Simetría [Death The Kid]

17

La mañana siguiente a su encuentro, Kid se despertó con la determinación de demostrarle a ____, no solo con palabras, sino con acciones, cuánto significaba para él. Había pasado demasiado tiempo tomando decisiones que le habían causado dolor, y sabía que era hora de hacer las cosas bien.

Cuando llegó a la escuela, su mente estaba ocupada en cómo podría acercarse a ella. No quería abrumarla, pero tampoco quería que se sintiera sola en su lucha por sanar. Se encontraba en un mar de dudas, pero la imagen de ____ sonriendo era su faro, su motivación.

Mientras caminaba por los pasillos, vio a ____. Ella estaba sentada en un banco, sumida en un libro. Su cabello caía desordenadamente sobre su rostro, y a pesar de su tristeza, aún tenía una belleza natural que lo desarmaba. Kid se acercó lentamente, sintiendo que cada paso era un riesgo.

—¿Puedo sentarme? —preguntó, su voz suave, casi un susurro.

Ella levantó la vista, y aunque sus ojos mostraban una mezcla de emociones, hizo un gesto con la cabeza. Kid tomó asiento, y por un momento, ambos quedaron en silencio, el sonido de la multitud a su alrededor llenando el vacío de la conversación.

—Quería preguntarte si te gustaría ir a tomar un café después de clases —dijo Kid finalmente, rompiendo la tensión. —Quiero que sepas que estoy aquí para ti.

____ lo miró, indecisa. Sabía que su corazón aún estaba herido, pero también sabía que Kid estaba tratando de demostrar su compromiso. Al final, asintió levemente.

—Está bien —respondió, y Kid sintió que un pequeño peso se levantaba de sus hombros.

Después de clases, se dirigieron a la cafetería local. El aroma del café recién hecho llenaba el aire, y Kid se sintió un poco más relajado. Se sentaron en una mesa cerca de la ventana, y mientras esperaban sus bebidas, Kid decidió que debía ser honesto sobre su lucha interna.

—He estado pensando en lo que pasó... no solo en lo que dijiste, sino en lo que no dije —comenzó Kid—. Me doy cuenta de que mi silencio fue hiriente. Prometo que no volverá a suceder.

____ tomó un sorbo de su café, observándolo. Sabía que él estaba intentando abrirse, pero la herida seguía fresca. No podía evitar sentirse un poco escéptica.

—Aprecio que te sientas así, Kid —dijo, sus ojos fijos en él—. Pero las palabras son solo eso. Necesito saber que realmente cambiarás.

Kid asintió, sintiendo que cada palabra que ella decía era como una lanza directa a su corazón. Sabía que tenía que demostrarle su compromiso a través de acciones concretas.

—¿Te gustaría que hiciera algo por ti? —preguntó, decidido a hacer más que simplemente hablar. —Cualquier cosa que necesites, estoy aquí.

____ lo miró sorprendida. No esperaba esa respuesta, pero la seriedad en su tono la hizo reflexionar.

—Podrías ayudarme con la práctica de combate... necesito mejorar y ya no quiero sentirme insegura. —La voz de ____ era firme, pero también mostraba un toque de vulnerabilidad.

Kid sonrió, sintiendo que esa era una oportunidad para acercarse a ella.

—Claro, me encantaría —respondió—. Podemos practicar todos los días si eso es lo que necesitas.

Durante las siguientes semanas, Kid se dedicó a ser el apoyo que ____ necesitaba. Pasaban horas entrenando juntos, y poco a poco, la risa y la alegría comenzaron a regresar a sus interacciones. Kid prestaba atención a cada detalle, asegurándose de que nunca más se sintiera sola en su lucha.

A medida que la relación entre ellos se fortalecía, Kid comenzó a notar pequeños cambios en ____; la forma en que sonreía un poco más, o cómo sus ojos brillaban al hablar de sus pasiones. Sin embargo, también sabía que había pasos aún por delante que debía dar para recuperar por completo su confianza.

Una tarde, mientras entrenaban, ____ se detuvo y lo miró fijamente.

—Gracias por estar aquí, Kid. —Sus palabras estaban llenas de sinceridad—. Siento que estás tratando de mostrarme que puedo confiar en ti.

—Lo estoy, ____. Solo quiero que sepas que estoy aquí, sin importar lo que pase. —Kid tomó un respiro profundo—. Haré todo lo que esté a mi alcance para ser el compañero que mereces.