14 Las tres

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Las tres estamos sentadas en la mesa del comedor de Iris, ninguna habla, pero el momento no es incomodo cada quien esta absorta en sus propios pensamientos y la comida en nuestros platos tarda en desaparecer, solo el plato de Aurora logra ser casi vaciado mientras que los nuestros están casi llenos.

—¿Quieren que lave los platos? —pregunta la rubia luego de un rato. La miro sin entender de que habla— Los platos —señala— ¿Quieren que los lave? Si ya terminaron de comer, puedo lavar los platos.

—Iré a acostarme —dice Iris levantándose de repente—. Tengo otra habitación vacía puedes quedarte ahí. Pondré sabanas limpias y...

—Pagué un hotel, no es necesario que me quede aquí —comenta Aurora—, de hecho tengo mis cosas en un hotel no muy lejos, y no creo que sea muy cómodo estar las tres juntas. Creo que todas necesitamos un tiempo para procesar esto —miro a Iris que asiente sin decir nada y se marcha a la habitación dejándome con la chica.

—¿No te irás?

—¿A dónde? sino tengo muchos lugares a los cuales ir, solo somos mi hermano y yo. Nuestros padres murieron y no tengo más, bueno ahora a este bebé. Volveré mañana, te doy mi número de teléfono y estamos en contacto ¿te parece bien? 

Asiento, agendo su número y la veo subirse a un auto blanco. Vuelvo a la habitación de Iris y me acuesto a su espalda abrazándola, escucho el sonido de su sollozo ella está llorando, me acomodo sobre un brazo y la volteo así me ve.

 —Te mentí, perdón —me dice acariciando mi mejilla—, yo no estaba lista para admitirlo.

—¿De qué hablas? 

Ella se levanta toma mi mano y ambas salimos de la habitación para ir a una puerta que desde que vengo está cerrada bajo llave, al abrirla veo de que habla. El lugar tiene una cuna y está todo pintado de un celeste bebé claro. Observo todo y la observo a ella, que ni siquiera puede entrar a esta habitación.

—Yo perdí un embarazo de 7 meses hace un año, se iba a llamar Benjamín —limpia sus lagrimas—. Tuvimos una fuerte discusión cuando se entero de mi embarazo y por unos meses me marché a vivir con mis padres, estuvimos separados por un tiempo —recuerdo ese tiempo él estaba preocupado por "cosas del trabajo", ahora sé cuales son esas cosas del trabajo—. Un día fue a buscarme, a pedirme perdón y me mostró lo que hizo en la habitación de nuestro hijo, yo decidí volver, una semana después, perdí a mi hijo. Todo el embarazo lo había llevado bien, una suba de presión y mi bebé dejo de moverse —salgo rápido de la habitación cerrando la puerta—. Creo que él pudo haberlo provocado —comienza a llorar con desconsuelo y se desmorona, por sostenerla ambas caemos al suelo—, no debería haber vuelto, expuse a mi hijo y lo perdí.

Trato de consolarla, de abrazarla fuerte y ella se aferra a mí. Destruiré a Luke así tenga que asesinarlo, lo haré. Es una maldito monstruo.

—Vendré contigo —le digo casi sin voz. Ella se separa de mí y me mira fijamente—. No quiero dejarte sola, creo que deberíamos estar cerca, yo puedo trabajar desde cualquier lado y tú también, aparte creo que puedo tener material nuevo sacando fotos desde aquí —por primera vez en el día ella sonríe y vuelve a abrazarme sin decir nada— ¿Quieres que nos vamos a acostar? —asiente y la ayudo a levantarse.

Una vez acostadas ambas, con ella acurrucada en mi pecho, la acaricio hasta que logra quedarse profundamente dormida, beso su rostro de manera tierna y protectora. En este tiempo aprendí muchas cosas sobre ella y sobre mí misma, como el hecho de caer en la cuenta que irremediablemente me estoy enamorando de ella, de esta maravillosa mujer con la que comparto un pedazo de mierda como esposo es alguien maravilloso, y que quiero cuidarla y protegerla tanto como me sea posible.

El sol se oculta en el exterior, pero a mi lado sus ojos iluminan la oscuridad en la que se va sumiendo la habitación.

—¿Te sientes un poco mejor? —niega— ¿Qué puedo hacer para ayudarte?

—Estando aquí lo estás haciendo —me abraza hundiéndose en mí—. Si las cosas se complican compré un terreno hace un tiempo y aunque vendí una parte, aún tengo un buen pedazo de tierra, una constructora local está terminando la casa que le pedí construir en el lugar y él no tiene ni idea de que tengo esa propiedad. Pero no está en este EE.UU ¿vendrías conmigo si tenemos que irnos por un tiempo?

—A esta altura, creo que si me pides que me vaya contigo a acampar a la luna, lo haría —ella sonríe—. Creo que él podría ir preso antes de eso, por las dudas dejemos ese As bajo nuestra manga, hasta que sea necesario usarlo ¿te parece? —ella asiente— creo que lo mejor sería que solo sea nuestro secreto. Si queremos empezar de nuevo podríamos hacerlo en un lugar diferente.

Creo que no solo acabo de aceptar irme con ella si es necesario, sino también un futuro en el que ella también sea parte. No sé que va a pasar con nosotras, con Luke, con Aurora, pero si sé que quiero que Iris sea parte de mi futuro, y mis despertares a su lado.

Al día siguiente las tres estamos en la oficina del joven abogado que no deja de babosearse con Iris, sé que ella es guapa, lo supe desde el momento en el que la vi, yo sé que también tengo lo mío, pero de mí desistió de querer acercarse, ya que fui bastante tajante y hostil con él, aunque me molesta que siga mostrándose demasiado amable con ella, pese que hasta nos besamos delante de él.

Le comentamos toda la situación de las tres, para iniciar las acciones legales, los papeles de divorcio en simultaneo le llegarán el martes, para dejarnos un día de juntar nuestras cosas en mi departamento y de que Aurora cambie la cerradura de su departamento e Iris la de su casa, las demandas le van a llegar a su oficina y la policía procederá con el arresto seguido de eso, por malversación de fondos, estafa y lavado de dinero, con los de los embarazos no podemos presentar cargos ya que no hay evidencia incriminatoria sobre eso, pero va a pasar un buen tiempo preso, mientras su abogado puede armar un caso.

—Entonces procederemos lo antes posible con todo. Cualquier duda pueden llamarme... las tres, sin importar el horario —nos sonríe a todas—. Por cierto felicitaciones por su bebé —le dice a la rubia, ella de manera amable asiente y sonríe.

Las tres nos subimos al auto de Iris, llegamos a su casa y ahora un poco menos tensas conversamos mejor, ella nos cuenta de como le ha estado ocultando su vientre que cada vez se ha ido notando más y por eso nos buscó. Ahora también entendemos que negarles nosotras tener sexo llevo a que él lo descargara su necesidad con ella, era muy probable que resultara embarazada.

—¿Qué harás? —le pregunto en cuanto ella toma sus cosas.

—Debo volver a verlo, pero... quizás le diga que tengo que cuidar de mi tía más tiempo, el vientre se me nota más y sé que no irá por allí, ella lo odia.

—¿No quieres quedarte con nosotras? —le pregunta Iris—, tengo otra habitación.

—¿No les parecerá incómodo?

—No tanto como crees —le responde ella—. Quiero disculparme por como te trate ayer —le dice algo avergonzada—, sé que no estuve bien.

—Oh —ella se sorprende, pero le regala una sonrisa amable—. Bueno acepto tus disculpas, supongo que no es nada fácil esto para ninguna. Las tres pasamos por esto y no sabían lo que él hizo con nuestros...

—Sí, pero igual es importante que me disculpe, así que lamento mi actitud de ayer. Si quieres puedes quedarte.

—Bueno, si ustedes quieren y no se sienten incómodas —nos sonríe.

Las viudas de Luke LawsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora