SOMOS UNA FAMILIA

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A la mañana siguiente, Kendo y Mei avanzaban alegremente en la moto que Izuku les había regalado. Ambas compartían una sonrisa, el viento golpeando sus rostros mientras disfrutaban de la potencia de la moto. El regalo había sido inesperado, pero no podían evitar sentirse emocionadas por tener algo tan increíble.

De repente, un rugido potente llenó el aire, una vibración que hizo eco en las calles. Ambas voltearon sorprendidas y vieron un Ford Mustang Eleanor acercarse por el carril contiguo. El coche, impecable y feroz, captaba la atención de todos. Los vidrios negros no dejaban ver al conductor, pero desde dentro, la música resonaba con fuerza, vibrando al ritmo de la marcha.

Kendo y Mei lo observaron fascinadas, preguntándose quién sería el conductor misterioso.

El Mustang se mantuvo a su lado durante todo el trayecto hacia la U.A., una compañía inesperada. Cuando finalmente llegaron a los terrenos de la academia, las chicas detuvieron la moto y esperaron ansiosas. Querían ver quién estaba detrás del volante de esa imponente máquina.

Cuando las puertas del coche se abrieron y el conductor salió, sus ojos se agrandaron de sorpresa. Era Izuku. Su novio que les había regalado la moto el día anterior ahora aparecía con un coche aún más impresionante. Kendo, con un ligero puchero en los labios y una expresión que mezclaba molestia y confusión, no tardó en acercarse a él.

Kendo:¿Nos regalaste una moto solo para luego comprarte un coche?*dijo con un tono medio molesto, cruzando los brazos*

Izuku, sin alterarse ante su tono, se acercó más y, con un movimiento seguro, la tomó de la cintura, atrayéndola hacia él con firmeza la beso unos segundos para separase y con una sonrisa pequeña. Su voz ronca, tranquila, pero llena de autoridad, hizo que el corazón de Kendo diera un vuelco.

Izuku:El dinero sobra. No te preocupes por eso, *respondió mientras sus ojos brillaban*. Tú y Mei nunca van a malvivir mientras estén conmigo. Siempre tendrán lo que necesiten... y más.

Las palabras de Izuku, dichas con tanta seguridad, hicieron que el rostro de Kendo se suavizara. Aunque trató de mantener su actitud molesta, no pudo evitar sonrojarse ligeramente ante su cercanía. Izuku, firme, la sostuvo un momento más antes de soltarla suavemente, pero el mensaje ya estaba claro. Él las protegería, les daría lo que necesitaran y jamás permitiría que les faltara algo.

Mei, mientras tanto, solo observaba, una sonrisa traviesa dibujándose en su rostro. Sabía que, con Izuku a su lado, no había límite para lo que podrían lograr..

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Izuku llegó a la entrada del aula de la Clase 1-A con pasos decididos y una mirada fría. Sin preocuparse por nada, pateó la puerta con fuerza, lo que hizo que esta se abriera de golpe y causara que todos en el salón se giraran, sorprendidos por el ruido. Claramente, Izuku estaba molesto por haber tenido que caminar hasta allí, pero lo hacía por una sola razón: estar con Momo y su nueva novia Jirou.

"Alterando Destinos: El Pasado que Nunca Fue"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora