1 La tierna Aurora

76 14 0
                                    

Estadísticamente el viernes o sábado es cuando más homicidios se comenten y no lo digo yo, lo dice la ciencia y un artículo publicado en el diario de turno y hoy casualmente es Viernes.

Aquí estoy, sentada en el café esperándola llegar, sé que falta poco para que entre y la espero pacientemente. Les doy un consejo, jamás se pongan en pareja con una tipa que saben que está loca y yo lo estoy, sé que me faltan bastantes tornillos hace rato, pero le va a dar un plus a lo que voy a hacerle a este perro infiel.

—Hola ¿Te puedo invitar un café? —miro la hora. Uno que rompe el récord, tardando menos de 20 min en invitarme algo— digo si no te molesta.

—Si, me molesta y no, gracias eso no le gustaría mucho a mi esposa —le miento y él abre los ojos grandes—, es muy celosa.

—Perdón como no te vi la alianza.

—Se me debe haber quedado en el baño, luego que cogimos en la ducha esta mañana, se la quito cuándo vio que me vino y la sangre bueno... —se va asqueado.

Estoy en pareja, pero con un imbécil infiel como novio y por eso estoy aquí.

 Entró ella, con su cabello largo tan claro que parece que le robó los rayos al sol, dorados como el borde de los platos que usan de vajilla, no es para nada fea, de hecho se ve verdaderamente tierna, con sus anteojos grandes, su amplía sonrisa, de contextura pequeña, pero tierna.  Es mi antítesis, naturalmente no sé que le vio este infeliz a esta chica, pero voy a averiguarlo hoy, y por supuesto que lo haré pagar. Aparte él sabía perfectamente con la clase de loca que se metió cuando nos pusimos de novios. Ahora agua y ajo, diría mi abuelita, viejita de mierda que el diablo la tenga en la gloria y no la suelte, a aguaNTARSE y ajoDERSE.

La minion mide 1,61 de altura, lo sé porqué la stalke, no porque sea una acosadora que la ha medido mientras duerme. Una amiga de ella en una publicación se burlaba de su altura. Pero este pedazo de mierda de mi novio, me está engañando con un Umpa Lumpa.

—Se acerca a atender mi mesa— Buenos días —puedo ver un dije con la inicial de la L de Luke— soy...

—Lindo collar —la interrumpo— ¿tu nombre empieza con L? —sé que no, porque ella se llama Aurora.

—No, en realidad es la inicial de mi novio ¿Le puedo tomar su...

—¿Hace mucho que salen? —6 meses, es algo que ya sé y hasta cuando cumplen aniversario. Ella se aclara la garganta incómoda—, lo siento que modales los míos. Quería preguntarte dónde lo compraste yo tengo el mismo —este hijo de puta nos regaló el mismo dije a las dos, solo que el mío es de oro— y digo tal vez lo compró en el mismo lugar. O nuestros novios se llaman igual, imagina que sean el mismo  —río sin gracia, probándola para ver su expresión. que delaten que ella sabe, pero no, no sabe nada—. ¿El tuyo de que material está hecho?

—Acero quirúrgico —ni siquiera le regaló uno de plata, esta rata mugrosa—, yo los compré en realidad, y el suyo se ve caro, no creo que sean del mismo lugar.

—Por favor tutéame, no soy tan mayor, seguro tenemos la misma edad. Tengo 28 años recién cumplidos —Ella se acomoda sus anteojos nerviosa y sonríe.

—Bueno si no te incomoda, entonces eres escorpio —sí, una vengativa escorpio.

—Sí, y me llamo... Salma —no voy a darle mi nombre verdadero— ¿Tú cómo te llamas?

—Aurora.

Ya veo que le vio. Ella es demasiado inocente, me recuerda al gato con botas, bueno de hecho tiene la casi la misma altura y los ojitos grandes color miel y brillantes también. Esta chica irradia ternura. Creo que haré un servicio a la comunidad y le diré la verdad sobre el cucaracho, o podría dejarla seguir con él y llevar a cabo mi venganza sola, no parece el tipo de chica que se aliaria conmigo para hacerle la vida imposible a alguien.

—¿Quieres ordenar? Pareces el tipo de persona que tomaría un frambulate frío —sonríe. Ahora sé porque está con él, lee a la gente demasiado mal.

—De hecho se me antoja un expreso doble en una taza mediana, con edulcorante, una rebanada de pastel de limón y dos donas para llevar.

—Wow sabes lo que quieres. Yo soy tan indecisa.

Acomoda un cabello detrás de su oreja. Entonces veo y recuerdo viendo sus aritos que así es como supe que él me engañaba, ya que a ella se le quedó un arito en un dobles de la alfombra de su auto y eso que lo había aspirado y lavado antes de irme a buscar. El favorito de Dios, no es, porque lo encontré. Pero no soy el tipo de chica que le monta una escena, soy el tipo de chica que lo hará pagar.

—Bueno eso es algo que a mi novio le irrita un poco de mí —miro la punta de mi cabello azabache—, como cuando le dije que iba a cambiarme del negro al chocolate y dijo que todos iban a verme y que no le gustaba eso.

—Bueno pero no creo que sea por tu color de pelo, que volteen a verte —sonrío con amabilidad.

—Podría pensar que me estás coqueteando.

—Solo se reconocer cuando alguien es bello, y soy el tipo de persona que da halagos, disculpa si te incómoda —sube sus anteojos sobre el puente de su nariz— ya sale tu pedido y te lo traigo. Por cierto mi nombre es, Aurora —«Lo sé».

La veo disimuladamente, porque las fotos de las redes sociales no te hablan sobre el tipo de persona que es ella, aparte tampoco es tan activa publicando cosas. Tiene fotos de hace más de tres años suyas y pública de vez en cuando, alguna que otra foto de algún viaje o de la luna, tiene demasiadas fotos de la luna y la naturaleza. Ella es un misterio para mí y quizás esa curiosidad me movilizó hasta aquí para venir a conocerla hoy, quizás esa curiosidad lo engancho a él.

Me dispongo a irme dejando el dinero más propina en la mesa, mientras recojo mis cosas, ella se aparece a mí lado.

—Dios me diste un susto —digo tomándome el pecho—, ya te dejé aquí el dinero de lo que tome y la propina.

—Perdón por asustarte ¿te gustó el café y la comida?

—Sí, todo muy rico. Seguramente vuelvo a tomar algo con mis amigas —una amplia sonrisa adorna su rostro y ella parece brillar.

—Genial, le diré a mi hermano entonces. Gracias por venir, si traes a más personas te haré un descuento la próxima vez. Si subes una historia en Instagram etiquetándonos te lo agradecería.

—¿No se enojará tu jefe? ¿O es algún tipo de política hacerle descuentos a la gente que trae gente?

—No voy a enojarme por hacerte un descuento —¿ella es la dueña? ¿Qué hace sirviendo mesas?— entonces te esperamos la próxima vez .

La llama una viejita para pedirle la cuenta, ella se acerca y la abraza, la mujer le regala un gorrito que terminó de tejer y ella se lo coloca de inmediato, el rojo combinan bien con sus mejillas coloradas y su piel como la nieve. Tal vez Luke ve en ella un lado que yo no tengo, el lado humano.

Que chica tan extraña, es la dueña y sirve mesas ¿Su hermano cocina? Mierda, ahora tengo más curiosidad por ella.

En cuanto a Luke, me paro en un farmacia y compro laxante sabor limón para echarle encima de la dona, lo mezclaré con un glase y parecerá que le cayó mal. Este infeliz se va a arrepentir de estar poniéndome los cuernos a las tres.

Las viudas de Luke LawsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora