Extra #4

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El sol brillaba a través de las ventanas de la casa de ____ mientras ella disfrutaba de un momento de tranquilidad. Con el embarazo ya avanzado, se sentía más en paz con el mundo que nunca. Había aprendido a apreciar las pequeñas cosas: el suave movimiento del bebé dentro de ella, el sonido de los pájaros afuera y el aroma del café recién hecho. Se acomodó en el sofá con una manta ligera y un libro en la mano, sintiendo que el tiempo pasaba lentamente.

De repente, el sonido de la puerta principal abriéndose rompió el silencio. No era extraño que Kid llegara a casa en un momento inesperado, pero esta vez su voz resonaba en la entrada, llena de emoción.

—¡____! ¡Estoy en casa! —gritó, su tono vibrante era un indicativo de que algo grande había sucedido.

Curiosa, ____ dejó el libro a un lado y se levantó, sintiendo una oleada de energía a medida que se acercaba a la entrada. Cuando llegó, se encontró con una visión que la hizo reír y soltar un suspiro de incredulidad.

Kid estaba de pie en la entrada, rodeado de una montaña de cajas y bolsas de diversos tamaños y colores. Parecía que había estado en una especie de maratón de compras, y su expresión estaba llena de orgullo.

—¿Qué es todo esto? —preguntó ella, tratando de ocultar su sorpresa.

—Sorpresa! —respondió Kid, con una amplia sonrisa. —He estado comprando cosas para el bebé. ¡Quería que tuvieras todo lo que necesitaras!

____ no podía dejar de reír mientras veía a Kid luchando para equilibrar varias bolsas que amenazaban con caer. Su corazón se llenó de amor por él; era increíble cómo había asumido la paternidad con tanta dedicación.

—Pero... ¡son tantas cosas! —dijo, mirando a su alrededor. —No sabemos ni el género...

—¡Exacto! Por eso compré ropa neutra. Mira esto —dijo, mientras abría una de las bolsas, revelando un conjunto de pijamas amarillos y verdes. Había camisetas de rayas y pantalones cómodos, cada uno más adorable que el anterior. —No importa si es niño o niña; quería asegurarme de que tuviéramos opciones.

Algunas de las bolsas eran de marcas costosas, y Kid continuó sacando ropa que parecía sacada de una revista de moda infantil. ____ estaba asombrada por su atención al detalle. Luego, Kid hizo un gesto hacia la puerta.

—¡Y hay más! —anunció con entusiasmo, haciendo una pausa dramática.

En ese momento, Liz y Patty, junto con Soul, Maka, Tsubaki y Black Star, entraron en la casa, todos luchando por cargar bolsas. La escena era casi cómica: Soul llevaba una caja grande, mientras que Maka y Tsubaki llevaban un par de cestas llenas de juguetes.

—¡Kid! ¡No te olvides de los artículos más grandes! —gritó Black Star, mientras Liz trataba de ayudarlo a ajustar el equilibrio de una cuna en el suelo.

____ se quedó mirando, sin palabras, mientras sus amigos se desbordaban de entusiasmo.

—No podía resistirme a la idea de que el bebé tuviera una cuna cómoda y un carrito, así que compré lo mejor que pude encontrar —dijo Kid, sonriendo de oreja a oreja—. Pero parece que el carrito no cabía por la puerta, así que... bueno, aquí estamos.

—No puedo creer que hayas comprado todo esto solo —dijo ____ con ternura, sintiendo el calor en su corazón. —Eres increíble, Kid.

Las sonrisas se extendieron entre el grupo mientras todos comenzaron a colocar las bolsas y cajas en el salón. Cada uno de ellos compartía historias y risas, creando un ambiente cálido y familiar que ____ había deseado.

—¿De verdad compraste un carrito y una cuna? —preguntó Maka, mientras ayudaba a desenredar un par de mantas de la bolsa.

—Y esto —dijo Kid, señalando una caja en particular—, es una silla mecedora. No sabía si era necesaria, pero pensé que podría ser un buen lugar para pasar tiempo con el bebé.

Mientras todos ayudaban a organizar y desplegar las compras, ____ se sintió abrumada por el amor y el apoyo que la rodeaba. Era más de lo que había imaginado; en su mente, la imagen de su futura familia se estaba formando, llena de risas, caos y, sobre todo, amor.

—¿Podemos abrir una de las bolsas? —sugirió Patty, su rostro iluminado por la emoción.

—¡Por supuesto! —exclamó Kid, y pronto, todos se reunieron alrededor de la primera bolsa, ansiosos por descubrir los tesoros que había traído.

La casa se llenó de risas y charlas mientras exploraban cada nuevo artículo, cada pequeña prenda que Kid había elegido con tanto esmero. ____ miró a su alrededor, sintiendo una profunda gratitud. Cada uno de sus amigos estaba ahí, apoyándolos en esta nueva aventura, y al mismo tiempo, Kid había demostrado ser el compañero perfecto.

Al llegar la noche, la luna brillaba suavemente a través de las cortinas, creando un ambiente sereno en la habitación. ____ se encontraba profundamente dormida, acurrucada entre las mantas, con una expresión de paz en su rostro. Su barriguita, ya prominente, se movía sutilmente mientras el bebé dentro de ella se movía, como si también disfrutara de los suaves sueños.

Kid, que había estado en la sala revisando los regalos que habían recibido, decidió que era el momento perfecto para acercarse a su amada y hablar con el pequeño que pronto llegaría a sus vidas. Se deslizó silenciosamente a la habitación, asegurándose de no hacer ruido, y se sentó en el borde de la cama.

Miró a ____ mientras dormía, sintiendo su corazón latir con fuerza. La luz de la luna iluminaba su rostro, y Kid se sintió afortunado de compartir su vida con ella. Pero, además de eso, había algo más: la anticipación de convertirse en padre.

Con cuidado, se inclinó hacia la barriga de ____ y habló en un susurro, casi como si estuviera compartiendo un secreto. —Hola, pequeño —dijo con una voz suave y llena de ternura—. Soy tu papá.

No estaba seguro de si el bebé podía escucharle, pero sintió que era importante compartir sus pensamientos. —Quiero que sepas que ya te estamos esperando con ansias. Tu mamá es increíble y se ha estado cuidando mucho para que estés sano. —Kid sonrió, recordando las noches en que ____ se despertaba para tomar un vaso de agua o se aseguraba de comer algo nutritivo.

—Sé que todavía no has llegado, pero quiero que sepas que haré todo lo posible para ser el mejor padre para ti —continuó, acariciando suavemente la barriga de ____ con una mano. —Eres un regalo, y no puedo esperar a conocerte. Cada día, me siento más emocionado al pensar en todas las cosas que haremos juntos.

Se quedó en silencio un momento, sintiendo el suave movimiento del bebé. Era una conexión tan especial, y Kid sabía que este era solo el comienzo de una hermosa relación. —Te prometo que te enseñaré a ser valiente y fuerte. Y, aunque me gusta la simetría, sé que tú serás único, y eso es lo que más me emociona.

Kid se recostó un poco, apoyando su cabeza cerca de la barriga de ____ y cerrando los ojos por un momento. El suave sonido de la respiración de ella le brindaba una sensación de calma. —Prometo que siempre estaré aquí para ti, así como lo estoy para tu mamá. Siempre seré tu mayor apoyo, y juntos, seremos una gran familia.

Luego, levantó la vista y sonrió a ____ mientras dormía. Su corazón se llenó de amor al imaginar el futuro que les esperaba. —Voy a ser el mejor papá del mundo, ya lo verás.

Sin darse cuenta, Kid se quedó dormido en el borde de la cama, su mano todavía sobre la barriga de ____. En ese instante, la habitación estaba llena de amor y esperanza, y los sueños de la familia que estaban a punto de crear se hicieron más fuertes con cada susurro que él compartía con el bebé.


Simetría [Death The Kid]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora