¡Bebé a bordo!

14

Su casa estaba llena de regalos, tanto de sus amigos como de sus estudiantes.

Era el granito de amor de todos ahí.

Sus estudiantes amaban a su cachorra, siempre que podían lo visitaban para ir a jugar con su bebé, e incluso la mimaban dandole ropa y juguetes de acuerdo a su edad.

Recuerda la vez que a la madre de la cachorra casi le da un infarto al ver uno de los vestidos que había regalado Momo, ni con todo un año de su sueldo habría comprado algo así.

Y su esposo también la consentía en exceso, jugaba con ella, le hacía caras para que riera, y lo que más le gustaba, es que la cachorra era una copia de Toshinori.

Con cabellos dorados sedosos, ojos zafiros como el agua, y una gran sonrisa que siempre traía, porque era una niña muy feliz.

Aunque a veces eso también le resentia, literalmente la tuvo nueve meses en su vientre para que después su cachorra salga idéntica a su esposo.

Se sentía traicionado, como si solo lo hubieran usado de incubadora humana.

Pero aún así, amaba a su alfa y a su bebé.

Menos estos momentos.

— Amor, quedate quieta— habló el omega intentado acomodar el pañal a su hija.

La bebé era feliz, pero demasiado traviesa e hiperactiva, apenas y tenía cinco meses de nacida y no podía dejar de moverse, aparte que le divertía ver el rostro que ponía su madre intentando ponerle el pañal.

— Mizu— reclamó pues su bebé no dejaba de moverse.

Solo salieron un par de risas de parte de la bebé, con su boca sin dientes y sus ojos achicados.

Finalmente después de una pequeña reprimienda que tuvo la niña de parte de su madre (que por cierto no entendió nada) estaba lista y con pañal puesto.

— Ya nos deben estar esperando, vamos pequeña pilla.

Se arregló un poco su atuendo, acomodo el hermoso vestido color azul pastel a su niña para después salir junto a ella con una manta y su peluche de conejo.

— Bien, vamos amor— a veces ni con su esposo era así de cariñoso, pero por su bebé la llamaba de las formas más melosas que pudieron haber habido.

Acomodó a la niña en su asiento para bebé y al lado puso una caja un poco grande, envuelta en papel regalo y una pequeña nota encima.

Cuando por fin llegaron a su destino fue recibido por los padres del cumpleañero, encontrándose con una casa decorada de una forma cálida por los amigos de este.

Dejó su regalo en una mesa donde había más de ellos, algunos eran pequeños, otros eran enormes, pero sabía que eso no le importaría mucho a su estudiante.

— ¡Ay la pequeña Mizu está usando el vestido que le regale!— escucho la voz de Momo acercarse.

Inmediatamente fue rodeado por sus mocosos, embobados por su bebé.

— No la ojeen tanto, pónganse y se enferma— les reclamó Ochako.

— ¡Es que es tan bonita!— decía Hagakure.

— Yo también quiero una así— habló Shoto, imaginando se una bebé con las características de su novio.

— Estás muy joven para pensar en eso— y le jaló un poco la oreja a su estudiante.— Pasando de coles a nabos, ¿Será que ya llega Toshinori con el cumpleañero?—

— Nos dijo que en diez minutos llegan, ¡Pónganse en sus puestos!— dijo Jirou mientras empezaba a acomodar algunas cosas y ver un lugar donde esconderse.

— Bueno bebé, ya vas a ver a tu padre— parece que solo la mención del progenitor de la bebé la hizo reír, le gustaba cuando sus padres estaban juntos y ser impregnada con sus aromas.

Cuando les dijieron que estaban con el cumpleañero afuera, los que estaban dentro de la casa se acomodaron y se escondieron con las luces apagadas.

— No era necesario que me acompañaran hasta mi casa— se escuchó en una voz tranquilamente anormal al rubio.

— Pero claro que si— habló está vez el ex- símbolo de la paz.

— Vamos solo entra— dijo emocionado Eijirou.

Al de ojos rubies se le hacía extraño ese tipo de comportamiento de parte de su pareja y su ídolo, a parte que el nerd había estado muy callado.

— Par de raros— murmuró para después abrir la puerta de la casa.

— ¡Feliz cumpleaños Katsuki!— saltaron todos de su escondite mientras prendían las luces, regalando le una gran sonrisa al rubio cenizo.

Y aunque Katsuki no lo admitiera, por un pequeño momento se le había salido el alma por el susto que se dió, pero no lo demostraría.

— Con que por eso actuaban tan raro, especialmente tú — señaló juzgador al que (de poco en poco) consideraba su mejor amigo.

— Feliz cumpleaños Kacchan— atinó a decir el peliverde, regalando le una gran sonrisa.

Bakugou era muy orgulloso, pero no pudo evitar sonreírle de vuelta, se sentía feliz, especialmente porque se hayan tomado la molestia de haber hecho todo eso por él.

— Hasta vino la mocosa— muy dentro de el también estaba enternecido por Mizu, era una niña muy bonita.

La bebé solo rio un poco, estirando sus brazos para que el cumpleañero la cargue, cosa que el joven hizo, jalando le un poco la mejilla.

— Cuando seas grande te enseñaré malas palabras— le susurró para no ser regañado por los padres de la cachorra.

Lo que restaba del día la habían pasado bien, incluso cuando se habían puesto a jugar con agua y encima había llovido, cosa que odiaba el rubio, pero por ese día lo disfruto en grande.

Cuando todos se fueron despidiendo de poco en poco eso de las diez de la noche, fue que recién se fijó en los regalos que le habían dejado.

El que más le llamo la atención fue el que venía con una notita que decía: “Felices 16 primaveras joven Bakugou, con amor Toshinori y Shota Yagi, y Mizu también”

Un calor se adueñó en su pecho, y no, no era la fiebre por no haberse secado a tiempo después de pasar tanto tiempo en agua.

Era por el regalo que recibió de parte de sus profesores, a los que con el tiempo agarro cariño, a ellos y a su mocosa, que aunque no lo demostrara tanto, la quería igual o incluso más que sus compañeros de clase.

Y estaba seguro que esa niña sería una gran persona, porque sería criada por una calidad excelente de padres, esperaba y sea heroína, así podría enseñarle formas de lucha.

Si, estaba feliz, ese era uno de sus cumpleaños favoritos, que la paso más que con el nerd que tenía de amigo, la paso con las personas que amaba y lo hacían sentir en familia.

Una muy extraña pero acogedora familia.