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El limbo era un lugar extraño, donde las sombras se retorcían y danzaban en la penumbra, reflejando la confusión y la tristeza que ____ sentía en lo más profundo de su ser. A pesar de su ausencia de control, podía sentir la esencia del lugar; la bruja, su captora, había tejido un laberinto de ilusiones y oscuros secretos a su alrededor.

____ se encontraba sentada en el suelo, rodeada de fragmentos de recuerdos que flotaban a su alrededor, ecos de su infancia. Con cada imagen que pasaba, recordaba el primer trato que había hecho con la bruja, un pacto hecho en un momento de desesperación cuando solo era una niña. La bruja había prometido darle poder, seguridad, y un camino para convertirse en la persona fuerte que tanto anhelaba ser. A cambio, le había pedido una pequeña parte de su esencia, un pequeño sacrificio que ella no entendía completamente en ese entonces.

Pero había un segundo trato, uno que había hecho años después, después de conocer a Kid y darse cuenta de lo que significaba realmente el amor. La bruja le ofreció una forma de estar cerca de él, tras el ataque de tener una segunda oportunidad de vivir, pero con un precio mucho más alto. La promesa de una segunda oportunidad de vivir significaba que su alma podría estar en riesgo, un concepto que ella había aceptado sin pensar en las consecuencias.

Mientras las memorias la atormentaban, la bruja apareció ante ella, su figura oscura y alargada reflejando cada miedo y anhelo que ____ había sentido. Su voz era un susurro, suave pero con un tono de advertencia.

—Te he dado poder, pequeña. Y ahora, te he traído a este lugar. Aquí, estarás a salvo de todo, pero siempre bajo mi sombra —dijo la bruja, sus ojos brillando con una luz maligna—. Solo tienes que aceptar mi control, y podrás vivir en paz.

____ se puso de pie, su determinación avivándose en su pecho. —No quiero tu paz, ni tu control. Quiero mi libertad.

La bruja sonrió, como si su lucha fuera un juego. —¿Libertad? ¿Acaso crees que puedes escapar de mí? Has hecho tratos conmigo, y siempre habrá un precio que pagar.

—¡Lo sé! —gritó ____, la rabia surgiendo de su interior—. Pero no voy a permitir que me quites lo que he ganado. No más.

Con esas palabras, se sintió poderosa, aunque no tuviera un meister a su lado. Un resplandor comenzó a emanar de su cuerpo, un poder que había estado latente en ella desde el primer trato. Las sombras comenzaron a arremolinarse a su alrededor, mientras se preparaba para enfrentar a la bruja en una batalla por su alma.

—Entonces, que comience la lucha —dijo la bruja, alzando una mano y liberando una ola de energía oscura hacia ____.

La joven esquivó con agilidad, utilizando el poder que la bruja había despertado en ella para atacar con una ráfaga de energía brillante. La bruja se rió, con una risa fría que resonó en el limbo. —Crees que puedes ganarme en mi propio dominio. Muy valiente de tu parte, pero...

Las sombras comenzaron a atacar a ____, intentando envolverla en una prisión de oscuridad. Pero con cada golpe, cada avance que hacía la bruja, ____ encontraba la fuerza para resistir. En su interior, el amor que sentía por Kid brillaba con fuerza, guiándola y alimentando su determinación.

—¡No te tengo miedo! —gritó mientras lanzaba un nuevo ataque, esta vez con más fuerza. La energía chispeante que emanaba de ella iluminó el espacio, creando destellos en la oscuridad.

Pero la bruja no iba a rendirse tan fácilmente. Con un movimiento de su mano, conjuró una tormenta de sombras que se abalanzaron sobre ____ como una ola, cerrándose lentamente. La batalla se intensificaba, y cada segundo que pasaba, ____ sabía que se estaba jugando más que su libertad; se estaba jugando su alma.

La confrontación se tornó más feroz, y mientras la bruja se reía, ____ sintió que su energía comenzaba a flaquear. La oscuridad se acercaba más y más, y la presión se sentía abrumadora. Con cada intento de resistir, la voz de la bruja resonaba en su mente, susurrándole que todo estaba perdido.

____ no iba a rendirse. Con el corazón latiendo fuerte, recordó los momentos con Kid, las risas, las promesas y la conexión que habían construido. La luz que había compartido con él le dio el impulso que necesitaba para seguir luchando.

—¡No voy a dejar que ganes! —gritó una vez más, levantando la mano y canalizando todo su poder

Pero en ese momento crucial, la bruja también intensificó su magia, y el limbo estalló en un espectáculo de luces y sombras, todo girando y colisionando. La batalla no había llegado a su fin, pero el destino de ____ pendía de un hilo, y la línea entre la victoria y la derrota se desdibujaba.

La oscuridad se abalanzó sobre ella una vez más, y todo se volvió negro.

Simetría [Death The Kid]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora