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- Así que por eso estabas así.

Después de los resultados y finalmente llegar a casa en busca de su alfa, le conto todo lo que le había pasado en esta semana y media después de su celo.

- Dios, he sido tan despistado que no note lo mal que estabas, enserio lo siento.- el alfa sollozaba en lo que escondía su cabeza entre el cuello y hombro del omega.

- También fue mi culpa no decirte.

Abrazaba a su esposo aceptando el acercamiento que tenían, sin duda la había pasado un poco mal, pero por suerte no fue a mayores, aparte que sentía como si los tés de Recovery Girl hicieran inmediatamente efecto.

- Es mi culpa por no darme cuenta antes- se seguía lamentando el rubio sin querer despegarse del contrario.

- Ya, calla, ambos tuvimos la culpa.

- Pero-

- Pero nada.

Finalmente agarro de las mejillas a su pareja mientras lo despegaba de su cuello y lo hacía que lo mirase a los ojos.

- Pero si hay algo de lo que te quiero consultar.- uso un tono de voz serio, pues de lo que hablarian no se lo podian tomar a juego.

- Está bien, dime- el rubio solo lo llevo a sentarse en el sofá de la sala, tal cual la noche anterior, teniendo al menor encima suyo.

- Realmente me cuestione si sería una buena idea tener un bebé- soltó casi como un murmullo sin querer mirar a su esposo a los ojos.

Un bebé era una gran responsabilidad que no se tomaba a la ligera, pero, dentro de él (seguramente su lado Omega) añoraba tener un cachorro con el rubio, era como tener un pedacito del amor que se demostraban, y, si se organizaban bien, tenian tiempo tanto para el trabajo como para su hijo, se había pasado toda la mañana pensando en eso e investigando sobre el tema, los pros y contras, pero a la final era decisión de parte de su pareja también.

- Shōta- hablo finalmente el rubio después de un silencio sepulcral, dejando que su esposo divagara en sus pensamientos.- No eres alguien precipitado, asumiré que investigaste sobre el tema.

- Lo hice.

- Y viste lo bueno y lo malo.

- Por supuesto.

- Y que tendrás que hacer sacrificios por esto.

- Me vas a hacer creer que no quieres un hijo- lo que realmente quería decir era que si puta madre, me tragué enciclopedia y media sobre eso.

- Lo quiero, no somos jóvenes Shōta, y también quiero un cachorro contigo, pero quiero que entiendas que después de esto no podrás seguir siendo héroe y conforme avance el embarazo tendrás que dejar temporalmente tu trabajo de profesor-

No le estaba preguntando, le estaba diciendo lo que pasaría si es que el menor terminaba en cinta, realmente debía cuidar de su salud, y él, como buen alfa, haría todo lo que estuviese en sus manos para que su esposo no sufra en el proceso, sabía todos los dolores y la fatiga por la que pasaría el azabache, y no estaba dispuesto a que arriesgue su vida en un combate o incluso en media clase tenga algún problema.

- Solo quiero cuidar de ti, se que te aburres y no puedes estar quieto, por eso los primeros meses podrás seguir trabajando de profesor, pero apenas llegué al quinto mes lo dejaras y te quedarás en casa, descansando, eres mi Omega corazón- agarro las manos del contrario dejando un par de besos en sus nudillos- Moriría si te pasa algo- expreso meloso acercando las manos ajenas a su cara para sentir su calidez.

- Jum, alfa tonto- no pudo evitar reír un poco por todo, si el se leyó siquiera tres libros sobre el embarazo en omegas de seguro su alfa se leyó toda una biblioteca.- Se que tendré que sacrificar algunas cosas, no pienso seguir trabajando de héroe, y, sobre ser profesor, aceptaré tus condiciones, tampoco soy tan necio como para seguir trabajando cuando el niño empiece a crecer más.

¡Bebé a bordo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora