Red Thread. (Daemon Targaryen)

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Unos, dos, uno, dos, uno dos… lo pisó.

—¡Lo lamento! —le dijo ansiosa

—Está bien, princesa. —le dijo Viserys con una mueca de dolor

—Me rindo, Viserys. —se sentó frustrada

Viserys rio al ver a su prima pequeña, era decidida y cuando decía no era no. Llevaban pocas semanas practicando y ella se frustraba si no salía a la primera.

—Si no ensayas jamás aprenderás. —le dijo el príncipe Aemon

—¡Pero papá! —renegó— ¡Lo he intentado miles de veces!

—Rhaemara, tienes que esforzarte más. —le dijo él observando a su pequeña princesita

—¡No sé me da bien! —se cruzó de brazos— Preferiría ir a entrenar con-

—No. Tu abuelo Jahaerys pidió clases de danza, dice que te hacen falta.

—No quiero.

La niña de ocho años salió del salón murmurando cuánto odiaba danzar hasta llegar donde su madre.

—¿Qué sucede? —le preguntó Jocelyn

—No me gusta danzar. Es tonto. —se sentó en la cama como pudo, era pequeña y no alcanzaba

—Dile a Rhaenys que te enseñe, cielo.

—Nys está ocupado con… —se inventó algo

—Ajá.

—¡Juguemos con las espadas! —le pidió

—Rhaemara, una princesa no debe jugar con las espadas.

—Es más divertido que contar los pasos al danzar. —se encogió de hombros

Salió de ahí mientras su madre la miraba con una sonrisa. Llegó al área de entreno y observó como entrenaban a su primo.

—Así no es. —le dijo— Debes agarrarla más fuerte o al chocar contra la espada del contrincante caerá.

—¿Me enseñará una princesita sobre como usar mi espada? —se burló

—Lo hago mejor. —respondió airosa— ¿No es así, tío Baelon?

—Claro, cariño. —sonrió

Daemon la miró con desagrado y ella se sentó a verlos pelear. Bostezó cuando llegó la hora de la cena y se sentó al lado de su abuelo; el rey Jahaerys.

—Si no fuera por ti estaría con mi espada. —lo regañó— Odio danzar.

—No sabes qué es el odio, Mara. —le dijo su abuelo riendo

—¡Si lo sé porque odio danzar! —bramó haciendo reír a la mesa

—Danza con Daemon. —le pidió— A ambos les hace falta practicar.

Rhaemara se negó, pero ante la insistencia del rey aceptó con la condición de enseñarle a Daemon a manejar la espada.

Ambos niños de la misma edad se levantaron; Daemon a pesar de ser el menor por unos cuantos meses era mucho más alto.

Rhaemara era decidida así que hizo su mejor esfuerzo por demostrar que era mejor danzadora que Daemon.

Esa noche ambos niños aprendieron a danzar correctamente; a pesar de no soportarse cada cosa que aprendían lo hacían juntos, cosa que era extraña pero al mismo tiempo generaba una placentera competencia.

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