10 septiembre de 2023Hoy es el cumpleaños de Ruslana, por lo que el grupo de amigos se reúne.
Como bien dijo la pelirroja días atrás, quiere celebrar su cumpleaños un sábado, pero sus amigos se negaban a no hacer nada en su día.
Por lo que al final, decidieron salir a comer e ir a algún lugar, la celebración ya sería el próximo sábado.
El restaurante está lleno de luz natural, con sus grandes ventanales que ofrecen una vista espectacular de la ciudad. Las mesas están cubiertas con manteles blancos impecables, y el aroma de los platos recién preparados flota en el aire. Es el lugar perfecto para una comida entre amigos, o al menos eso parece al principio.
Todo parece ir bien, hasta que surge la primera chispa de incomodidad entre Juanjo y Martin. El motivo exacto es algo difuso para los demás, pero todos saben que cuando ambos están juntos, algo siempre se tensa.
Durante esta semana, cada vez que Juanjo y Martin estaban juntos en el mismo espacio, acababan en piques mutuos. El más pequeño no tenía problemas con el mayor, pero conforme la semana pasaba y los comentarios aumentaban, acabó por odiar al más mayor.
Hizo caso al consejo de Ruslana, se dejó conocer, pero aún así, el mayor siguió sin poder soportarle. Por lo que el vasco se cansó, y decidió dejar de ser el niño bueno que iba detrás de él y le preguntaba si estaba bien.
Martin hojea el menú con despreocupación, mientras Juanjo lo observa de reojo. Es así todo el rato: una atmósfera sutilmente tensa que ninguno de los otros cuatro puede ignorar. Bea, quien está sentada al lado de Juanjo, intenta suavizar la situación haciendo comentarios ligeros sobre el lugar, el clima, cualquier cosa que evitara que se formara otra discusión.
- No sé qué pedir - dice Juanjo con tono despreocupado, mirando su menú - todo parece tan... simple. ¿Tú ya sabes lo que vas a pedir, Martin?
La pregunta es casual, pero el pequeño levanta una ceja, notando la pequeña insinuación. Como si Juanjo está insinuando que él siempre elige lo más sencillo, o peor aún, que no tiene buen gusto.
- Claro, yo no soy de complicarme la vida con tonterías - responde Martin con una sonrisa apenas perceptible, pero hay una dureza en su mirada.
- ¿Y qué tal si pedimos algunos entrantes para compartir? - sugiere Ruslana rápidamente - unos calamares, patatas bravas... lo que sea, para empezar.
- Me parece bien - dice Álvaro, apoyando la idea - así no nos complicamos y comemos de todo un poco.
- Aunque algunos parecen preferir no complicarse nunca —murmura Martin, lo suficientemente bajo para que solo Juanjo lo oiga, pero con la intención clara de provocar.
Juanjo aprieta la mandíbula y respira hondo. Sabe que si responde de la misma manera, solo se enredarían en una discusión delante de todos. Pero a veces, la tentación de devolverle el golpe es demasiado grande.
Bea se percata de la tensión y decide intervenir antes de que las cosas se pongan peor.
- ¿Qué os parece si pedimos vino? - pregunta, intentando cambiar de tema.
- Vino, claro. Aunque no sé si todos aprecian un buen vino - comenta Juanjo, esta vez dirigiéndose al grupo, pero con una clara indirecta para Martin.
El vasco entrecierra los ojos, sabiendo exactamente lo que Juanjo está insinuando. No va a dejar que el comentario pase desapercibido.
- Claro, ¿porque tu eres un experto sobre vinos verdad? - atacó Martin.
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El destino - Juantin
FanfictionMartin se muda a Madrid para estudiar la carrera de sus sueños. Juanjo le encanta la soledad, pero se ve obligado por sus amigos para compartir su habitación con un bohemio. Enimes to lovers