[[FLUFFTOBER 2024 DEATHDUO]]

Reto de Cementerio

Cuando eres un adolescente a menudo haces cosas estúpidas, como beber y fumar, batear buzones, tener sexo sin protección, bueno la lista sigue y sigue. Pero esto sin duda era lo más estúpido que Philza había hecho en toda su vida.

¿Por qué te preguntarás? Bueno, revivió al dios de la muerte con un beso.

Sí, habían estado bebiendo, pero era la última noche de su último año, Philza era el único sin pareja para el baile de graduación, Fit, Cellbit, Charlie e incluso Foolish, lo estaban molestando porque nunca había dado un beso en su vida.

Estaban haciendo lo único que hacen los adolescentes en un pueblo pequeño, caminando y tomando cerveza por allí, hasta que, sin saber muy bien como, llegaron al cementerio.

Se saltaron la valla y empezaron a comer Doritos y galletas a los pies de la estatua del dios de la muerte.

Hacía mucho frío en el cementerio, pero con tanta cerveza en el cuerpo en realidad no lo sentían, entre broma y broma, el tema del primer beso de Phil salió otra vez a la luz.

"¿Cómo no has dado tu primer beso, Philza?" Preguntó Roier, genuinamente interesado en la respuesta.

"Sí, Philza, ¿Cómo?" Se burló Cellbit, aprovechándose de la pregunta de su novio.

"Eh... bueno, a diferencia de ustedes, necesito que mis notas sean casi perfectas para tener becas." Dijo Philza, tomando un gran trago de su lata.

Fit soltó una risa, "Huérfano de mierda."

"Callate, manco." Dijo Philza lanzándole la lata vacía a Fit.

Fit esquivo la lata, que le llegó a Pac quien estaba sentado a su lado, "Uy se ofendió el princeso." Se rio Fit.

"Hey, a lo mejor, lo que Phil necesita," dijo Charlie, apoyándose en su novio, Mariana, "es ayuda de lo sobrenatural." Dijo apuntando hacia arriba.

Todos miraron hacia arriba, la estatua del dios de la muerte, Moris, estaba parada allí, sus ojos cerrados y su máscara de calavera brillaban casi como algo misterioso, su guadaña era lo que lo sostenía, y sus togas lo favorecían bastante, sin duda el dios era algo hermoso de ver.

Philza bufó, aunque no iba a negar que la idea lo intrigaba, pero no iba a admitir eso, "No sean ridículos."

"No se atreve, no se atreve" empezaron a corear sus amigos, lo que hizo enojar a Philza, quien tambaleantemente se levantó.

"¿No me atrevo?", dijo Phil, claramente no en sus cinco sentidos, "mírenme."

Un par de gritos de victoria fueron lo que le siguieron en su corto camino para subir al pedestal con la estatua.

"Eso debe ser ilegalismo," escucho decir a Vegetta, "o por lo menos no muy higiénico."

Philza cerro sus ojos y plantó sus labios en los labios fríos de la estatua, por un momento todos se quedaron callados al escuchar un par de truenos caer.

"¡Mierda!" Gritó Foolish, "¡Vámonos antes de que empiece a llover!"

Así corrieron, como las ratas en Ratatouille, cada quien para su casa, orando para que no empezara a llover antes de que llegaran a sus casas.

Philza en realidad no pensó mucho de lo que había pasado, hasta que en la madrugada, cerca de las 4 de la mañana, abrió los ojos y un hombre estaba parado en su habitación. 

Philza se incorporo de golpe, abriendo mucho los ojos, frente a él había un adolescente más o menos de su edad, su cabello negro le llegaba a los hombros, sus ojos brillaban como galaxias, su piel era pálida como si la luz del sol no lo hubiera tocado, sus ropas negras parecían como si el mismo universo se hubiera doblado para crear la tela.

"¿Quién? ¿Quién eres tú?", chilló Philza, acorralándose entre la pared y su cama, "¿Qué haces aquí?"

"Pero, querido, ¿no lo recuerdas?", dijo el chico, "me besaste hoy, soy Missa, me despertaste, ahora tú eres mío."

Un escalofrío le recorrió la espalda, ¿en qué diablos se había metido?