Campoestrella

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MAGNUS

El calor inundaba todo su cuerpo, su ropa norteña no era adecuada para el sol abrasador de Dorne; sus compañeros de viaje estaban igual que el y aunque no les faltaba mucho para llegar a campo estrella algunos se arrepentían de hacer aquel largo viaje, para los norteños era preferible estar en aquella tierra fría y gris que en aquel sol que no tenía piedad alguna con ellos.

Su guía iba a unos poco pasos de ellos, un hombre casi de la misma edad de Migfrid pero tan solo un par de los menor.

- tienes mucho de tu madre en ti - comenzó a hablar aquel hombre.

- ¿conocías a mi madre? - pregunto Magnus.

El hombre soltó una gran carcajada - que si conocía a tu madre, yo cuide de ella cuando apenas si tenía un par de días del nombre; era una pequeña traviesa, es una verdadera pena no tenerla con nosotros, valla que quería a esa pequeña - una pequeña sonrisa nació de sus labios y miro al sol entrecerrando los ojos para que el sol no le molestará la vista - pronto habrá una tormenta de arena, mejor darnos prisa - concluyó el hombre.

El castillo estaba en frente de ellos. Pero aún había un obstáculo el cual debían superar, el castillo Estaba situado en una isla del río Torrentino. Utilizaron tres barcas para ir pasando a los hombres; en cada una de ella cabían cuatro personas.

Cuando llegaron a la orilla del otro lado; fue recibido por más soldados pero estos mucho más jóvenes que su guía.

- nosotros los llevaremos a partir de aquí lord Nieve -dijo el que parecía ser el líder del grupo, era un hombre con piel morena y calvo; ojos negros y mirada fría.

Todo el camino estuvo tranquilo, el aún no se acostumbraba al sol; hubiera preferido quedarse en su frío norte.

- ¿mucho calor, pequeño Stark? - pregunto aquel hombre como si hubiera leído su mente.

- no soy un Stark - respondió Magnus con severidad.

- jamás los entenderé a ustedes los norteños, ¿acaso no eres hijo de tu padre - pregunto el moreno con diversión.

- si pero... - antes de terminar oración alguna Magnus fue interrumpido.

- entonces eres un Stark - concluyo el hombre.

Magnus no respondió a eso y sólo continuó con su camino. Cuando estuvieron a las puertas del castillo tuvieron que esperar a que les abrieran el portón.

Todos los soldados dentro de aquel castillo los miraban extrañados pues no muy seguido se veía a un grupo tan numeroso de norteños tan al sur de Westeros.

- ¡Joven Magnus! , es un placer conocerlo - Un anciano con una túnica gris de lana, unas cadenas que sonaban cada vez que daba
paso al rededor de su cuello.

- Maestre, es un honor estar en el hogar ancestral de mi familia materna. ¿Dónde se encuentra el lord? ¿Dónde está mi primo?

- Vuestro primo se encuentra en sus aposentos, lamento no poderos recibir personalmente, pero hay asuntos que deben atenderse. Yo lo llevare a sus aposentos.

- Sí me disculpa maestre, quisiera que se les diera aposentos a mis hombres primero - Dijo Magnus.

- Por supuesto, joven Magnus, sus hombres tendrán una cama caliente para esta noche. Pero, por favor, sígueme.

- Ve - Dijo Migfrid - Nosotros esperaremos aquí.

Magnus miro a Migfrid y asintió, siguió al maestre dentro del castillo, mientras caminaba observaba los cuadros de las grandes figuras de la historia de la casa Dayne, tales como Samwell Dayne o Joffrey Dayne, ambos grandes caballeros dornienses.

Ingresaron a los aposentos del señor en donde se encontraba su primo Edric, el cual estaba escribiendo unas cartas a quien sabe a quien. Al verlo, el joven señor de Campoestrella se irguió ante su primo, era un par de cabezas más bajo que Magnus.

- Primo - Edric extendió sus brazos para abrazar a Magnus el cual correspondió el abrazo.

- Es un honor conocerte primo - Dijo Magnus con una sonrisa.

- El honor es mío. Pero es una lástima que no esté aquí por mucho tiempo, seré acogido por lord Beric Dondarrion en unos días.

- Comprendo - Magnus continuo - Con quien me quedaré entonces.

- El maestre se quedará atendiendo tu estadía junto a nuestra tía, Allyria, ambos estarán para lo que necesites.

Magnus asintió y fue guiado a sus aposentos, los cuales estaban justo al lado de los de su tía Allyria. Sus cosas ya se encontraban allí junto a Fantasma, el cual estaba allí acostado. Cuando sintió su olor alzó la cabeza y se acercó a él; se froto contra su pierna.

Fantasma crecía rápido, ahora le llegaba casi a la cintura. Magnus lo acaricio y luego se tiro a su cama, se sentía cansado por el largo viaje, durmió hasta que la noche llegó.

El maestre toco a su puerta, el abrió y recibió la noticia de que su tío lo esperaba en el gran salón.

EL GRAN KHALWhere stories live. Discover now