Charlotte estaba preocupada por los acontecimientos que habían ocurrido hace unos meses. Un total de 15 mundos coloniales habían perdido todo tipo de comunicación y contacto. Se había enviado una flota de exploración para verificar el estado de estos mundos, pero solo después de dos semanas se perdió el rastro de dicha flota.
Samuel, a quien consideraba un hermano, tomó la decisión de ir personalmente a los sistemas afectados para comprobar de primera mano lo que había sucedido. Partió con una flota de 1.000 naves y cientos de legiones de hombres de hierro y titanes, que tenían la fuerza más que suficiente para conquistar planetas con relativa facilidad.
Durante las siguientes semanas, mientras Samuel y Luna partían de Erde-Tyrene, mantuvieron comunicación informando sobre el estado de los mundos. Todos y cada uno de ellos habían sido destruidos; el espacio exterior se había convertido en un cementerio de naves y las ciudades eran un campo de batalla. Cientos de miles de hombres de hierro y titanes estaban destrozados, pero también se encontraron los cuerpos de criaturas desconocidas. Su apariencia era antinatural y aterradora: sus extremidades eran delgadas y largas, con garras afiladas que utilizaban para desgarrar a sus enemigos. Su piel era de un tono marrón oscuro o grisáceo, poseían una gran mandíbula y una infinidad de ojos completamente oscuros, desprovistos de piedad. Estos seres fueron llamados Krull.
Se enviaron muestras de estas criaturas a Erde para su estudio; eran una especie completamente desconocida en los registros de la federación. No fue hasta un mes después, durante la exploración del décimo mundo, que Samuel encontró a estos seres individualmente. Eran débiles ante nuestras armas, pero poseían diferentes clases de unidades que representaban una verdadera amenaza: algunos seres disparaban láseres capaces de derribar un caballero, mientras que los más grandes median unos 70 metros de altura y tenían la potencia suficiente para destruir naves en órbita. Además, eran abrumadoramente numerosos y completamente hostiles a cualquier forma de vida; ellos eran los responsables de eliminar a los colonos.
Samuel tomó la decisión de erradicar a estos seres, considerándolos una plaga. Lideró una campaña de exterminio y liberación en esos mundos, aunque aún no sabían cómo habían llegado allí, ya que no encontraron flotas ni naves. Durante este tiempo, Samuel encontró supervivientes que le contaron lo que habían vivido; fueron llevados a Krios, un planeta dedicado a la investigación científica y médica para su recuperación.
La noticia de la pérdida de las 15 colonias se esparció por todos los rincones de la confederación, y las principales autoridades de cada mundo colonial exigían respuestas. Se llevó a cabo un concilio donde se transmitieron todos los hallazgos de Samuel sobre la amenaza Krull y las medidas que se estaban tomando para garantizar la seguridad.
Sin embargo, al tercer mes de campaña, cuando finalmente llegó al último planeta, se perdió todo contacto con la flota de Samuel. Esto me dejó muy preocupada; mi paciencia se estaba agotando y no recibir noticias sobre él me llevó a considerar dar la orden para preparar otra flota. Pero una semana después, llegó una sola nave a Réquiem: era la nave de Luna, que había venido sola.
Le pregunté dónde estaba Samuel; la información que me dio fue alarmante: Samuel había dado las siguientes órdenes: reforzar cada mundo y preparar para una invasión, además de desplegar la espada del ocaso.
No esperaba que la amenaza fuera tan grande. Charlotte comunicó a cada mundo que prepararan sus ejércitos y flotas para su defensa. Después de un mes en la parte este, en los sistemas Arkonia, Kaelinor, Taff y Evati, comenzaron a aparecer los primeros signos de una flota desconocida que iniciaba una invasión masiva. Sus naves eran una mezcla grotesca de orgánico y metal; las flotas defensoras entablaron combate, destruyendo muchas naves enemigas, pero algunas lograron atravesar el bloqueo estrellándose en el planeta y liberando hordas de Krull.
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soy una IA en warhammer 40k
Fiksi Penggemarmorir para convertirte en una IA en una galaxia, siendo testigo de la evolución de la humanidad, mientras acompaño mis compañeros autómatas en un viaje hacia lo desconocido, este es un viaje de muchos peligros. donde el futuro solo hay guerra