Me desperté con la luz de la madrugada filtrándose por las cortinas, suave y silenciosa. No era el ruido lo que me había sacado del sueño, sino la incomodidad de la realidad. Sentí el calor de Nicholas a mi lado, respirando con calma. Todo lo que pasó anoche seguía aquí, flotando entre nosotros. Pero nadie lo había dicho. No todavía.
Me deslicé fuera de la cama sin hacer ruido, buscando el frío del suelo bajo mis pies. Necesitaba un momento, un respiro antes de enfrentar lo inevitable. La cocina parecía un refugio temporal, lejos del caos emocional. Puse a hacer café, algo simple que me diera tiempo para ordenar mis pensamientos. El sonido de la cafetera burbujeando llenó el aire, mezclándose con el aroma del café recién hecho. Por un instante, todo parecía normal.
Hasta que escuché el crujido del piso detrás de mí. Sabía que Nicholas estaba allí, en la puerta, observándome. No necesitaba voltear. El silencio entre nosotros no era incómodo, pero sí pesado, cargado con todo lo no dicho. Sabíamos que teníamos que hablar, pero ninguno quería ser el primero en romper la barrera.
—Buenos días— murmuré, dándome la vuelta finalmente. Le extendí una taza de café.
—Buenos días— respondió él, con esa voz grave y tranquila que siempre parecía decir más de lo que yo quería escuchar.
Tomó la taza de mis manos, y al hacerlo, rozó mis dedos. Ese contacto mínimo encendió un recuerdo de la noche anterior. Algo tan pequeño, pero que parecía significar tanto. Aun así, ninguno dijo nada al respecto. No aún.
—¿Tienes hambre?— pregunté, tomando un sorbo de mi café. Necesitaba llenar el espacio con algo, cualquier cosa que no fuera hablar de lo que pasó.
Él asintió, dejando la taza en la mesa. —Puedo hacer algo sencillo.—
Nos movimos por la cocina como si hubiéramos ensayado esto antes. Él cortaba pan mientras yo sacaba huevos y verduras del refrigerador. Estábamos cerca, pero había una distancia. Una barrera invisible que ambos respetábamos, como si tuviéramos miedo de cruzarla otra vez. Era extraño pensar que hacía solo unas horas esa distancia no existía.
Cuando la comida estuvo lista, nos sentamos en silencio frente a nuestros platos. El aroma del desayuno llenaba la habitación, pero ninguno de los dos parecía tener hambre de verdad. Me concentré en mi plato, como si el simple hecho de comer pudiera distraerme de lo que pasaba en mi cabeza.
—Anoche...— su voz rompió el silencio. Sabía que llegaría este momento, pero no pensé que sería tan pronto.
Levanté la vista, encontrando sus ojos. La incomodidad era palpable, pero no podíamos ignorarlo más.
—Sí, anoche...—repetí, sin saber muy bien cómo seguir —Fue... intenso.–
Nicholas asintió lentamente. —Lo fue. Pero no estoy seguro de lo que significa para nosotros.–
Tomé aire profundamente, dejando el tenedor sobre la mesa. —Yo tampoco. No quiero apresurarnos a sacar conclusiones, pero tampoco quiero fingir que no pasó.–
El silencio que siguió no era incómodo. Era reflexivo. Estábamos tratando de procesar lo que significaba esa conexión entre nosotros, lo que había sucedido. Todo seguía siendo complicado, pero no necesariamente malo.
—¿Y qué hacemos con eso?– preguntó finalmente, su voz más suave.
Lo miré, viendo la misma incertidumbre en sus ojos que yo sentía. No había respuestas fáciles, lo sabíamos. Pero también había algo en cómo me miraba, una calma que me hacía pensar que tal vez podíamos encontrar una forma de avanzar.
—Podemos tomárnoslo con calma —sugerí, mi voz firme, aunque en mi interior temblaba. –No apresurarnos a ponerle una etiqueta. Dejar que esto sea... lo que tenga que ser.–
Nicholas asintió. —Eso me parece bien. Ver cómo va–
Sentí que el peso en mi pecho se aligeraba, aunque fuera solo un poco. No era una solución, pero era un acuerdo. Un punto medio. Y eso, por ahora, era suficiente.
—Gracias— dijo de repente, y la seriedad en su voz me hizo mirarlo de nuevo. –Por no complicarlo más de lo necesario.–
Le devolví una sonrisa pequeña, algo aliviada. —Supongo que, por una vez, eso es lo más sensato que podemos hacer.–
Ambos nos reímos suavemente. No habíamos resuelto nada, pero al menos habíamos encontrado una forma de lidiar con ello. Después de todo, no podíamos borrar lo que había pasado, pero podíamos elegir cómo manejarlo.
Después del desayuno, lavamos los platos juntos en un silencio más relajado. Lo que había pasado anoche seguía ahí, pero ahora no parecía tan abrumador. Habíamos llegado a un acuerdo, y por ahora, eso era suficiente.
Hola! Espero les haya gustado mucho, esta vez es un cap corto que escribí a las 2:00 a.m. como un pequeño regalito por el apoyo que me han dado, les agradecería si siguen votando, me siguen o me dan algún consejo. ¡Hasta la próxima página!💗
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REENCUENTRO| Nicholas Chavez
FanfictionElena y Nicholas se reencuentran después de mucho tiempo, esto desentierra viejas heridas y recuerdos compartidos. Mientras la tensión entre ellos se intensifica, deberán enfrentar los fantasmas de su pasado y decidir si el amor que una vez los unió...