[[FLUFFTOBER 2024 DEATHDUO]]

Besos

La brisa soplaba por encima de la pared, era esa brisa cálida y casi dulce que siempre traían las tardes de otoño. Missa estaba caminando por la granja de papas porque necesitaba un momento de paz, no lo malinterpreten, Missa ama a su familia, pero a veces simplemente necesitaba un momento para estar tranquilo con sus pensamientos y poder escuchar hacia dónde ella lo enviará en su próxima misión.

Estaba disfrutando el sol de la tarde en su piel, cuando sintió el sonido de pasos acercándose hacia donde estaba. Reconoció los pasos de inmediato, Philza, eso le trajo una sonrisa inmediata a sus labios.

Pero no se dio vuelta, sabía que en algún momento el rubio lo alcanzaría, y así lo hizo, en un momento Missa sintió los brazos de su novio en su cintura y un fuerte beso en la mejilla.

"Hey, mate ~" Missa sonrió al escuchar la voz de su amado en su oído, "¿Qué haces aquí tan solito?"

"Hablando un poco con la diosa," respondió Missa acurrucándose con Phil en su cuello.

"¿Tienes que irte tan luego, darling?" Missa podía escuchar el puchero en la voz de Philza.

Missa se giro para mirarlo, la luz del sol se reflejaba en su cabello, y sus ojos azules brillaban como una corriente de río brillante, Missa tenía razón, Philza estaba haciendo puchero. Le dio una sonrisa y empezó a alisar el cabello de Phil, y luego le dio un beso en el puchero.

"Sabes que no me iría," dijo con una sonrisa, "pero el deber me llama, querido."

Phil arrugó la nariz aun haciendo puchero. "Pero los niños te extrañan mucho."

Missa sintió que su corazón se derretía ante la adorable expresión de Philza. Inclinándose, le dio otro beso suave, esta vez en la punta de la nariz.

"¿Solo los niños me extrañan?", preguntó Missa, su voz teñida de diversión.

Philza finalmente dejó escapar una pequeña sonrisa. "Bueno, tal vez yo también te extraño un poco," admitió, sus brazos apretándose alrededor de la cintura de Missa.

"¿Solo un poco? Missa arqueó una ceja, sus ojos brillando con afecto.

"Está bien, está bien," Philza se rio suavemente, "Te extraño muchísimo. La casa no es lo mismo sin ti."

Missa apoyó su frente contra la de Philza, sus narices rozándose. "Y yo los extraño a todos ustedes cada segundo que estoy lejos," susurró. "Pero sabes que siempre vuelvo, ¿verdad? Siempre vuelvo a ti, a nuestros hijos, a nuestro hogar."

Philza cerró los ojos, disfrutando de la cercanía. "Lo sé, darling. Es solo que... a veces desearía poder congelar el tiempo, mantener estos momentos para siempre."

"Mmm," Missa murmuró en acuerdo, "Pero entonces no tendríamos la emoción de los reencuentros, ¿verdad?"

Philza abrió los ojos, una sonrisa traviesa formándose en sus labios. "Supongo que tienes razón. Los besos de bienvenida son bastante especiales."

"¿Oh?" Missa sonrió, "¿Y qué tal los besos de despedida?"

Sin esperar una respuesta, Missa cerró la distancia entre ellos, capturando los labios de Philza en un beso profundo y apasionado. Philza respondió con igual fervor, una mano deslizándose hasta la nuca de Missa para acercarlo más.

Cuando finalmente se separaron, ambos estaban sin aliento, sus mejillas sonrojadas.

"Bueno," Philza jadeó ligeramente, "si ese es un beso de despedida, casi vale la pena que te vayas."

Missa se rio, dándole un golpecito juguetón en el hombro. "Tonto," dijo con cariño. "Vamos, volvamos a casa. Quiero pasar todo el tiempo que pueda con ustedes antes de irme."

De la mano, comenzaron a caminar de vuelta a Casa Bonita, el sol poniéndose lentamente en el horizonte.