Capítulo 7

6 1 0
                                    




____________________________________
El gran salvador
____________________________________

____________________________________El gran salvador____________________________________

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Noveno mes del año 123 d.C

Cuatro caballeros ya habían luchado, y el ambiente en el torneo estaba cargado de tensión. Más de uno me había pedido mi favor pero yo se lo negué a cada uno de ellos.

Quedaban otros cuatro por enfrentarse, y hasta ahora, el favorito era Ser Garren Blackwood, un caballero imponente y de gran renombre, conocido por su agilidad en el combate y su precisión mortal con la lanza y Gorak Harlson, un hombre que era del tamaño de dos. Era prácticamente una montaña y daba miedo con tan solo mirarlo. Yo rezaba porque no tuviese que pasar la velada con él. Sin embargo, Cregan Stark no se quedaba atrás. Observé cada uno de sus movimientos con interés, su estilo era metódico, controlado, casi feroz en su simplicidad. No había florituras, solo fuerza pura y una estrategia fría y calculada. Un guerrero nato.

A pesar de las justas, de la emoción que embriagaba a todos, yo no lograba deshacerme de la sensación de asco que me embargaba desde el anuncio de mi abuelo. Aún no podía creer que me hubieran subastado como a una simple oveja. Cada vez que el público aplaudía o vitoreaba, me sentía más alejada de la euforia que los rodeaba. Finalmente, ya incapaz de soportarlo más, me levanté del palco sin decir una palabra y me dirigí hacia las carpas en busca de algo para beber. Necesitaba despejarme, alejarme del bullicio y de esa sensación de ser un trofeo.

Me alejé del tumulto del torneo hasta llegar a las cuadras, donde preparaban a los caballos. El olor a heno y cuero, mezclado con el dulzor de la hierba, me dio una bienvenida mucho más cálida que la arena de la justa. Aquí, al menos, no me sentía observada. Por suerte, ninguno de los caballos había sufrido bajas en los enfrentamientos, algo que me aliviaba de alguna forma. Paseé entre las majestuosas bestias hasta que uno llamó particularmente mi atención.

Un hermoso semental negro se encontraba al final del establo, apartado del resto. Su pelaje era de un tono tan oscuro que casi parecía absorber la luz a su alrededor, brillando solo en las zonas donde el sol se colaba por las rendijas del techo. Sus ojos eran profundos, casi inteligentes, y su porte erguido demostraba que estaba acostumbrado a la batalla. Me acerqué lentamente, sintiendo una atracción inexplicable por él, y deslicé mis dedos suavemente por su cuello, notando el calor bajo su piel, la fuerza contenida en cada fibra de músculo.

Me perdí en mis pensamientos, acariciando su crin, cuando una voz grave rompió el silencio detrás de mí.

- Visenya...

Me giré rápidamente, con la mano aún sobre el lomo del caballo, para encontrarme cara a cara con Cregan Stark. Estaba entero cubierto de arena y de sangre. Su presencia imponente llenaba el establo, pero había algo en su mirada que era distinto. No era la mirada calculadora del guerrero que había visto en la arena, sino algo más suave, más cercano.

Entre dragones y lobos - (Aegon Targaryen & Cregan Stark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora