Capitulo veintiocho.

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Dias después.

Hace aproximadamente una semana que Sanha y yo nos hemos estado evitando.

Eso también hizo que el palacio se dividiera. Algunos sirvientes están con Sanha, y los otros, los más antiguos, están de mi lado.

Hoseok dijo que debería hacer una reunión con los vasallos y explicar la situación.

Y, sorprendentemente, hubo comentarios en los que dejaban ver su apoyo a Sanha, siendo el sumo sacerdote, por supuesto, la madre de Sanha que ahora toma el lugar de su esposo, y los padres de Hoseok.

Eso hizo que Hoseok y ellos tuvieran una ligera discusión.

Los caminos ya se están dividiendo. Es cuestión de tiempo para que los rumores se extiendan por el imperio.

La rivalidad crecerá por la culpa de los demás nobles.

Las cosas se están torciendo. No, creo que están tratando de volver a su curso.

Estoy irritable, no duermo bien, no puedo comer tranquila a menos que sea en mi habitación o mi oficina.

Están cuestionando mi autoridad, comienzan a verme como una mujer celosa.

No habrá ninguna diferencia si intento arreglarlo, incluso si lo intento, algo nuevo pasa y vuelve a ser lo mismo.

Hoseok entra a mi oficina, tiene unos papeles en sus manos.

–Traje lo que me pediste–, me observa con cierto pesar, pero deja los papeles en el escritorio.

El divorcio.

Asiento, –Gracias–, digo.

Leo los papeles, aunque solo superficialmente. Tomo la pluma con la tinta para firmar estos.

–¡Espera!–, Hoseok dice. –¿Estás segura?, ¿No deberíamos esperar a Namjoon?–

–Hoseok. Por favor, no otra vez–,

Desde que le pedí hacer esto, a estado intentando impedir que firme el divorcio.

Y sé que se necesita la firma de Namjoon, pero al menos por mi parte estaría todo terminado.

Hoseok solo se queda en silencio, apretando los puños, probablemente sintiendo impotencia.

Firmo rápidamente. Dejo los papeles a un lado.

Y de nuevo, como lo eh estado haciendo todo este tiempo, comienzo a trabajar.

Aburrido...

...........

Quise salir a comer en el jardín, planeaba ir al gazebo.

Sin embargo, una invitación repentina llegó a mí.

Una de las doncellas de Sanha me dijo que ella, Sanha, me invita a comer con ella.

Claro que iba a negarme, y la actitud de la doncella daban a entender que lo hiciera, así que lo pensé.

Pero soy una adulta. Eh estado evadiendo los conflictos por miedo, tengo que enfrentarme a ello tarde o temprano, así que haré un último esfuerzo por intentar volver a dejar las cosas en calma.

Me dirijo al invernadero, dónde Sanha esperaba.

Entré, la doncella se quedó afuera. Seguí mi camino y llegué a la mesita dónde Sanha estaba esperando.

Está usando un vestido verde que hace un buen contraste con su cabello rojo.

–Sanha–

Voltea a verme. –Chaerin–, dice solamente.

𝑽𝒊𝒗𝒊𝒓𝒆 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒆𝒍 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora