7. Aquel día de Conflitos

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Una mujer de pelo negro y ojos turquesa arrullaba a su bebé, que tenía al menos dos años, con una canción suave y melancólica:

🎵"Es un vals para ti, y recuérdame siempre. con amor junto a mí. una vez en diciembre."🎵

De repente, un joven entró de golpe en la habitación, su voz llena de urgencia. -Atravesaron el muro exterior, están a las puertas - le informó a la mujer.

El joven tomó una espada y trancó la puerta con un mueble. Afuera, los sonidos de una batalla resonaban, llenando el aire de tensión. La mujer, preocupada, comenzó a acobijar al bebé y lo alistó para un viaje en el invierno. Puso un medallón con el símbolo de su familia en el bebé.

-Nicolay, tienes que llevarte a Thomas - le dijo, su voz firme pero llena de tristeza.

Nicolay se negó, su voz temblando. -No quiero abandonarte - respondió.

Ella lo miró con determinación. -No soy tan rápida y no podré huir a través de las montañas - explicó.

Renuente, Nicolay aceptó. La mujer abrió un pasadizo secreto por donde salieron el joven y el bebé. Ella cerró la entrada tras ellos, y luego solo se escuchó el grito desgarrador de una mujer. Nicolay corrió a través del pasadizo con el bebé en brazos, su corazón latiendo con fuerza. Los sonidos de la batalla se desvanecían a medida que se adentraba más en el túnel oscuro y frío.

Se vio entonces en la nieve y la tormenta, escuchó a soldados acercarse, y luego vio los ojos de la loba blanca que lo cuidaban. De repente, estaba otra vez en el claro, enfrentándose a un monstruoso oso negro. La escena era una pesadilla viviente; su familia estaba muriendo, los lobos caían a diestra y siniestra. Pero no eran lobos, Hunter intentaba proteger a Ellie mientras ella luchaba con valentía. James y Ashley se enfrentaban a la bestia con determinación, pero el oso era implacable.

El aire estaba lleno del sonido de gruñidos, rugidos y gritos. La sangre manchaba la nieve, creando un contraste aterrador. Tom intentaba mantenerse firme, pero el miedo y la desesperación lo inundaban. Gritó los nombres de sus amigos, pero sus voces se desvanecían en el caos.

-¡Hunter!-, se oyó gritar una voz; no sabía si era la suya o de otra persona, pero entonces el hombre de ojos azules cayó a su lado, la sangre emanaba de su boca mientras tosía.

Una mano temblorosa tocó la mejilla pálida, y las lágrimas caían sobre el rostro inmóvil. -No... Hunter-.

La voz de su madre se entremezclaba con la de Lupa, que le gritaba que huyera.

-To'Man, tenemos que irnos - gritaba la voz de Lupa, su tono urgente y desesperado.

Su nombre resonó en el aire, y entonces escuchó la voz de Jake, intentando despertarlo de la pesadilla.

-¡Tom! - gritó Jake.

Tom despertó con un grito justo cuando el oso le daba un zarpazo al rostro. Su respiración era agitada, y el sudor perlaba su frente. Los recuerdos y las imágenes de su sueño seguían frescos en su mente, y el miedo y la angustia eran palpables en sus ojos turquesa. El tormento de su pasado y las pesadillas recurrentes lo mantenían atrapado en un ciclo de dolor y desesperación, incapaz de escapar de los fantasmas que lo perseguían.

Jake lo abrazó, tratando de calmarlo.

-Tranquilo, Tom. Estoy aquí. Todo está bien - susurró Jake con suavidad.

Pero Tom apenas podía escuchar sus palabras. Su mente estaba atrapada en el horror de su pasado, y cada vez que cerraba los ojos, las pesadillas volvían a acosarlo con renovada intensidad.

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