Cazando a alguien

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Philza, Techno y Tommy habían estado caminando por días, solo descansando un par de horas hasta llegar a la siguiente ciudad, estaban viajando de ciudad en ciudad para encontrar contratos, hasta que llegaron a Karmaland.

Era un pueblo pequeño, cerca de un río y un bosque, con hermosos campos de girasoles y cultivos de maíz. Cocina peculiar y habitantes más peculiares, pero era un buen lugar para pasar el invierno, lejos de las frías murallas de L'Manburg.

"Ah" dijo Tommy corriendo al arroyo, "Agua fresca" grito el adolescente agachándose para beber.

"Si fuera tú no lo haría," dijo una voz al otro lado del arroyo, "un poco más arriba, las lavanderas lavan la ropa."

Philza levanto su mirada para ver al hombre más bello que haya visto, su cabello era negro como ébano, su piel era pálida como la nieve, y sus ojos tan morados como las amatistas.

Tommy se detuvo en seco a centímetros del agua, Techno, por costumbre y precaución tomo la empuñadura del mango de su espada.

"Gracias por la advertencia," dijo Philza tomando a Tommy por el hombro, acercándolo a su lado, protegiéndolo del extraño, "Somos viajeros, desde L'Manburg ¿Sabes dónde puede haber una posada?"

El hombre les sonrió, "Por supuesto, conozco un lugar. Síganme, el puente está unos metros más allá." Dijo señalando hacia el oeste, "Soy Missa, Missa Sinfonía, por cierto, un placer."

"Soy Philza Minecraft, ellos son mis hijos, Technoblade y Tommy Innit." Dijo Philza, tomando a Carl por las riendas y siguiendo al karmalience por la orilla del arroyo.

Missa se rio, "¿No eres un poco joven para ser padre?", preguntó el chico.

Philza también se rio, "Bueno, yo digo que son mis hijos, pero más bien son unas pequeñas pestes que se me han pegado en el camino."

Ambos chicos se quejaron, "Ni siquiera es tan joven," se quejó Tommy.

"Es un viejo decrépito, ya hasta alucina, de hecho cree que tiene una esposa." Dijo Techno, haciendo la seña de que Phil estaba loco.

Philza rodó sus ojos, "Tengo una esposa, es una diosa, sí, pero es completamente real."

Missa los observaba con curiosidad y diversión, "Un etarian, un piglin, un cachorro y una diosa," dijo para nadie en particular, "encajarán perfectamente en Karmaland."

Cuando cruzaron el puente, Missa los guio rápidamente a una casa, tenía un establo fuera y un cartel que decía, 'El chiringuito de Juan', cuando Missa se detuvo, los tres se detuvieron en seco.

"¡Illo!" Gritó Missa con todas sus fuerzas, "¡Te traje huéspedes tú!"

Del interior salió un hombre, con una camisa rosa, un sombrero de paja, shorts blancos, sandalias y un puro entre los labios, "Missa, qué bueno hombre, pásenle, pásenle."

La noche cayó sobre Karmaland, el aire denso y cargado con el susurro del bosque. Philza, Techno y Tommy se acomodaron en el chiringuito, disfrutando de una comida decente después de días en el camino. Sin embargo, Philza no podía quitarse de la cabeza la conversación que había tenido con Juan, el dueño de la posada, sobre la "bestia" que habitaba los bosques cercanos.

"Dicen que es un demonio, una criatura que nunca ha sido vista, pero todos han sentido su presencia. Los aldeanos ni siquiera se atreven a acercarse a su territorio. Es más, algunos no regresan," había advertido Juan, sus ojos fijos en Philza.

Philza, siendo cazador de monstruos, sabía que esto significaba un contrato suculento. Si lograba cazar a la bestia, no solo obtendría una buena paga, sino también el respeto del pueblo.

"Ese lobo de las leyendas... ¿Es real?", preguntó Tommy, excitado por la idea de una nueva aventura.

"Uy claro, niño," dijo Illo soltando el humo de su cigarro, "¿Ustedes cazan monstruo' verda'? Deberían hablar con Lolo, es el alcalde, ese bicho no' ha estado molestando' por meses."

Eso era suficiente para que Philza decidiera ir tras la bestia.

(...)

El hombre había traído un cachorro a la entrada del territorio de Missa, ese cachorro ahora era de Missa.

Ingenuamente, el cachorro había decidió salir a por la 'bestia' él solo. Y Missa sonrío al ver al rubio caminando hacia la entrada de su territorio. ¿Era el hombre tan descuidado para no cuidar a la parte más preciada de su clan?

La luz de la luna alumbraba el bosque, haciéndolo parecer algo menos tenebroso, mientras Tommy se adentraba más y más dentro del bosque, armado con una espada de hierro y su valentía, avanzaba entre los árboles susurrantes. Missa tenía claro que el cachorro se había adentrado a su bosque solo para probarle al resto de su equipo de que era valiente.

Recordaba vagamente la conversación que el cachorro y su padre había tendió en la posada, como el rubio menor no estaba preparado para casar él solo.

Missa lo miraba curioso, sus ojos brillaban en un curioso color ámbar, sus patas tocaban la tierra de manera cuidadosa, siguiendo el olor del cachorro, un suave olor a manzana dulce, inocencia y menta, el último olor debía pertenecer a Philza, y lo marcaba como miembro de su manada. Los humanos eran sumamente descuidados con sus crías, dejándolos vagar por territorios desconocidos sin protección. Era una pena, pero si Philza no iba a cuidar del cachorro, Missa lo haría.

El sonido de hojas crujiendo y una rama rompiéndose alerto al lobo y al cachorro, quien nervioso levantó su espada aún más alto.

"Hey perra," dijo el niño, "sal, no te tengo miedo."

Eso era una mentira, Missa podía oler lo nervioso que estaba el niño. Y bueno si el niño iba a ser tan maleducado, Missa le iba a dar una lección.

Un gruñido bajo y gutural resonó entre los árboles, haciendo que las hojas temblaran. Tommy giró sobre sí mismo, intentando ubicar el origen del sonido, pero el eco del bosque lo hacía imposible. El sudor frío comenzaba a bajar por su espalda, y su mano temblaba ligeramente mientras sostenía la espada.

Missa se movió entre las sombras, sus patas apenas rozando el suelo cubierto de hojas. Era mucho más grande en su forma de lobo, su pelaje negro como la noche se confundía con la oscuridad del bosque, solo sus ojos ámbares brillaban como faros en la penumbra. Decidió jugar un poco con su presa, después de todo, los cachorros necesitaban aprender modales.

Otro gruñido, esta vez más cerca, justo detrás de Tommy. El chico se giró bruscamente, pero solo encontró oscuridad.

"¿H-hola?" La voz de Tommy ya no sonaba tan valiente, "Mira, bestia estúpida, si no sales ahora mismo, yo..."

Un aullido cortó el aire, tan cerca que Tommy pudo sentir el aliento caliente en su nuca. Se congeló en el lugar, su corazón latiendo tan fuerte que podía escucharlo en sus oídos. Lentamente, muy lentamente, se dio la vuelta.

Allí, a menos de un metro de distancia, estaba la bestia. Un lobo gigantesco, más grande que cualquier animal que Tommy hubiera visto jamás, lo miraba fijamente con ojos que brillaban como el oro fundido. Sus colmillos, blancos y afilados como dagas, brillaban bajo la luz de la luna.

La espada resbaló de las manos temblorosas de Tommy, cayendo con un ruido sordo sobre las hojas secas.

"Oh, mierda," susurró.

[[FLUFFTOBER 2024 DEATHDUO]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora