Enfrentando los Miedos

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Haru despertó esa mañana con la mente aún llena de pensamientos confusos. La conversación con Minho lo había dejado pensativo. Sus palabras sobre Kyung Soo resonaban en su mente como un eco, generando una mezcla de curiosidad y ansiedad en su interior. Se preguntaba qué quería decir realmente, pero la incertidumbre lo consumía.

Decidió que lo mejor sería centrarse en su arte. Mientras se preparaba para el día, trató de canalizar sus inquietudes en un nuevo dibujo. Sus manos trabajaban con rapidez, plasmando en el papel una representación de su mundo interior. Un paisaje surrealista lleno de árboles retorcidos y colores vibrantes que reflejaban sus emociones contradictorias.

Sin embargo, a pesar de su enfoque, su mente seguía divagando hacia Kyung Soo. La forma en que lo miraba, la confianza que parecía depositar en él… Haru sabía que eso lo intimidaba. A menudo, se sentía como si estuviera jugando en ligas mayores, y la idea de decepcionarlo le generaba un nudo en el estómago.

En la academia, Haru se dirigió a la clase de arte, donde esperaba perderse entre los pinceles y la pintura. Al llegar, notó que la atmósfera era diferente. Había un murmullo entre los estudiantes; todos parecían estar hablando sobre un evento especial que se llevaría a cabo esa semana. Era un festival artístico donde los estudiantes tendrían la oportunidad de exhibir sus obras. La noticia despertó una chispa de emoción en Haru, pero también un nuevo miedo: ¿estaría listo para mostrar su trabajo al público?

Durante la clase, Haru se encontró sentado al lado de Kyung Soo. La tensión entre ellos era palpable, pero también había una sensación de camaradería. Kyung Soo se inclinó hacia él, rompiendo el silencio.

—"Haru, creo que deberías participar en el festival," —dijo, con una sonrisa alentadora.

Haru sintió que su corazón se aceleraba. La idea de compartir su arte con otros lo aterrorizaba, pero el apoyo en la voz de Kyung Soo también lo motivaba.

—"No estoy seguro… no sé si estoy listo," —respondió Haru, sintiendo que sus inseguridades comenzaban a salir a flote.

Kyung Soo lo miró con seriedad, como si estuviera intentando transmitirle la confianza que él mismo parecía tener.

—"Nadie está completamente listo, Haru. Pero creo que tienes un talento increíble. Mostrarlo podría ser una forma de abrirte más al mundo," —dijo, su tono sincero.

La sinceridad en la voz de Kyung Soo hizo que Haru se sintiera más seguro, aunque el miedo seguía presente.

—"Lo pensaré," —murmuró, sabiendo que esa respuesta era un intento de protegerse.

Después de la clase, Minho lo encontró en el pasillo. Parecía haber recuperado su confianza habitual, pero había algo en su mirada que lo hizo parecer más serio.

—"¿Haru, estás pensando en participar en el festival?" —preguntó, aunque ya sospechaba de la respuesta.

Haru asintió, sintiendo que la presión de ambos chicos lo estaba aplastando.

—"Kyung Soo cree que debería hacerlo…" —dijo, sintiendo la incertidumbre brotar nuevamente.

Minho le dio una palmadita en la espalda, su gesto estaba cargado de complicidad.

—"Entonces deberías. Tienes que mostrarle a todos lo que eres capaz," —afirmó con entusiasmo, aunque detrás de sus palabras había un tono de advertencia.

—"¿Y si no les gusta? ¿Y si me ridiculizan?" —las palabras salieron de su boca sin que pudiera controlarlas.

Minho lo miró fijamente, con una mirada decidida.

—"Eso no importa. Lo que importa es que tú creas en ti mismo. La mayoría de la gente ni siquiera se atreve a intentarlo. Solo tú puedes decidir tu valor," —dijo Minho, y en sus ojos había una chispa de pasión que Haru no pudo ignorar.

Esas palabras resonaron en su corazón. Mientras Minho se alejaba, Haru se sintió abrumado, pero también inspirado. Tal vez este festival no solo era una oportunidad para mostrar su arte, sino también un paso hacia adelante en su vida.

Esa noche, mientras se sentaba a trabajar en su proyecto para el festival, Haru se encontró recordando lo que Minho y Kyung Soo habían dicho. Mientras dibujaba, sintió que el papel se llenaba de su esencia. Sin darse cuenta, se perdió en el proceso, dejando que sus miedos se disolvieran entre los trazos y los colores.

A medida que avanzaba, comenzó a visualizar su obra en el festival, imaginando cómo sería mostrar su trabajo a los demás. Cada golpe de lápiz le daba una sensación de libertad. Era un pequeño paso, pero un paso hacia la superación de sus temores.

Sin embargo, al finalizar la noche, mientras observaba su obra, una inquietud lo invadió. Se dio cuenta de que, aunque estaba emocionado, también sentía la presión de la expectativa. La idea de que sus compañeros, especialmente Kyung Soo y Minho, lo observaran lo llenaba de nerviosismo.

Haru sabía que aún quedaba tiempo para el festival, pero en su corazón, una cosa estaba clara: había decidido que iba a enfrentar sus miedos. Se prometió a sí mismo que no se dejaría vencer por la inseguridad. El arte era su voz, y era hora de dejarla hablar al mundo.

Hilos de DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora