El castillo DuReed, con su imponente estructura y majestuosas torres, ocultaba más secretos de los que cualquiera de ellos podría imaginar. Mientras el grupo exploraba sus vastos pasillos y habitaciones, un aura de misterio y nostalgia envolvía el lugar.
Decidieron separarse para explorar mejor. Hunter se fue con Ally, James con Aiden, y Tom con Jake. Mientras Tom y Jake avanzaban, el aire a su alrededor parecía impregnado de una magia antigua, despertando en Tom imágenes y emociones vagamente familiares. Mientras recorrían los pasillos, Tom comenzó a tararear una melodía que resonaba en lo más profundo de su ser.
🎵"Esta vez puedo ver, Los recuerdos me envuelven, La canción que escuché, Una vez en diciembre."🎵
Al llegar a un gran salón al que se accedía bajando por unas escaleras, Tom se detuvo frente a un cuadro en el descanso central. Era un retrato de una familia, y aunque el polvo y el tiempo lo habían cubierto parcialmente, aún se distinguían los rostros de los integrantes.
🎵"Me adoraban con fervor, Como extraño sentir amor ¿Quién gozaba al bailar Un vals inmemorial?"🎵
Tom, al ver el cuadro, se detuvo en seco. Los recuerdos comenzaron a inundar su mente, aunque eran fragmentados y confusos. Sin darse cuenta, comenzó a tararear de nuevo.
🎵"Me adoraban con fervor, Como extraño sentir amor ¿Quién gozaba al bailar Un vals inmemorial?"🎵
Bajó las escaleras lentamente, sus ojos fijos en el cuadro mientras tarareaba. Al mirar el cuadro, vislumbró los espíritus de su familia. La imagen de su madre apareció y, con una sonrisa suave, comenzó a danzar con él.
🎵"Lejos fue, tiempo atrás, Poco a poco se pierde, Lo que amé de verdad, Mas conservo en mi mente."🎵
Jake observaba desde las escaleras, sintiendo que podía ver también los espíritus que rodeaban a Tom. La escena era etérea, llena de magia y nostalgia. La madre de Tom le dio un beso en la frente y, mientras tarareaba la última parte de la canción, le colocó un medallón en el cuello.
🎵"La canción que escuché, Una vez en diciembre."🎵
Tom tenía una vaga idea, una sensación de reconocimiento pero no una memoria clara. Se acercó a Jake, sus ojos llenos de lágrimas. -Jake, ¿es posible que este abandonado y viejo castillo vacío sea mi hogar?-
Jake, conmovido, respondió suavemente. -Tu hogar es donde tú quieras que esté, Tom.-
Tom asintió, sintiendo la verdad en las palabras de Jake. -Mi hogar eres tú, Miriam y todos los demás - respondió con una sonrisa.
Tom se volvió hacia Jake, todavía procesando todo lo que había sucedido. -¿Dónde está mi ropa? - preguntó, con una ligera sombra de vergüenza pero aún manteniendo su confianza.
Jake sonrió levemente, con un toque juguetón en sus ojos. -Hunter la tiene. No te molestaste en vestirte de nuevo porque sabías que me gustaba mirar, ¿no? - dijo, con una sonrisa traviesa.
Tom se ruborizó un poco, pero no perdió su compostura. -Tal vez tienes razón - admitió, sintiéndose un poco más ligero.
Jake rió suavemente y le dio un suave golpe en el hombro. -Bueno, mientras tanto, puedo disfrutar la vista - bromeó, su tono juguetón pero lleno de cariño.
Tom se rió también, sintiéndose cada vez más cómodo. -De acuerdo, pero solo porque es a ti a quien le gusta mirar - replicó, con una sonrisa tímida pero segura.
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Aquel Día
De TodoQuizá el gran lobo feroz solo estaba solo, confundido y asustado. Quizá la caperuzita no estaba indefensa y el rojo no era de la tela. Quizá el cazador solo estaba enamorado y siendo controlado. Quizá la abuelita era de armas tomar y guardaba más de...