XV. 🩸🔥

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Felix.

Voces suaves despiertan a Felix. Nadie debería hablar en su habitación a estas horas. Si los criados deben entrar, se callan, si tienen que despertarle para el desayuno familiar o algún otro tormento, hacen sonar una campanilla.

Y lo que es más importante, Hwang Hyunjin no tiene nada que hacer al otro lado de las cortinas de su cama, pidiendo el desayuno a uno de los criados de Felix.

—...en el salón está perfecto. Y si la cocina tiene esta mañana, su Alteza quiere extra de esos panecillos de salchicha hojaldrados. Los arremolinados. No sé cómo los llaman.

— ¿Ojos de Wyrm?

—Jodidamente encantador. Sí, ojos de wyrm extra.

Felix no puede soportarlo más. Se incorpora demasiado rápido, olvidando sus heridas hasta que el dolor le estira la piel. Por una vez, el dolor es bienvenido, algo físico y normal con lo que poner los pies en la tierra en esta locura. Abriendo de golpe la cortina, abre la boca...

Y su mandíbula vuelve a cerrarse ante los ojos desorbitados del sirviente.

Nada de lo que Felix pudiera decir mejoraría la situación. Hyunjin parece increíblemente cómodo con su desaliñada vestimenta. Ya no lleva abrigo y la camisa blanca resplandece sobre su piel. Lleva el cabello despeinado.

No es que Felix tenga experiencia en este terreno, pero si alguna vez se acostara con alguien, imagina que podría parecer tan engreído como Hyunjin ahora mismo.

Está claro que el sirviente, con los ojos muy abiertos, también tiene imaginación.

—Café —dice Felix a mordiscos y vuelve a cerrar las cortinas. Con la cabeza dándole vueltas, espera a que el sirviente se marche. Espera otro minuto más. Levantarse le parece un error. Mejor quedarse en la cama, aislado tras el terciopelo púrpura. No le dolerá la espalda si no se mueve y no tendrá que hablar con...

—Buenos días, Alteza —dice Hyunjin alegremente.

Felix salta de la cama y echa las cortinas a un lado. Demasiado pesadas, vuelven a su sitio sin una floritura satisfactoria. Señala con un dedo a Hyunjin.

— ¿Qué mierda haces aquí?

Hyunjin ni se inmuta. —Me quedé donde me dejaste, siguiendo varias de tus órdenes. ¿O prefieres que me mueva libremente por el lugar?

— ¡Nunca te dije que te quedaras en mi maldita habitación! —Felix manotea hacia la puerta—. Él pensó que yo-que nosotros...

Felix no puede terminar la frase. No cuando los estúpidos ojos negros de Hyunjin centellean, joder. No cuando Hyunjin lleva zapatos y Felix está descalzo en ropa de dormir.

— ¿Eso te molesta? —Hyunjin pregunta—. No es el primero en pensarlo.

Felix se queda boquiabierto. — ¡Disculpa!

Hyunjin se pasa una mano por el cabello y su sonrisa es cegadora. —Soy un jodido partido. ¿Por qué si no me querrías a tu entera disposición?

Congelado, vacío, Felix no puede responder.

Porque Hyunjin está a su entera disposición. Todo lo que Felix tiene que hacer ahora es ordenar que se calle. Que vuelva a su celda, y estas atroces palabras cesarán. Pero abusar de las órdenes es el problema.

¿Cuánta gente cree que Felix se folla a un hombre que no puede rechazarle?

—No es por eso por lo que te quería —dice Felix al final.

Príncipe de la Agonía - Serie Tribunales Peligrosos #VI - Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora