De cualquier manera, Eddie había querido cocinar uno de los platillos preferidos de su novio ya que Chris iba a pasar la noche con Hen y quería celebrar que ya llevaban oficialmente seis meses de relación, —los seis meses más increíbles de su vida, si le preguntas a él—, claro que desde que lo conoció, su vida cambió para mejor, pero ahora aparte de todo podía besarlo y tocarlo todo lo que quisiera, se despertaba a su lado y ya jamás se iría.

Solo que las cosas no resultaron como lo esperaba.

Las clases con Bobby no habían sido perfectas, pero nada se había quemado, ahora, haciéndolo él solo, intentaba disipar el humo antes de que activara su alarma, ya que si lo hacía enviaría una alerta automática al 911 y sus amigos jamás le dejarían olvidar esto. El bombero casi quema su casa, muy gracioso.

—¡Joder! —masculló frustrado consigo mismo.

La receta se veía hecha un desastre, estaba carbonizada de los lados y le seguía saliendo humo. Sí, definitivamente no era para nada comestible.

Cuando el sartén por fin dejó de humear intentó ver si había algo rescatable —no había—, fue a su refrigerador para ver si podía cocinar otra cosa, pero en realidad no sabía que hacer con los ingredientes, el tiempo estaba encima y Eddie iba a tener que enfrentar el fracaso. Por lo menos tenía cerveza y helado.

Ni siquiera diez minutos después se escuchó a Buck abriendo la puerta.

—¡Ya estoy de vuelta! —gritó Buck con entusiasmo.

Eddie maldijo, ni siquiera una pequeña sorpresa era capaz de hacer para su novio.

—¿Lo que huelo es humo? —preguntó Buck, su voz se escuchaba más cerca y también un poco conmocionada —¡¿Eddie?!

La puerta de la cocina se abrió sin darle tiempo de nada, Buck tenía el pánico reflejado en sus hermosos ojos azules, cuando vio a Eddie pareció atenuarse un poco. —¿Qué es lo que pasó?

¿Cómo le decía Eddie que era un completo fracaso?

Bueno, tal vez no tenía que decir nada, el desastre detrás de él lo decía por sí mismo. Buck meditó un momento y pudo ver el momento en que entendió lo que había pasado. Eddie suspiró.

—¿Intentaste cocinar? —dijo con la comisura de su boca levantándose.

Eddie se sonrojó —Quería hacer tu platillo favorito por nuestro aniversario.

Buck le sonrió brillantemente, le dio una mirada divertida —Oh Eddie.

Eddie se pasó una mano por el cabello —Tienes todo el derecho a reírte, soy un completo fracaso —su tono salió más amargo de lo que pretendía.

Su novio cerró la distancia que los separaba, su tono de voz serio —No, no digas eso.

—Mira nada más el desastre.

—Cariño, no. No me estoy burlando, es solo —su postura se volvió tímida de repente—. Nunca nadie se había tomado la molestia de cocinar mi platillo favorito, era demasiada molestia.

Eddie no está seguro si siguen hablando de cocina, pero de todos modos agrega —Son unos idiotas.

Buck le volvió a sonreír —Te amo mucho, gracias por intentarlo.

—Te amo, pero ahora no hay cena —dijo Eddie.

—Podemos pedir pizza, no importa. Solo quiero estar con mi persona favorita.

Y bueno, al final de cuentas ¿qué importaba una cena quemada si tienes contigo al amor de tu vida?