17 de Febrero, 2024.
Mis vacaciones se prolongaron un poco más de lo esperado, lo que significaba que no pude ir a ver a Máximo como habíamos planeado, ya que, volví a la capital mucho después de lo previsto. Sin embargo, su presencia seguía siendo palpable en mis pensamientos y en mis sueños más íntimos. Noches tras noche, me encontraba soñando con él, con escenarios tan intensos y apasionados que me dejaban sin aliento.
En mis sueños, Máximo se convertía en el protagonista de mis fantasías más atrevidas. Lo veía allí, de pie junto a su escritorio, con ese brillo travieso en sus ojos oscuros mientras me miraba con deseo. Y yo, incapaz de resistirme a su llamado, me entregaba a él sin reservas, sucumbiendo al placer abrumador de su toque experto.
En esos sueños, me veía a mí misma rendida ante él, entregándome por completo a la pasión desenfrenada que nos consumía. Sus manos recorrían cada centímetro de mi cuerpo con un deseo insaciable, llevándome al borde del éxtasis una y otra vez. Y cuando finalmente me unía a él en un frenesí de placer, era como si el mundo entero se desvaneciera a nuestro alrededor, dejándonos solos en nuestra propia esfera de intimidad y lujuria.
Cada vez que despertaba de esos sueños, mi corazón latía con fuerza y mi cuerpo ardía con el recuerdo del placer imaginario que había experimentado, aunque estábamos físicamente distantes, Máximo seguía siendo una presencia constante en mi mente y en mi corazón, alimentando la llama de la pasión que ardía dentro de mí con cada pensamiento, cada suspiro y cada susurro de deseo.
Nuestras conversaciones por MeetNow se volvieron cada vez más intensas y atrevidas. Lo que comenzó como intercambios casuales pronto se convirtió en una exploración apasionada de nuestros deseos más profundos y oscuros.
—Dime qué es lo que quieres, Emilia. ¿Por dónde quieres que empiece? Dame detalles —me dice Máximo a través de MeetNow.
—Quiero que me toques y ahorques, Máximo. Que me inmovilices todo lo que puedas, que me ordenes que abra la boca para que la folles como quieras, hasta que no puedas más, que me golpees... Máximo, quiero ser tuya de todas las maneras posibles. Ser tu sumisa cien por ciento, que hagas con mi cuerpo lo que quieras —le envío, dejando al descubierto mis deseos más oscuros y profundos.
Mis dedos volaban sobre el teclado mientras dejaba al descubierto mis deseos más oscuros y profundos. Cada palabra era un susurro de entrega. Esperé con el corazón en la garganta, preguntándome cómo respondería Máximo a mis revelaciones tan íntimas y atrevidas.
Tarda unos momentos en responder, pero cuando lo hace, sus palabras están cargadas de deseo y promesa.
—Emilia, tus deseos son órdenes para mí, quiero hacerte mía de la forma en que lo anhelas. Te quiero sumisa y entregada, dispuesta a explorar los límites de tu placer junto a mí, haré todo lo posible por cumplir tus peticiones.
Mis latidos se aceleran ante sus palabras, ansiosa por lo que está por venir. La excitación recorre cada fibra de mi ser, dejándome anhelando más. Con un simple mensaje, Máximo ha elevado aún más mis ganas de saborear su piel, de escucharlo gemir, de que repita mi nombre una y otra vez.
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Placeres en las sombras
RomanceEmilia Navarro, una estudiante brillante y perfeccionista, nunca imaginó que su encuentro con Máximo Lombardi, un poderoso miembro de la directiva de Psicología, cambiaría su vida. Lo que comienza como una atracción irresistible se transforma en una...