11. Aquel día de Colores

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Hunter había estado dejando comida en diferentes puntos del bosque, con la esperanza de atraer a Tom. Había notado algunas señales de que Tom estaba cerca, pero hasta ahora no había logrado verlo.

Un día, mientras revisaba una de las trampas que había puesto, escuchó un ruido extraño. Siguiendo el sonido, llegó a un claro donde vio a Tom colgado de cabeza, atrapado en una de las trampas.

¡Tom! - exclamó Hunter, corriendo hacia él. - Te tengo.-

Tom levantó la mirada, claramente avergonzado por la situación. -Esto no es lo que parece...-

Hunter rió, divertido por la escena. -Claro que no. Vamos, déjame ayudarte.-

Hunter se acercó y empezó a desatar la trampa, pero no pudo evitar bromear. -Parece que alguien ha caído en su propia trampa. ¿No te enseñaron a no robar la comida de los demás?-

Tom resopló, aunque una sonrisa se asomaba en su rostro. -No pensé que fueras a atraparme así.-

Hunter siguió trabajando en la trampa, sintiendo una conexión creciente con Tom. -Bueno, tienes que admitir que es una buena trampa.-

Cuando finalmente lo soltó, Tom cayó al suelo con un golpe suave. Hunter se rió y extendió una mano para ayudarlo a levantarse. -¿Estás bien?-

Tom aceptó la mano de Hunter, su expresión más relajada. -Sí, gracias. Solo mi orgullo está un poco magullado.-

Ambos se sentaron en el claro, tratando de recuperar el aliento.

Tom, necesitas volver a casa - dijo Hunter con seriedad. - Jake y todos los demás están preocupados por ti. No puedes seguir así.-

Tom bajó la mirada, su voz llena de incertidumbre. -No sé qué hacer, Hunter. No sé cómo disculparme. No sé qué hacer ahora que sé que soy el príncipe... ¿heredero? ¿Rey? No tengo idea de cómo enfrentar todo esto.-

Hunter puso una mano en el hombro de Tom, mirándolo con calidez. -No tienes que ser nada de eso, Tom. Si quieres vivir el resto de tu vida tranquilo, cazando y comiendo pasteles, eso está bien. No tienes que seguir el camino que otros te han marcado.-

Tom levantó la mirada, sorprendido por la comprensión de Hunter. -¿De verdad piensas eso?-

Hunter asintió, su sonrisa sincera. -Claro. Lo importante es que seas feliz. Todos cometemos errores, y estoy seguro de que Jake y los demás entenderán.-

Tom sintió un peso levantarse de sus hombros, y una nueva esperanza comenzó a florecer en su interior. Sentado junto a Hunter, se sentía comprendido y aceptado de una manera que nunca había experimentado antes. Pero a la vez, esa sensación de seguridad y conexión lo confundía. Estaba claro que estos sentimientos se mezclaban con los que ya tenía por Jake, haciéndole cuestionar su corazón dividido.

La complicidad y el cariño que se reflejaban en los ojos de Hunter hacían que el corazón de Tom latiera un poco más rápido, pero a la vez, esa sensación de seguridad y conexión lo confundía. Estaba claro que estos sentimientos se mezclaban con los que ya tenía por Jake, haciéndole cuestionar su corazón dividido.

Mientras continuaban caminando, Hunter decidió sacar un tema que había estado en su mente.

-Tom, si llegaras a ser rey, podrías hacer mucho para mejorar el pueblo. Podríamos aprovechar mejor las tierras del bosque.-

Tom lo miró, confundido. -¿Aprovechar mejor? ¿A qué te refieres exactamente?-

-Piensa en caminos bien pavimentados y casas más decentes para la gente. - Hunter explicó con entusiasmo.

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