Capítulo 12

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Las luces de neón y la música atronadora dan la bienvenida a cualquiera que se atreviera a entrar. Desde fuera, el lugar parece vibrar al ritmo de la música, mientras una larga fila de personas esperan su turno para entrar.

- Esto está a reventar - comenta Martin, mirando la entrada abarrotada - no sé cómo nos vamos a mover ahí dentro.

- Eso es lo divertido - dice Álvaro, lanzando una sonrisa traviesa mientras se adelantaba, saludando a los porteros como si fuera cliente habitual.

- Confía en mí, esta noche va a ser épica - susurra Ruslana a Martin, intentando tranquilizarle.

Cuando tomó la decisión de dejar su cuidad natal atrás no era solo por los estudios, también para cambiar él. Necesitaba un cambio de aires.

Sabía que haría en Madrid todo lo que no pudo hacer en Bilbao, disfrutar de su vida adolescente, sin que el amor rondara por su alrededor.

Martin siente que no vivió la adolescencia, ya que siempre estaba tan pendiente de, su ahora exnovio, que se perdió a él por el camino.

Los vasos llenos de bebida no tardan en pasar por las manos de sus cinco amigos, y él se siente fuera de lugar.

- Martin, deberías relajarte un poco - le suelta Juanjo, girándose hacia él - estás tan tieso que parece que tengas un palo metido por el culo.

- No es mi ambiente, ¿vale? No todo el mundo tiene que ser el alma de la fiesta como tú - ataca.

La noche sigue, y Martin es el único sobrio entre el grupo. Está dispuesto a beber, siempre había tenido curiosidad por saber como se siente. Es un joven como otro cualquiera, y ya es hora de disfrutar de la vida universitaria.

Todos se sorprenden cuando Martin se dirige a la barra, y minutos después vuelve con un vaso con bebida alcohólica entre sus manos.

Horas después, Martin va con algunas copas encima, aunque es totalmente consciente de lo que hace y dice.

Álvaro ha desaparecido hace minutos, según él, iba al lavabo, pero todos saben que no es así. Ruslana, Bea y Chiara corren hacia la pista cuando una canción suena, dejando a Martin y Juanjo solos.

- ¿Te vas a quedar plantado ahí toda la noche o qué? - le dice Martin - ¿Vas a seguir siendo el amargado del grupo?

- Vete a la mierda - Juanjo le dedica una sonrisa cargada de sarcasmo. Aprovechan esos momentos a solas para seguir con sus piques de siempre.

Juanjo sale de fiesta bastante a menudo, por lo que el ambiente es familiar para él, pero bailar no era su punto fuerte y se negaba a hacerlo.

- Relájate - Martin se acerca - venga, solo un baile. No va a matarte - insistie, tirando de su brazo y Juanjo le lanza una mirada cargada de fastidio.

- Iré solo para que me dejes de molestar - suspira Juanjo.

Martin lo guía al centro de la pista, algo alejados de las tres chicas.

Al llegar comienza a bailar al ritmo de la música, en cambio los movimientos de Juanjo son tensos, pero poco a poco, la música empieza a filtrarse por su cuerpo.

- ¿Ves? No es tan difícil - comenta Martin bailando, su sonrisa ladeada y provocadora - te lo estás pasando bien aunque te cueste admitirlo.

- Jamás te daré la razón - Juanjo se acerca, para que el vasco lo escuche nitídamente.

El vasco, algo pasado con las copas, decide acercarse al mayor, mientras continua bailando.

- ¿De verdad piensas que bailar así te hace parecer interesante? - se burla Juanjo, levantando una ceja mientras ve cómo Martin se mueve con soltura.

El destino - JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora