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Observo el puesto de comida desde la esquina de la calle, su estómago rugía por comer, paso la noche en vela por huir de la policía de Ciudad República. Estiro los brazos para su próximo movimiento, respiro hondo y al abrir los párpados se asusto.

—¡Idiota!

—¡Lo siento! ¿Te encuentras bien? —le dio la mano para ayudarla a ponerse en pie. Terra sacudió sus prendas con el ceño fruncido.

—¿Que haces aquí? ¿Como me encontraste?

—Bueno... Desde el primer día que te conocí te busque por todas partes. —el Maestro Tierra jugaba con sus dedos, se encontraba nervioso. Terra sacudió su cabello algo molesta.

—Escucha...

—Bolin.

—Escucha, Bolin. No tengo tiempo para hablar contigo, así que vete. Ahora.

—¡Te invito a comer!

—No. —Bolin comenzó a seguirla cuando ella de alejo de la plaza con puestos. Oculto su cabeza con la capucha de su abrigo. Sentía los pasos del chico aún detrás de ella.

—¡Ah! —el Maestro Tierra cayó por chocar con un muro de tierra. Sobo su nariz unos segundos, cuando levanto la cabeza ella ya no estaba en su campo de visión. Rodeo esa pared buscando a la rubia en alguna esquina, aunque no pudiera verla, Terra lo seguía desde lo alto.

Bolin la dio por desaparecida otra vez. Pasarían semanas hasta poder encontrarla de nuevo, le pareció linda el primer segundo que la vio, y fuerte

Los días pasaron y ahora entrenaba para el proximo Pro-Control. Elevo su brazo levantando un disco y de una patada lo lanzó.

—Sabes... Si curvas el brazo hacia arriba podrás darles en el hombro y que pierda el equilibrio.

—¡Maestra Tierra! —Bolin observo a la rubia en la entrada del gimnasio. La chica levantó el brazo a modo de saludo.

—Aunque no se si es un golpe ilegal. Ya veras tu que harás. —se acercó poderse a su lado y miró la red que detenía los discos de tierra.

—¿Te gusta el Pro-Control?

—Nah. Lo escucho por la radio de vez en cuando. —dio un golpe para lanzar un disco de tierra. Bolin comenzó a imitar los movimientos.

—Nunca me dijiste-...

—Terra. —giro sobre su eje con una patada y tiro el último disco contra la red.

—¡Eres increíble, Terra!

—¿Ah? ¿Q-Que? —retrocedió un paso al tenerlo demasiado cerca. Sus mejillas se pusieron coloradas por su repentino alago.

—¡Si! Eres fuerte, divertida, ágil y sobre todo sabes Tierra Control, como yo. ¡Seremos mejores amigos!

—B-Bueno... —no sabia como responder a sus palabras. Observo con detenimiento la expresión de Bolin, seguía hablando sobre sus habilidades y como trabajarían juntos.

—Por cierto.

—¿Si?

—Te invito al mejor lugar de comida de toda Ciudad República, se que lo amaras. ¡Vamos!

Levantó la mirada cuando empezó a escuchar, la venda en sus ojos evitaba que viera quien era

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Levantó la mirada cuando empezó a escuchar, la venda en sus ojos evitaba que viera quien era. Solo escuchaba sus pasos y la puerta de su celda abrir.

—Nami, hija de Amon. Pero veo que ahora prefieres ser llamada Terra.

—Me gusta más ese. Queda conmigo y a Bolin le gusta, jefa Beifong.

Lin frunció el entrecejo, le quito la tela que cubría sus ojos y la rubia pudo parpadear hasta acostumbrarse a la luz, aunque no era mucha.

—Lamento que mi padre le quitara los poderes. Pero seguro el Avata Korra pudo devolverlos, ¿no?

—Sabes mucho, ¿no es así? —Terra alzó los hombros— Me dirás todo tu historia con tu padre, ahora.

—Vaya. ¿Quiere un flashback de toda mi vida o la parte corta con palabras? —la mirada fría de Lin respondió por si misma. La adolescente se acomodo en el suelo, aunque era molesto con las manos esposadas en su espalda— Mi padre es Amon, mi madre Iara. Cuando tenía... seis, mi padre mato a mi madre, me entreno todos estos años y fin.

—No estoy para juegos, niña. —advirtió la mujer.

—Bien... Hace un año decidi huir y vivir por mi cuenta, como sabrás ya mi historia de robos... Luego conocí a Bolin huyendo de tu gente y el resto es historia. Mi padre me encontró, amenazó y obligó a volver. ¿Que podía hacer? Es mi padre, a fin de cuentas me dio la vida, cuido y protegió cuando era una niña...

—¿Es todo?

Medito un momento, aparto su mirada de la mayor y asintió— Es todo. ¿De cuanto es mi condena? Llevo días aquí, eso creo. ¿Todos están bien?

—Todo volvió a la normalidad. Ahora dime donde se esconde tu padre.

—Yo... No tengo idea. Solo desapareció y me dejo aquí —sabía lo que pasó, pero no sabía porque no solo decir que murió. Una parte de ella sentía que seguía por ahí—. Entonces me entregué y me encerraron.

—Espero que digas la verdad, niña.

—¿Ya todos lo saben? Es decir, ¿saben que me entregué?

—Solo nosotros. No se dio esa información aun.

Terra se puso de pie, confundida. Ya esperaba oír el rumor de que ella misma se dejó capturar y encerrar por la policía de Ciudad República.

—Esconde algo...

—Sígueme.

—Espera, ¿que? —sus esposas se abrieron dejándola libre. Sobo sus muñecas mientras veía a la jefa Lin. No dudo mucho en seguir el paso saliendo de la celda.

—Solo lo diré una sola vez, niña —fue guiada hasta una oficina cerrada. Lin Beifong rodeo el escritorio y puso los brazos tras su espalda. Terra observo su alrededor, en el camino no se noto ni vio a alguien de la policía. Eran solo ellas dos—. No me decepciones, ¿de acuerdo?

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Terra será libre? Tendrá que irse?

Que pasada ahora?

Descubrelo aquí!

Viva Bolin!

𝑇𝑒𝑟𝑟𝑎 | ᵇᵒˡⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora