I. 🩸🔥

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Felix.

La invocación golpea el alma de Felix con tanta fuerza que se interrumpe a mitad de la frase. Nunca se acostumbrará a esa sensación. Como tropezar mientras permanece en un sitio. Como si sus oídos zumbaran sin escuchar sonido alguno.

Más insidiosos que la invocación son los propios pensamientos de Felix. Conciencia. Impotencia. Ya van cinco invocaciones este mes, y sólo es el decimoquinto de Wyrming.

Esto es mucho peor que la última guerra.

— ¿Su Alteza? —pregunta la heraldo Seulgi, trayendo a Felix de vuelta al presente.

Correcto. Felix sigue en su salón, recibiendo el informe de su heraldo. El fuego parpadea entre las estatuas de dragones. Las ratas deambulan en su imponente jaula, una de las muchas cosas que robó del laboratorio del difunto Changkyu Ark.

Felix no puede recordar lo que estaba diciendo. —Terminemos con esto. —Felix salta de su sillón, a la caza del abrigo que tiró al suelo antes—. Olvidé que tengo que ver a su Majestad esta tarde.

Seulgi asiente. Lleva tres años a su servicio, una mujer sin pretensiones que ni siquiera se tiñe el cabello negro. Estúpidamente alta, como la mayoría de la gente. —Eso era todo lo que tenía que informar sobre Tanalar. ¿Cómo quiere que manejemos el informe de este trimestre?

Felix encuentra la prenda de damasco negro y plata debajo de su mesa de café. Se echa el largo cabello hacia atrás mientras lo pesca. —Otro descenso en los ingresos de la hacienda. Un 4%.

— ¿Además del descenso del 2% en el año fiscal? —Seulgi frunce el ceño cuando Felix asiente—. Es excesivo, Alteza.

Mejor se olvida del abrigo. Felix lo deja caer al suelo. —Tanalar siempre pierde ingresos este trimestre, y la gente apenas espera que aumenten los beneficios bajo mi gestión. Un 4% ahora nos da margen para aumentar el porcentaje más adelante.

Suponiendo que siga vivo y cuerdo para entonces. Felix mete sus manos en los bolsillos para que dejen de temblar. Joder. Debería estar acostumbrado a esto.

Felix no había planeado el desfalco cuando exigió la propiedad de Tanalar a su ex hermano adoptivo. Como la mayoría de los planes de Felix, la exigencia era más una daga lanzada en la oscuridad que un plan verdadero. Arrojada al azar para ver si sangraba algo.

Entonces Jeongin de hecho le entregó Tanalar en un juego de poder de despedida que aún no ha comprendido. A Felix no le importa por qué, en realidad. Los fondos son útiles para afilar las dagas, aunque aún no sepa dónde lanzarlas.

— ¿Algún cambio en la distribución? —pregunta Seulgi.

—Dobla los regalos a Park, Nang y Choi. —Hay más. Felix tenía más en mente, pero no puede recordarlo—. Mantén el resto en reserva por ahora. ¿Algo más que sea urgente?

—Nada urgente. El drasgard Xiumin preguntó por un despido temporal, su madre está muriendo y a él se le ha acabado el permiso regular.

Bastardo con suerte. Felix vuelve a tomar su abrigo, dejando su horquilla más resistente en el bolsillo. —Bastante fácil. ¿Qué hicimos la última vez?

Seulgi echa un vistazo al abrigo, pero no dice nada sobre el inquieto movimiento de Felix. —Hoshi se quedó dormido el mes pasado, y a Yeri se le olvidó descorchar una botella de vino la vez anterior.

—Dile a Xiumin que rompa una taza de té o algo. Yo le tiraré otra taza a la cabeza.

Es una rutina bien practicada. La mayor parte de la casa de Felix está bajo el control de sus padres, pero a lo largo de los años, Felix ha forjado una facción de drasgard, heraldos y otros sirvientes que le son leales. Cuando necesita mandar a alguien lejos, monta en cólera y lo despide. Su temperamento es legendario por lo que el mayordomo del rey firma sin rechistar una generosa indemnización por despido. La escasa rotación de personal también facilita la recontratación.

Príncipe de la Agonía - Serie Tribunales Peligrosos #VI - Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora