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Estado: Hola dios, soy yo de nuevo me va a ir mejor en el bote por secuestro





Jk.


Me encontré en la pastelería con Seokjin y Jimin, disfrutando de unos dulces que Seokjin había preparado especialmente para nosotros. La tarde iba tranquila, llena de bromas y risas, como era costumbre cuando los tres estábamos juntos. Jimin, con su humor surrealista, se dedicaba a contar historias cada vez más inverosímiles, y yo me limitaba a observar con una sonrisa, acostumbrado a sus excentricidades.

Esta chiquito se le altera la realidad a veces.

—¿Sabías que el otro día vi a un pato cruzar la calle, y estoy convencido de que estaba mirándome mal por observarlo cruzar—dijo Jimin, con total seriedad—. Lo juro, su mirada decía que me miras, humano. Un pato rebelde, lo llamé.

Seokjin rió mientras servía más té, y yo negué con la cabeza, intentando contener una carcajada.

—Siempre con las historias raras, Jimin —comenté, mientras él me dedicaba una mirada que decía "no lo sabes todo, Jungkook".

La conversación dio un giro cuando Seokjin mencionó a la familia Kim.

—Es increíble cómo los Kim siempre tienen algo que decir sobre nosotros —comentó, cambiando el tono—. Siempre tan rápidos para juzgar, especialmente al pobre Jungkook.

Me juzgan porque no le agradeci a Beyonce el dia de mi cumple verdad?

Suspiré. No era la primera vez que escuchaba algo así. Los Kim, especialmente los padres de Taehyung, siempre habían tenido algo que decir sobre nosotros, ya fuera por nuestra forma de vida, la posición de mi padre como alcalde, o cualquier cosa que les pareciera "pecaminosa" a sus ojos.

Parezco verg.... que no me sacan de su boca.

Perdóname diosito pero ellos no ayudan.

—No es nada nuevo —respondí, encogiéndome de hombros—. Ya estoy acostumbrado. Al final del día, no importa lo que piensen. Yo soy quien soy, y ellos no lo pueden cambiar.

Pero justo cuando intentaba cambiar de tema, Jimin se lanzó con una idea propia.

Jimin piensa ahí donde lo ven.

—Pero Taehyung no es igual a sus padres —dijo, repentinamente serio—. He estado hablando con él, y te lo digo, está más perdido que un unicornio en medio de una fábrica de chicles. Solo necesita una oportunidad.

De que se fumara Jimin para hablar tanta pendejada junta.

Seokjin me miró, intrigado, esperando que dijera algo. Yo me quedé pensativo. Sabía que Taehyung había crecido en un ambiente donde todo estaba controlado y marcado por reglas estrictas, pero aún no estaba convencido de que fuera tan diferente de sus padres.

—¿Sabes qué? —dije finalmente—. Taehyung me pidió disculpas en el festival. A espaldas de sus padres, claro. Fue rápido, pero parecía genuino. Creo que realmente no está de acuerdo con todo lo que ellos dicen.

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