Capitulo veinticinco.

376 60 20
                                        

Un mes más tarde.

Al salir de mi habitación, me dirigí al comedor, para tomar el desayuno.

–Majestad–, Yeona llega frente a mí. Ella entiende una bandeja con una carta.

Bufo, sin ganas. Es una carta de Namjoon.

Solo tomo la carta y sigo mi camino. –Lleva el desayuno a mi oficina–, le pido a Yeona.

Ella solo hace un reverencia y se aleja.

Cambio de planes, voy directamente a mi oficina.

El entrar, me senté en mi lugar y abrí la carta sin más.

Para Chaeein.

¿Cómo están las cosas en el imperio?, no recibí tus cartas este mes, me preocupaba que estuviera pasando algo.

Escríbeme.

Nosotros estamos liderando la batalla ahora, así que será complicado mantener el contacto como normalmente, pero espero seguir recibiendo tus cartas.

Sé que estás haciendo un buen trabajo.

Asumo que ya te enteraste de las noticias, así que confío en tu amabilidad y sé que puedo confiar en tu apoyo.

Te escribiré cuando tenga tiempo de hacerlo.

-Namjoon

Dejo la carta a un lado, sin importancia. Solo voy a comenzar con el trabajo de hoy.

Tocan la puerta, después veo a Yeona, quién trae mi desayuno.

–Yuri preparó un té relajante para usted–

Asiento, –Dale las gracias de mi parte. Oh, y dile a Hoseok que necesito salir, me acompañará–

Yeona asiente y se despide.

Hoy necesito buscar un local para poner mi tienda de ropa.

Eh estado haciendo algunos diseños, tengo muchos bocetos, solo necesito hacerlos y ponerlos a la venta.

Pero claro, necesito a mi socio, con quién se me a dificultado encontrarme.

Le envié una invitación, con la excusa de que quería un vestido diseñado por él.

Se negó. Aparentemente él había enviado una invitación antes y se fué entre las invitaciones que Namjoon tiró a la chimenea.

No me sorprende si se siente ofendido.

Intenté reunirme casualmente con él, incluso me arriesgué a ir a esos eventos sociales.

Ni siquiera asistió.

Fuí para nada y solo me lleve miradas y murmullos por lo acontecido con la nueva consorte.

No se me ocurre otra idea para reunirme con él más que visitarlo directamente, pero se vería como intimidación, al ir cómo si tuviera el poder de hacerlo cuando quisiera solo porque soy la emperatriz.

Plan b. Tendré que usar mi arma secreta.

Comienzo con mi desayuno, dejando mis pensamientos a un lado.

𝑽𝒊𝒗𝒊𝒓𝒆 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒆𝒍 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora