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Las gotas de lluvia resbalaban por la ventana de Shibusen, creando un ritmo suave que apenas lograba calmar el caos en la mente de ____. Llevaba días encerrada en su cuarto, ignorando los mensajes y llamadas de Kid.


El dolor que sentía no se trataba solo de las palabras crueles de las chicas, sino de la indiferencia de él. Kid, la persona que más amaba, había permanecido en silencio cuando necesitaba su apoyo.

Kid, por su parte, no podía perdonarse. Había repasado una y otra vez el incidente en su mente. ¿Cómo había podido quedarse callado? Las palabras de las chicas habían sido injustas y crueles, pero él, por alguna razón que ni él entendía, no había intervenido. 


Liz y Patty le habían insistido en que diera espacio a ____, pero sabía que no podía seguir esperando. Si no hablaba con ella, si no aclaraban las cosas, la distancia entre ellos solo crecería más.

Esa tarde lluviosa, Kid decidió que ya no podía seguir huyendo. Se dirigió a los cuartos de estudiantes, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que su silencio había sido una traición, y aunque no tenía excusas, estaba decidido a enmendar su error.


Se detuvo frente a la puerta de ____ y tocó, el sonido apenas perceptible bajo la lluvia.


— ____, soy yo... Kid. —Su voz sonaba rota, casi temerosa—. Sé que no quieres hablar conmigo, pero... necesito disculparme. Por favor.


Silencio. Solo el sonido de la lluvia llenaba el aire, y Kid sintió un nudo en la garganta. Aun así, continuó.


—Sé que te lastimé al no defenderte... debí hacerlo. Debí decir algo, cualquier cosa, en lugar de quedarme callado. Lo siento mucho. No hay excusa para lo que hice. Fallé como tu novio y como tu compañero, y lo sé. —Kid respiró hondo, tratando de calmar la agitación en su pecho—. No puedo cambiar lo que pasó, pero quiero que sepas que lamento profundamente haberte hecho sentir sola.


Detrás de la puerta, ____ escuchaba, cada palabra penetrando en su corazón como un eco de su propio dolor. Quería abrir la puerta, pero el miedo a volver a ser herida la mantenía inmóvil.


—Ellas... esas chicas... —Kid hizo una pausa, sus manos temblando—. No tenían derecho a hablar así de ti. Tú eres la persona más fuerte que conozco, y no me perdonaré por no haber dicho nada. Me quedé en silencio porque no sabía cómo manejar la situación, y en ese momento te fallé. Pero lo último que quiero es que creas que no te valoro, porque no es cierto. Tú eres lo más importante en mi vida.


____ cerró los ojos, sintiendo una mezcla de tristeza y alivio. Kid siempre había sido alguien tan cuidadoso con sus palabras, tan preocupado por la simetría y el orden, que nunca había esperado que cometiera un error tan humano.


—Sé que necesitas tiempo, y lo respeto, —continuó Kid—. No espero que me perdones de inmediato. Solo quiero que sepas que te amo, y estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para ganar de nuevo tu confianza.


Un largo silencio siguió a sus palabras. El sonido de la lluvia parecía intensificarse, creando una barrera entre ellos. Kid sintió que cada segundo que pasaba sin respuesta era una confirmación de su fracaso.


Pero entonces, oyó el suave crujir de la puerta. ____, con el rostro marcado por el cansancio emocional, apareció frente a él. La rosa que había dejado la noche anterior estaba en su mano, marchita pero presente.


—No quiero promesas vacías, Kid —dijo ella, su voz quebrada pero firme—. No quiero sentir que la próxima vez que alguien diga algo sobre mí, te quedarás callado otra vez. No puedo seguir adelante si no sé que vas a estar a mi lado, sin importar lo que pase.


Kid asintió, las lágrimas apenas contenidas en sus ojos.


—No te fallaré otra vez, te lo prometo —susurró.


____ lo observó detenidamente, buscando algún indicio de duda en sus palabras, pero no encontró ninguno. En su lugar, vio el rostro de alguien que estaba dispuesto a aprender de sus errores, alguien que estaba dispuesto a luchar por lo que tenían.


—Entonces no me falles, Kid. No otra vez.


Ambos se miraron en silencio, mientras la lluvia seguía cayendo, lavando las heridas del pasado. Aunque sabían que el camino hacia la recuperación sería largo, el primer paso hacia la reconciliación había sido dado.

Simetría [Death The Kid]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora