13 Un nuevo problema

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—Sal, tenemos un problema —me dice Iris, tomándose el cabello.

Salgo detrás de ella y me encuentro con Aurora, la joven rubia, de ojos miel y mirada amable. Parece tan solo una niña, pero lo que llama más mi atención es una parte de ella, está embarazada.

—Está esperando un hijo de Luke.

Y no solo eso, tiene en su mano una alianza que ambas conocemos bien, él también se casó con ella.

—Aurora... —exclamo en un jadeo.

—Veo que si me conocen bien —dice frunciendo el ceño—, al fin nos conocemos formalmente, Verónica e Iris —está claramente enojada—. Las esperé bastante, demasiado diría yo —toca su pequeño vientre.

—¿Qué haces aquí? —le dice Iris sin nada de tacto—, si sabes nuestros nombres, sabes quiénes somos.

—Sí, sé exactamente quienes son —dice enojada.

—¿Qué quieres?

—Su ayuda, no sé a quien más recurrir.

—¿No tienes amigos o familia? —pregunta Iris y ella agacha la cabeza con vergüenza.

—Aurora —llamo su atención—, ayuda con qué.

—Él no quiere hijos, no está listo —decimos las tres al mismo tiempo—, me lo hará abortar y yo no quiero, no puedo perder a otro bebé.

—¿Otro?

—Sí —levanta la mirada con los ojos llenos de lágrimas—, otro, yo quiero tenerlo.

—Entonces tenlo —le dice Iris a mi lado—, no es tan difícil, también eres la madre del bebé.

—No es tan simple —comienza a llorar— ¿Acaso no saben como se pone él cuando le niegas algo?

Ambas nos miramos, es claro que no, no sabemos como se pone cuando le niegas algo, porque él es mucha cosas, pero no es una persona violenta o al menos eso jamás lo ha demostrado con nosotras. Tomo la mano de Iris y me la llevo lejos de Aurora que se seca las lágrimas.

—No podemos dejarla así.

—¿Y qué haremos? ¿Adoptar a su bebé y criarlo las tres como sus mamás? Él es mucha cosas, pero jamás ha sido violento, ambas al menos sabemos eso.

—Iris —ella me mira fijo—, tampoco se supone que sea un estafador y menos aún que esté casado con tres mujeres y aquí estamos las tres compartiendo el mismo hombre —ella suspira y se toma la cabeza, se aleja de mí unos pasos mientras frunce el ceño mirando al suelo y piensa. Yo vuelvo con la rubia, sentándome a su lado y tomando su mano—. Aurora ¿Qué tanto sabes sobre nosotras?

—Las tres somos sus esposas —dice entre el sollozo, mientras se seca las lágrimas—, y ustedes —mira a Iris que vuelve de brazos cruzados y una mala actitud—, ustedes...

—Estamos juntas, es obvio que eso lo sabes —le responde ella— ¿El chico que mandaste a seguir a Vero te mostró las fotos o no? —ella la mira extrañada.

—Yo no tengo los medios para pagarle a alguien sobre eso. Me dio curiosidad Verónica cuando fue por la cafetería y la Stalke, pero no encontré a nadie con el nombre que me di. Tiempo después apareció una mujer pelinegra por la cafetería y me pregunto si conocía a alguien llamada Verónica Antequeda e Iris Müller. 

—¿Una mujer? ¿Cómo era? ¿Qué más te dijo?

—Nada, solo eso, le dije que no y me dijo que tal vez debería investigar quien eras, se paró y se fue —Observo a Iris, hay otra más.

Las viudas de Luke LawsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora