Estado: Estoy cansado de todo hasta de mi mismo.Muchas veces me pregunté por que las personas nunca se quedaban conmigo.
Pero con el tiempo entendí que me solían abandonar porque no soportaban estar junto a alguien que se la pasaba deprimido todo el tiempo.
Con alguien que hacía chistes con querer quitarse la vida, aunque tus chistes se volvieran una opción en las madrugadas.
Para ellos era desgastante estar con alguien que en cualquier momento podía dejar el mundo.
Y no los culpo.
Yo también me hubiera abandonado.
Y no sabía porque Jimin no lo hacía.
Jungkook cerró la puerta de su habitación con un leve golpe, el sonido resonó en el silencio oscuro de la casa. Su cuerpo tambaleante apenas pudo mantenerse firme mientras se dejaba caer sobre el borde de la cama, con la cabeza gacha y las manos temblorosas. Sabía que no era el alcohol lo que lo hacía tambalearse. No... el dolor, la soledad, las dudas. Todo eso estaba ahí, mucho antes de que tomara su primer trago esa noche que al inicio había sido feliz pues estar con sus amigos lo hacían feliz.
El odiaba ese sentimiento tan caótico que regresaba cuando sentía la mínima gota de felicidad.
El eco de las risas de la feria seguía retumbando en su mente. Risas vacías, burlas disfrazadas de bromas. Los rumores. Las miradas. Jungkook sintió que el pecho se le encogía, como si estuviera siendo aplastado lentamente. Se dejó caer hacia atrás, mirando el techo, pero su visión se nublaba por las lágrimas que no podían esperar más.
—¿Por qué siempre termina así? —susurró, aunque no esperaba una respuesta. Nadie estaba allí para escuchar.
El nudo en su garganta se rompió y las lágrimas cayeron, silenciosas al principio, pero pronto su llanto fue incontrolable. Un llanto profundo, lleno de años de dolor, de recuerdos que nunca habían sanado realmente. A sus 19 años, el peso de las miradas y los susurros seguía siendo tan aplastante como cuando era niño.
¿Qué hice mal?
¿Por qué todos me miraban como si tuviera algo... roto?
Los recuerdos comenzaron a arrastrarlo. Tenía 12 años cuando todo cambió. Las bromas entre amigos, las charlas durante el recreo, las risas compartidas... todo eso se fue desvaneciendo, reemplazado por susurros, por miradas de desconfianza.
–Aléjense de Jeon, es un desviado–.Gritó el niño
–Mi mamá dice que puede ser contagioso.
–Mis padres dicen que el es un anormal!
Tantas palabras crueles dichas por niños hacia un niño de 12 años.
Palabras que eran aprendidas por sus propios padres.
Jungkook podía sentirlo aún tan vívido como si fuera ayer. Cada vez que entraba al salón de clases, sus compañeros lo miraban como si estuviera infectado. Como si lo que sentía, lo que empezaba a descubrir sobre sí mismo, fuera algo sucio.
—No te acerques a Jungkook... algo en él está mal. —recordaba las palabras con claridad, esas que lo marcaban una y otra vez.
Se llevó las manos al rostro, cubriendo sus ojos como si eso pudiera bloquear el dolor, pero era inútil. Esos primeros días de rechazo habían sido solo el comienzo. Con el tiempo, las amistades que alguna vez valoró se fueron disolviendo, uno por uno, hasta que se quedó solo. El vacío que se formaba en su pecho cada vez que alguien lo ignoraba, cada vez que escuchaba risas a su alrededor y sabía que hablaban de él... ese vacío había crecido tanto que pronto no dejó espacio para nada más.
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Best of me
FanfictionAquel dia en el que Kim Taehyung fue llevado accidentalmente a la fiesta de aquella marcha colorida conocida como la marcha LGBT. Fue el mismo dia en el que Jeon Jungkook le gritaba a los cuatro vientos que era gay ganándose miradas de repudio sobre...