La culpa no me deja vivir

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Sanzu despertó con un dolor de cabeza insoportable. Su estómago estaba revuelto, y en su boca había sabor a cenicero lleno.

La tos lo ahogaba apenas habría los ojos, su respiración agitada y la fuerza que infringia la misma al salir de su pecho , hacia que doliera todo. Y el oxígeno tardaba en hacerlo respirar un poco.

Desde el día en que se había ido ninguno de sus amigos se había puesto en contacto con él.
"Amigos" ... Ya eran adultos, y por una cosa y otra se habían alejado un poco.

Esos amigos de infancia a los que él quería muchísimo, Pero jamás se los dijo. Su orgullo podía más que todo el amor y cariño que les pudiera tener.

Sin embargo ni el orgullo , ni las situaciones, borraban el sentimiento del verdadero amor que sentía por alguien. El primer amigo que tubo, la primer persona que lo hizo sentir importante , la primer persona que le pareció genial y único. La primer persona a quien Amó...

Mikey... Era fiel y leal a su persona, lo seguía, lo ayudaba, lo apoyaba. Sin embargo Mikey no tenía más que cariño de amigos para él. Y le dolía, lo quemaba por dentro.

Encontró refugio a su dolor en Mutto.
Mikey los había presentado una vez de adolescentes, y Mutto se ganó su cariño diciéndole cosas hermosas, tratandolo bien.

No importaba cuánto se esforzará Mutto, de todas formas su relación conflictiva de familia, y su amor no correspondido lo llevaron a cometer estupideces, como esa vez que salió con Hanma y Kisaki a una fiesta, y en la misma por hacerce el importante, probó la droga que lo llevaría a perderse en la locura y la desolación.

Mutto cansado de correr detrás de él y sus locuras, cansado de luchar contra la corriente, cansado de buscarlo tirado por los rincones alcoholizado y drogado, quiso alejarse de él.

Sanzu Sentia que si alguien más lo abandonaba no tendría fuerzas para seguir. Sus padres lo habían dejado a él y sus dos hermanos, Pero Senshu era todo lo contrario a él y no se llevaban bien.

Y Takeomi, bueno.. Takeomi hizo lo que pudo a su edad tratando de trabajar para darles de comer. No era bueno escuchando, no era bueno hablando. Los problemas se los habían aprendido a resolver cada uno por su cuenta.

El día que Mutto quiso cortar su relación con Sanzu, este Le prometió llorando que cambiaría, que se recuperaría , que no se drogaria ni tomaria más.

Por un tiempo parecía haber Sido así, lo que Mutto no sabía era que Sanzu era débil ante la tentación, no porque no lo queria , sino porque no se quería él.

Había aprendido a vivir sin el amor de Mikey, ese amor obsesivo que sentía por él.
A Mutto lo quería mucho, le encantaba como lo besaba, como le hacía el amor. Como lo cuidaba y lo trataba frente de la gente.

Pero Mutto trabajaba muchas horas sin descanso, y él aveces se la pasaba despierto esperando a verlo cruzar la puerta de su casa, por una u otra razón nunca llegaba cuando lo esperaba.

Los celos y la inseguridad lo carcomian por dentro, calaban hondo en sus huesos, haciéndolo tener ataques de ansiedad, ataques dónde solo podía ayudarse el mismo.

Y la forma que encontraba de salir de ellos era con sus drogas y el alcohol. Comenzó otra vez una vez cada tanto. Cuando Mutto llegaba y lo encontraba dormido, lo besaba para despertarlo y estar con él, Pero últimamente a Sanzu le daba igual.

En su cabeza imaginaba las formas en que Mutto estaría cogiendo con alguna o algún regalado que pudiera darle lo que él no podía. Lo que él no le daba. Alguien más lindo, alguien con mejor cuerpo...

Se soltaba de su agarre , le gritaba e insultaba diciéndole que tenía olor a perfume en su ropa, a qué si llegaba tan tarde era porque estaba engañandolo y ya no le importaba.

Rompiendo Patrones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora