Me sentía confundido, perdido. La cafetería estaba cerrada y él estaba justo enfrente. Me acerqué con prisa, cruzando la puerta de autoservicio, y lo besé. Quería comprobar lo que sentía, debía estar seguro de que todo no está solo en mi cabeza y estos sentimientos que rondan por mí también vivían en tu corazón.
No fue mágico como la primera vez, no había sabor a café, sus ojos no me miraban. Fue tan efímero que casi diría que nunca pasó, si no fuera por la pelea que le siguió.
-¡Basta Asteri! ¿Qué haces?
-Nunca debí haberte besado ese día... era un error, me dejé llevar por tu sonrisa, seguí creyendo que ese beso significaba algo, seguí intentándolo contigo por ese beso, debo ser un idiota -todo lo decía para mis adentros, pero entre ellos se encontraba él.
-Así que solo lo intentas por ese maldito beso, fue estúpido pensar que en verdad éramos algo.
Su tono sarcástico solo me irritaba.
-¡Tú fuiste quien me acaba de apartar!
-Porque no es correcto, Asteri.
-Tú puedes hacerlo, pero yo no. Irónico.
-No es eso.-Entonces, ¿qué es? Dímelo, así puede que entienda algo de tu complejo ser.
No pronunció ni una sola palabra en su lugar, desvió la mirada. Comprendí que no servía de nada seguir insistiendo, no obtendría una respuesta de su parte.
-Sabía que no habría diferencia entre tú y ella.
En seguida, todo su témplate cambió, sus frívolos ojos apuntaron directamente a los míos por un momento, solo para dar una sonrisa de desaprobación y volver a desviarlos.
-Así que todo esto es porque al fin tuviste el valor de besarla. -En su tono seco podría decir que se percibía un toque de celos en su voz.
-¿Y si así fuera? Al final no te importa, soy solo una de tus tantas citas. Te alejaras cuando las cosas se pongan serias.
-Ahora el problema soy yo -dijo con ironía-. En verdad no lo entiendes.
-Sabes que está mal contigo, no es que la hayas besado y me lo hayas venido a decir en la cara, es que me sigues dando señales confusas. No puedes venir a tener citas conmigo, besarme, decir que quieres estar conmigo y luego pretender que nada pasó. Ya no quiero ser alguien que solo utilices para pasar el rato, no quiero ser la segunda opción.
-¿Qué quieres que haga?-No lo sé, no puedo elegir por ti.
Estaba claro que no llegaríamos a nada si seguíamos discutiendo. Luan fue el primero en darse cuenta de aquello.
-Sé que ninguno de los dos quería decir lo que dijo, nuestro juicio incoherente y colmado por el calor de la situación está hablando por nosotros. No quiero pelear contigo, no deseo que esto sea así. Será mejor que no nos veamos hasta que entiendas el problema y tengas claras las cosas.
Yo tampoco quería discutir con él, no estoy enojado o tal vez sí, estoy confundido, muy confundido, triste. Me di la vuelta y me marché, con una leve esperanza de que fuera tras de mí, no lo hizo.
Cuando llegué a casa no estaba Oli y, en definitiva, no quería hablar con Nora de esto; ya había tenido suficiente de mi egoísmo. Solo quería desahogarme, intenté hacer lo único que logra calmar mi mente.
Empecé a pintar, solo pintaba sin ningún orden o diseño, solo lo hice, hasta que mis manos se cansaron y las lágrimas cesaron. Un cuadro sin voz ni rumbo era el ejemplo perfecto de mis sentimientos, solo una palabra se me vino a la cabeza para marcarlo: 'Solo'.

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Caramel Macchiato
RomanceAsteri es alguien simple y que no sabe muchas cosas, aunque si de algo está seguro es que ODIA EL CAFÉ, pero un día por azares del destino ese odio lo hace conocer a Luan un barista que lo hará cambiar su percepción del mundo. ¿Hasta dónde podrá lle...