18 Nuestra propuesta

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Viajamos a ver a Aurora después de que Iris va a hacer la supervisión por una de las filiales de la empresa de su familia, quién diría que fabricar y vender cubiertas era un negocio tan rentable.

Llega a la habitación del hotel con un pantalón de vestir gris ajustado y una camisa blanca que dejan ver su escote, lleva sus anteojos puestos y el cabello tomado, me llama con su dedo índice mientras sigue discutiendo con su padre por teléfono. Coloca el silencio en su teléfono para poder hablar sin que él nos escuche.

—Me encanta como te queda ese blusa —la toca y roza mis pechos por encima— ¿Cuánto crees que me demore en sacartela? —su padre dice algo que llama su atención y vuelve a la llamada— ¡Ya te dije que los números no mienten! ¡Deja de casarte con tu empleados Jhon es un inoperante, incompetente y mal líder, nos está haciendo perder dinero! —de nuevo silencia la llamada— ¿Quieres que vamos a almorzar? —me besa y vuelve a escuchar algo que la pone en alerta— ¡Ya te mandé sus números! ¡Has lo que quieras sinó lo echas a fin de mes lo haré yo! —él hombre deja de pelear un momento— ¿Cómo está mamá? —le responde— dile que iré a verla. Sí y también quiero presentarles a alguien —me mira—, es alguien importante para mí —él le habla más calmado—. Sí, papá me hace feliz —no puedo evitar ruborizarme—. Nos vemos luego —corta— ¿Por qué tan roja? —sonríe.

—¿Quieres presentarme?

—Claro.

—¿Te hago feliz?

—Muy.

—¿Y qué dirás cuando los conozca? Ella es Vero, la ex de mi ex, con quién compartíamos esposo.

—Ella es Vero, mi novia, la que me hace muy feliz. No es necesario que sepan todos los detalles, se van a conformar con la parte de me hace muy feliz y listo.

—Bueno, si tú lo dices —coloco mis brazos al rededor de su cuello para acercarme y besarla—. Te quedan muy sexys esos anteojos, tienes que usarlos más seguido.

—¿Cómo me vas a presentar a mí con tu familia? —me pregunta y me quedo un poco congelada, porque ellos ni siquiera saben que estoy saliendo con Iris, y a duras penas le tuve que decir de mi divorcio porque fue noticia pública— ¿Qué? ¿Qué pasa? —sin decir nada ella puede leerme— Ni siquiera saben que sales con alguien, no me vuelve a mirar —ni siquiera saben que te gusta una mujer.

—Amor, es complicado.

—¿Qué tan complicado puede ser que te guste una persona de tu mismo sexo si te hace feliz, qué más da?

—En mi familia es complicado. Vienen de una cultura latina, religiosa cerrada, y yo estuve toda la vida de novia con el mismo hombre con el que me casé.

—Bueno no me sorprende que apenas tuviste un poco de libertad, te gustara alguien realmente, y que sea de tu mismo sexo. Si nunca has experimentado y descubierto tu sexualidad.

—Guau. Gracias —intenta tomarme la mano—. Iré a dar una vuelta, ve a comer si quieres te veo en lo de Aurora.

—Amor —intenta detenerme—, no era como quería que sonara. Amor, por favor —la detengo con un gesto de la mano y salgo tomando mi teléfono y bolsito.

Los mensajes no tardan en llegar al igual que las llamadas. Decido irme caminado a la cafetería aunque no me queda tan cerca, pero me va a servir para pensar un poco y despejar mi mente, ella tiene razón en algo, no debería ser tan difícil de entender si soy feliz, no debería importarles con quién esté, pero no es tan simple, no en mi familia y no conmigo, la oveja negra.

—Hola.

Entro a la cafetería para ver a la rubia y tierna Aurora llevando un pedido a una mesa con su enorme vientre de ahora cinco meses. Apenas entro me sonríe.

Las viudas de Luke LawsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora