Controlar más de un elemento es normal cuando resultas ser el Avatar.
Pero si alguien más lo hace es raro.
Al menos todos pensaban eso al verla.
Solo una persona la veía como alguien asombrosa.
Bolin se abrió paso entre el edificio vacío, miró su entorno buscando algún tipo de señal de Terra, tenía la esperanza de poder encontrarla allí. Desde el día que ella fue descubierta trabajando para Amon, desapareció. Esa noche durante la batalla y ella gritando quien era realmente solo pudo dejarla ir.
Pudo ver la desesperación en sus ojos por huir y solo la libero.
—¡Terra! —se detuvo en medio de esa habitación y grito nuevamente su nombre. Pero nadie le contesto.
Comenzó a dudar realmente que ella pudo volver aquí.
Subió por unas escaleras hasta el piso en donde ella tenía todas sus cosas, noto sus pertenecías en el suelo. Se arrodillo frente a ellas y sujeto una caja cerrada, en el momento de abrirla observo tazones de fideos y recortes de periódicos.
El rostro de Amon estaba en ellos.
—Terra... —suspiro. Siguió indagando hasta tocar algo en el fondo, levantó el brazo y revelo una fotografía. Él mismo se sorprendió al ver que eran ellos dos afuera del edificio donde jugaban Pro-Control.
Recordaba ese día, fue forzada a aparecer en la foto pero, de igual forma aparecía con una sonrisa. Trazo la parte en donde ella aparecía, quería verla sonreír de nuevo como esa vez. No le gusto cuando vio lágrimas en sus ojos esa noche, claramente estaba asustada y solo una persona tenía la culpa.
Ya sabía que hacer, tenía un objetivo.
Acabar con la persona que hacía llorar a Terra.
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Su mirada fue levantada por una mano en su barbilla, esa máscara cubría su rostro todo el tiempo.
—Necesito que tu mente este aquí. Ahora.
Se limito a asentir hacia su padre. Amon entró a la cabaña con los bloqueadores de Chi mientras ella permanecía fuera. Apoyo su espalda contra la camioneta, abrazo su propio cuerpo por el frío, necesitaba dormir de inmediato. En minutos, su padre salió de ese lugar cargando el cuerpo inconsciente de Tarrlok, abrió las puertas traseras y dejo el cuerpo dentro.
Fueron interrumpidos por una persona que salio corriendo de la instalación, al instante que Korra los vio uno Agua Control para lanzar la nieve en forma de picos hasta ellos.
Terra se lanzó contra el suelo evitando el ataque, su padre comenzó a seguirla y ella a él. El Avatar se lanzó de la montaña cuesta abajo.
—¿Que hacemos?
—Tráela. —ordenó Amon.
Al instante ella se lanzó igual que el Avatar, levantó los brazos usando un bloque de tierra bajo sus pies para elevarse. Miró todo el bosque en busca de alguna señal, se detuvo un momento y descendió un poco. No podía volver con las manos vacías otra vez, no quería decepcionar a su padre o perder sus poderes.
Un aullido hizo que decidiera aterrizar, comenzó a correr y encontró al animal de Korra, se detuvo un momento para recuperar el aliento. La morena estaba sobre Naga, se acercó a la criatura y acaricio su rostro.
—Lo siento, Naga...
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Cuando Korra pudo recobrar el conocimiento era cargada por su fiel amigo peludo, giro la cabeza y distinguió el agua brillando en partes de su cuerpo.
La estaban curándo.
—No te muevas o vas a caer.
—Terra...
La rubia se detuvo igual que el perro-osopolar, el Avatar pudo sentarse con su ayuda en el lomo de Naga. Miró los movimientos que hacía la chica con sus manos.
—Tu sabes... Agua Control. Pero eres una Maestra Tierra. Es imposible.
—No lo uso porque no me gusta. Pero tus heridas con algo grandes, no puedo... curarte por completo pero, aliviar el dolor si.
—Estas cansada —observo las calles de Ciudad República, no supo en qué momento habían llegado, pero estaba segura que Terra pudo ayudarla en todo ese tiempo. Volvió sus ojos hasta la chica parada a su lado, notaba ojeras bajo sus ojos y sudor en su rostro—. ¿Por qué le ayudas? Eres hija de Amon, el enemigo.
—¿Y?
—Bueno... Sería lógico que estemos peleando ahora, ¿no?
Escucho un suspiro provenir de ella— Realmente no tengo ánimos. Creo que ya termine, seguirás cansada pero tus heridas ya están bien.
—¿Por qué? ¿Por qué seguir a alguien como Amon?
Terra acomodo su cabello tras las orejas, levantó su brazo derecho y quito la manga qué cubría esa zona, el Avatar se alargo cuando examino la gran cicatriz en esa parte de su cuerpo.
—Si no lo hago, la próxima herida no será en una zona que se pueda sanar. —volvió a cubrirse el brazo y exhalo con fuerza. Se sentía cansada.
—¡Podemos ayudarte! Por favor, ven conmigo...
—¿Crees que si voy contigo viviremos felices en tu Templo del Aire? Hice cosas horribles, mi padre... es un idiota que arrebata poderes y yo solo lo sigo. Si, viviremos tranquilos.
—Podemos hablar con Tenzin, él podría ayudarte.
Negó con la cabeza— Alguien vendrá por ti, di un aviso anónimo que te encontrabas por aquí. Suerte, Avatar Korra.
—¡Terra, espe-... ¡Ah!
Dos golpes en su pierna la derribaron, no sentía ni podía mover esa parte de ella. La bloqueo. La de mirada azulada vio como Terra desaparecía por las oscuras calles. Observo como volteaba con un segundo y sus cejas se curvaron hacia arriba.
