Tres días es el total de lo que llevamos aquí y tres es lo que llevo viendo sus ojos mirarme con ira y desagrado, no me importa la verdad, porque no van a librarse de mí.
Cada noche la niña ha dormido conmigo, aún no confió en que no intentarán marcharse, pero se la pensarán dos veces antes de irse si no se la pueden llevar.
Verónica fue a hablar con esa maldita de Riley y odie cuando llego un poco feliz por solo verla. Como no confiaba en ella, hice que me mantuviera en una llamada desde que salió de casa, tuve el desagrado de escuchar como le hablaba con amor, como la besaba y cuando volvió como tenía pegado el olor de su asqueroso perfume, por lo que hice que se metiera inmediatamente a bañarse.
—¿Estás contenta por haberla visto? —le pregunto irritada y su semblante cambia— Espero que hayas grabado bien sus facciones, porque esta vez fue la última, nos vamos a marchar lo antes posible, no me importa si Iris puede caminar o no, o si te duele —le digo directamente—. Tengo que salir a ver a Luke, me llevo a Auveri, se quedan aquí y ya saben como tienen que portarse.
—Pero ya le toca la hora de la comida.
—Entonces empácasela, porque no voy a dejar a la niña.
Subo irritada a cambiarme la ropa y la bajar Auveri y su bolso ya están listos. Me acerco para alzarla aunque chilla y patalea por bajarse, pero la sostengo fuerte. Beso a ambas y salgo para ver a Luke. Mi hermano viene en camino para encargarse de la autora, yo mataré a Luke antes de irme, con el arma que tocó Iris dejándole sus huellas, e implantaré evidencia en su tumba de que ellas lo mataron, si en algún momento intentan escapar o si lo logran, serán acusadas de homicidio y claro que yo ya estaré muy lejos con la mocosa cuando eso pase.
Al llegar al bunker y ver a Luke, respiro al notar que casi no se mueve y su rostro está bastante pálido, luce enfermo y ha comido poco estos días.
—Luke ¿qué tienes?
—¿Qué parece que tiene? trastornada —me dice la autora desde la habitación de al lado.
—¡Cállate!
—¿O qué? me obligarás a escribirte un final feliz. Maldita loca.
—¿Puedes levantarte, imbécil? —le pregunto a él sobre el suelo, ignorando a la otra, pero niega con la cabeza.
—Ayúdame a subirlo al auto —le digo a ella abriendo la puerta de su habitación y la mocosa comienza a llorar—, mejor ten a la niña —se la dejo y vuelvo para subirlo a él al auto.
«¡Todo tiene que complicarse justo ahora! seguro es la autora haciendo de las suyas, escribiendo en algún lado».
Dejo al idiota en el auto, está hirviendo en fiebre y vuelvo por la niña, si la dejo las otras se pondrán insoportables y es probable que se revelen. No escucho ruidos cuando vuelvo y veo a la mocosa dormida en sus brazos mientras la mece ¿acaso a la única que no soporta es a mí? Me acerco y la tomo entre sus brazos.
—Es demasiado linda para ser hija de un monstruo, menos mal que tiene a Verónica, Iris y quizás podría tener a Riley —me dice con una media sonrisa.
—Por tu bien que cuando venga a revisar no encuentre algo sobre lo que hayas escrito o vas a extrañar mucho a tus manitos —su petulancia se borra.
Tomo a la niña y salgo de vuelta a la casa. El mudo deslenguado no puede venir hasta dentro de tres días, así que tendrán que cuidarlo ellas, yo no soporto la suciedad y los gérmenes, ha sido un calvario cambiar a ese mini ser humano que salió de mí, y a veces cuidarlas a ellas enfermas, fue algo desagradable que adorne siendo la dulce y tierna Aurora, pero ahora como Lilith, puedo delegar esa desagradable tarea a otros, como ellas.
ESTÁS LEYENDO
Las viudas de Luke Lawson
RomanceDicen que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, también dicen que la venganza es un plato que sirve frío. Nosotras vamos a servir el plato frío, tan frío que terminará enterrado tres metros bajo tierra. Puedo decirles algunas cosas, uno el...