𝑇𝑒𝑟𝑟𝑎 | ᵇᵒˡⁱⁿ

10

Miro el océano desde lo alto por estar encima de un bisonte volador, regreso a su lugar con Bumi a su lado contando unas de sus tantas historias. Realmente no le prestaba mucha atención, solo miraba el paisaje mientras se dirigían a Ciudad República.

Su sonrisa se fue borrando al sentir la presencia de alguien más a su otro costado, un hombre de ropas blancas y cabello oscuro la observaba fijamente.

—Señor Bumi... ¿Alguien más venía con nosotros? —estiro el brazo hasta el mayor, pero todo desapareció.

Se movió para ponerse de pie, estaba en un ambiente diferente, era un bosque pero, sentía una vibra extraña. Comenzó a caminar sin un sentido alguno, cada paso que daba solo se adentraba más y más.

—¡Hola! ¡Alguien!

—Todo lo que hice fue en vano, ¿termine volviéndome una chica?

Giro sobre los pies al oír una voz, de entre las sombras una persona se hizo ver poco a poco.

—¡Eres el de antes! —apunto al hombre que apareció frente a ella.

—¿Tu eres mi otra vida? Te vez... frágil y pequeña.

—¡Oiga! Usted se ve... Rayos. Esta joven, no tengo nada —decidió ver de nuevo sus alrededores—. ¿Donde estoy?

—¿Sabes quien soy, no? —Terra negó con la cabeza— Soy tu, de hecho, tu vida pasada. Mi nombre no es relevante ahora, solo debes saber una cosa.

Terra retrocedió cuando él se fue acercando, miró tras suyo por chocar con un árbol. Volvió su mirada hasta el hombre.

—Mata al Avatar.

—¡No! Eso es... ¡Esta mal! ¡El Avatar está para ayudar a la gente y buscar la Paz!

—¡El Avatar solo engaña!

—¡Aléjate de mi! —lo empujo al instante y salió corriendo. Unas lagrimas bajaban por sus mejillas, cubrió sus oídos al oír un pitido agudo en todas partes.

—Mata al Avatar.

—Mata al Avatar.

—Mata al Avatar.

Diferentes voces entraban en su cabeza por más que tapara sus oídos, todo le daba vueltas, sentía que caminaba en círculos. Su respiración se fue acelerando, sujeto su pecho al sentir su latido acelerarse.

—¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállense todos!

Sentía frío, miedo, temblaba sin pagar arrodillada en el suelo. Se sentía cada vez más pequeña e indefensa. Alcanzaba a ser su propia respiración por la baja temperatura en el bosque.

—Basta. Por favor, basta... Cállate.

—Son molestas al principio, ¿no? —Terra levantó la mirada por una voz. Era un chico joven de tez morena y ojos verdes— Pero luego te acostumbras, bueno, de hecho no. Solo se hacen menos fuertes con el tiempo...

—Quien... ¿Quien eres?

—Mi nombre es Lee, mucho gusto, Terra.

—¿Me conoces?

—Soy tu vida pasada, aunque, millones de años atrás. Vamos, te ayudare... —le tendió la mano que acepto con gusto. En un parpadeo todo el entorno cambio, el sol brillaba en esa pradera.

—¿Donde estamos? Ese hombre solo me dio miedo.

—Kenn. Es el primero de todos, domina Tierra y Agua Control como tu.

—No lo entiendo...

Lee tomo asiento en el césped, la rubia lo imito— Seré breve y usaré palabras no tan confusas. Al igual que el Avatar que reencarna en diferentes vidas, nosotros también podemos. Podemos dominar más de un elemento, imagina la combinación que quieras, pero si posees tierra y agua entonces Kenn te quiere.

—¿Me quiere?

—Yo manejo Viento y Fuego —levantó ambas palmas dando palabra a lo que decía—. Después esta el resto pero no hay tiempo para ello. Kenn te quiere porque dominas lo mismo que él. Tierra y Agua.

—Pero yo... No recuerdo nada.

—Sabes quien eres, solo debes buscar en tu interior. En todas las generaciones Kenn busca a gente como él y tu. Los manipula para entrar en sus mentes y estar en contra del Avatar.

—¿Por qué lo odia tanto?

—Por poder, Terra. Quiere ser relaciona único con más de una habilidad, por eso busca a personas como tu. Porque están más conectados por dominar lo mismo, quiere llevarte al lado oscuro.

La de mirada azulina miró el suelo, frunció el ceño— Entonces... en vidas pasadas, las personas que dominan Tierra y Agua estaban en contra del Avatar porque Kenn logro persuadirlos. —recibió un asentimiento de Lee.

—No debes dejar que entre en tu cabeza.

—¿Y como logro eso?

—Bueno... Todo depende de ti realmente. Busca aquí —pico su frente y luego un costado de su pecho donde se encontraba su corazón—, y aquí... ¿Soné cursi? Creo que si...

El cielo se volvió oscuro de pronto, truenos sonaban en todas partes y el viento soplo con fuerza. Ambos se alarmaron cuando oyeron una sonora risa

—¡Terra!

—¡Lee! —cuando lo busco con la mirada el hombre desapareció como humo. Se puso de pie, escuchaba risas por todos lados. Comenzaba a temblar de nuevo.

—No creí que te encontraría rápido. Ese Lee es un fastidio, aparece en momento inoportunos.

—Te dije que debíamos encerrarlo. —un hombre más apareció en la pradera.

—Se los dije cuando apareció, si moría pronto habría otro. Pero no quisieron.

Cuando menos lo espero ya estaba siendo rodeada por tres hombres, pero las voces le hacían pensar que eran más.

—Mata al Avatar, Terra.

—Debes vengar nuestras muertes.

—Hazlo.

—Hazlo.

—Tienes el poder. Mátala.

—Mátala.

—¡Mata al Avatar!

Cuando abrió los ojos se encontraba encima del bisonte de Tenzin, exhalo un largo segundo, se bajo del animal y miró el edificio rodeado de personas y grande luces. Su mirada decayó en Korra quien hablaba con dos personas, inclino la cabeza. Levantó su brazo derecho hasta la chica, entre cerro los ojos y una sonrisa apareció en su rostro.

—¡Terra! ¡Que bueno que apareciste! Estaba tan preocupado. Desapareciste y nadie sabia nada de ti.

—¿Que? Recuérdame tu nombre...

—Vamos, deja tus bromas. Lamento no buscarte pero, ya sabes... La vida de una estrella es ocupada.

Terra curvo una ceja, volvió a fruncir el entrecejo y apuntar su mano a Korra. Pero el chico se puso de nuevo en frente.

—Apártate, chico.

—¡Vamos, Terra! ¡Soy Bolin!

Y como si todo hubiera sido preparado, fuegos artificiales fueron lanzados detrás de ambos, el brillo en los ojos de Terra volvió al igual que un color en sus mejillas. Sentía como su corazón latió más rápido de lo normal.

Le gusto esa sensación, era cálida.

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Conocer antepasados de Terra. Bolin salvando el día sin saberlo.

Que pasara ahora?

Descubrelo aquí!

Viva Bolin!