MAGNUS
Los últimos días los había pasado de mal humor, vagaba día y noche por los pasillos de la fortaleza ancestral de la casa Dayne. Fantasma siempre lo seguía a su lado, su lobo era su sombra.
El lobo blanco había crecido en gran tamaño, era mucho más grande que un lobo normal, pero mucho más pequeño que un caballo. En las historias de la vieja Tata; decían que los lobos huargos crecían hasta alcanzar el tamaño de un semental, algunos, incluso podían llegar a ser más grandes que un caballo.
Camino de nuevo a sus habitaciones, no sin antes tomar algo a hurtadillas de las cocinas. Desde que la noticia de que su padre había sido herido por el Matarreyes llego, se había negado a comer en el gran salón con todos. Y ahora que su primo Edrick ya no estaba no tenía con quien compartir en aquel castillo, salvo el maestre y el viejo Migfrid, este último se había negado a apartarse de su lado los últimos días.
Espero a que Fantasma atravesara la puerta para cerrarla y tirarse en su lecho. Su mente volvió a Invernalia, su hogar, su frio hogar; cuanto lo extrañaba, sus tardes de entrenamiento con Robb, sus juegos con sus hermanitos Bran y Arya, e incluso, podía decir que extrañaba las miradas indiferentes de Sansa. Pero más que todo, extrañaba a su padre, aquel que siempre lo había cuidado y protegido.
Un golpe repentino en la puerta lo interrumpió de sus pensamientos, Fantasma siempre tan alerta se levantó en menos de un parpadeo.
— Adelante — Dijo sin siquiera parase de su cama.
— Chico, un cuervo acaba de llegar. — La voz de Migfrid sonaba tan autoritaria como siempre. — Es de tu tío Benjen.
El solo escuchar el nombre de su tío lo hizo revitalizar, se paró de un salto y atravesó la habitación con un par de zancadas, arrebato el papel de la mano del anciano y lo leyó.
— Mi tío viaja a la Desembarco del Rey, dice que cuando vuelva, me llevara con él en su viaje de vuelta a Essos. — Su voz parecía la de un niño al que le acababan de regalar un juguete nuevo.
— Necesitara el permiso de tu padre para eso. Dudo que lo pueda obtener. — Las palabras de Migfrid hicieron que sus esperanzas se hundieran y su mal humor regresara.
— ¿Es todo lo que tienes por decir? — La alegría de Magnus desapareció en menos de un parpadeo gracias a las palabras del anciano. — si es así, entonces retírate.
— Estás molesto, te entiendo, pero este no es momento para actuar como si fueras un mocoso. — Magnus creyó ver algo de empatía por el en la expresión de Migfrid, o al menos algo parecido a eso. — Tienes cien hombres en este lugar, iremos a donde tú lo órdenes. Debes ser fuerte, un señor no puede demostrar debilidad ante sus solados.
— Tienes razón; Migfrid, pero yo no soy un señor y nunca lo seré. Retírate de mis aposentos. — Su voz salió tan fría y gélida como el hielo de su hogar. El anciano suspiro.
— Esta carta me la dio tu tío hace algún tiempo. Me ordeno que no te la diera hasta que creyera que fuera el momento adecuado. — Saco el papel de entre sus ropas y la puso en una esquina de su cama. — Léela y decide el camino que tomaras. — Migfrid lo miro y le sonrió cálidamente. — Yo te seguiré hasta el fin del mundo, mi joven señor.
Migfrid se retiró de la habitación sin esperar respuesta alguna. Fantasma se le quedo viendo con esos intensos ojos rojos, algunas veces aquella mirada le parecía inquietante, lo hacía sentir incomodo, pareciese como si su lobo estuviese mirando a un extraño en vez de a su compañero.
Tomo la carta y rompió el sello, leyó cada palabra escrita en ella con sumo cuidado, como si equivocarse en alguna parte le costara su vida. Lo que leyó lo dejo sin palabras, aquella carta estaba llena de conspiraciones y traiciones. Todas orquestadas por su honorable padre y su amado tío. En aquel delgado papel el futuro de su casa y del reino pendían de un fino hilo, tan frágil que la menor brisa del viento podría cortarlo.
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EL GRAN KHAL
Ciencia FicciónEsta es mi primera historia de game of thrones así que disculpen si hay errores en la historia. Rhaegar targaryen decide no ir al campo de batalla y se queda con lyanna en dorne, al concluir la batalla eddard stark se dirige a la torre de la alegría...