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Sus pies iban lo más rápido que podía, dio un salto cayendo encima de la camioneta, el vehículo no tardó en sacudirse para que ella perdiera el equilibrio. Giro sobre su cuerpo al ver un pico de hielo atravesar el techo, siguió haciendo lo mismo hasta terminar en la parte delantera del auto.
Observo a los ladrones, tres personas dentro examinandola con odio, dos de ellos prepararon agua en sus manos para disparar hacia ella. Terra elevo los brazos y todo ese líquido se congelo alrededores de los tres.

Suspiro. Miro el camino y atrajo las manos a su pecho para levantar un muro que detuvo la camioneta al instante. En minutos el resto del equipo apareció para escoltar a los sujetos.

—Buen trabajo, equipo —levantó su mano esperando chocar los cinco con alguno, pero fue ignorada. Ella volvió a exhalar y termino cruzando los brazos—. Ancianos aburridos...

—La jefa te espera en el muelle, ve ahora.

Siguió la orden del oficial— Disculpa, puedes...

—Oh, perdón. —cerro y abrió su palma volviendo el hielo agua y liberando a las personas.

Siguió su camino, no estaban lejos del agua, apareció trozos del suelo para subir a los tejados y mirar a su derecha, un barco enorme se encontraba embarcado, separo sus labios soltando una exclamación ligera de asombro. Era enorme, siguió corriendo y en poco alcanzo a ver a su jefa subiendo a detenidos en un vehículo.

Se detuvo al momento de ver al equipo Avatar reunidos, se oculto tras una chimenea, sentía los nervios apoderarse de su cuerpo. Paso un tiempo desde la última vez que los vio y no fue un lindo momento para recordar ahora. Inhalo profundo y libero todo por la boca en largos segundos, calmando su acelerado corazón.

Decidió bajar cuando ya todos se estaban yendo.

—Llegas tarde, niña.

—Lo siento. Estaba descongelando a unos idiotas —puso las manos tras su espalda y se mantuvo firme.

—Te necesito esta noche en la manifestación de la Tribu Agua.

—Entendido.

—¡Terra! —alguien salto encima de su espalda. Sus reflejos actuaron y tomaron el brazo del chico para tirarlo hacia adelante— E-Eso dolió...

—¡Bolin! ¡Perdón, ¿estas bien?! —lo ayudó a ponerse de pie.

—No puede ser... Estas bien, estas aquí. Pensé que tu... te habías ido.

—La jefa Lin me dio una oportunidad —sonrío hasta la mujer que hablaba con sus hombres—. Me siento bien ahora...

—Me alegra verte. Estas... diferente.

—¿Tu crees? —con una mano acomodo su cabellos dorados— Sigo en periodo de prueba así que no porto el uniforme, pero creí que debía vestirme mejor. Y la señora Beifong me sugirió un corte mejor, ya sabes... Puede ser molesto el cabello largo durante el deber.

—Te ves genial... ¡Oye! Debes acompañarme esta noche, tengo mucho que contarte.

—Me gustaría. Pero debo trabajar...

El ánimo de Bolin decayó en momentos— Oh... Cierto. Entiendo.

—Nos veremos luego, supongo. —se despidió del chico y corrió hasta el resto de oficiales.

—¡Yo puedo ayudar!

Bolin, Terra y Lin giraron por el grito repentino del dueño del barco; Varrick.

Bolin, Terra y Lin giraron por el grito repentino del dueño del barco; Varrick

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𝑇𝑒𝑟𝑟𝑎 | ᵇᵒˡⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora