Best of me

4.

Estado: Siento que explotare y eso me aterra.

El silencio en casa era casi abrumador. Me senté en el sofá de la sala, mirando hacia la ventana sin realmente ver lo que había afuera. Un nudo de ansiedad comenzó a formarse en mi estómago, uno que conocía bien, pero que nunca lograba comprender del todo. Era como si las paredes de esta casa, que habían sido mi refugio durante años, se volvieran sofocantes.

¿Realmente era mi refugio este lugar tan asfixiante?

¿Qué estoy haciendo con mi vida? pensé, mientras mi mente empezaba a repasar todo lo que había vivido en los últimos días. Esa fiesta, las risas, la libertad momentánea... y luego la culpa que había llegado como un torrente imparable. Mis padres no entenderían nunca lo que estaba sintiendo, y honestamente, ni yo lo entendía, me sentía tan confundido. La voz de mi madre siempre me rondaba la cabeza: "Todo lo que hacemos es por tu bien, Taehyung. Tú no sabes lo que es mejor para ti." Había crecido escuchando esas palabras una y otra vez. Era como si siempre hubiera estado viviendo dentro de una burbuja diseñada cuidadosamente por ellos, donde no tenía espacio para respirar ni pensar por mí mismo.

Y lo peor esque nunca quise aceptarlo.

Me levanté del sofá, caminando de un lado a otro por la sala, incapaz de calmar la inquietud que sentía. ¿Cómo llegué hasta aquí? Todo el tiempo que había pasado obedeciendo, siguiendo reglas que ni siquiera entendía. Me sentía atrapado, pero a la vez culpable por sentirme así. Después de todo, mis padres solo querían protegerme, ¿verdad?

Ellos lo hacían por mi bien.

Ellos me amaban, aunque no sabían demostrarlo...

Mi madre me amaba. Su amor, aunque innegable, era asfixiante. Me mantenía bajo su control constante, como si cada decisión que tomará estuviera sujeta a su aprobación. A veces sentía que no me veía como una persona independiente, sino como un reflejo de sus propios miedos y expectativas. Había momentos en los que solo quería gritarle que me dejara en paz.

Solo quería paz

Lejos de ellos...

Suspiré y me dejé caer de nuevo en el sofá, sintiendo cómo las lágrimas empezaban a acumularse en mis ojos. Sabía que no debía llorar. Desde pequeño, mi padre siempre me había repetido la misma frase: "Los hombres no lloran, Taehyung. Eso te hace ver débil, los demás no pueden ver lo débil que eres." Y aunque no lo decía con dureza, siempre me hacía sentir que mis emociones eran insignificantes, que no tenía derecho a sentirme débil. Él me quería, lo sabía, pero no sabía cómo demostrarlo de una manera que no doliera. Cada vez que trataba de abrirme o mostrarle mi vulnerabilidad, solo terminaba sintiéndome peor, como si mis sentimientos no fueran válidos.

¿Cómo iba a hablar con él sobre lo que me pasaba por la cabeza si ni siquiera podía llorar delante de él sin ser regañado?

Las lágrimas cayeron silenciosas por mi rostro mientras enterraba la cabeza en mis manos. El peso de la soledad era demasiado. No tenía amigos

¿Y ahora qué? Aquí estaba, solo en una casa que se sentía más como una prisión que como un hogar, con un corazón lleno de cosas que no podía expresar.

—¿Taehyung? —la voz fuerte de mi padre me sobresaltó, haciéndome levantar la cabeza de golpe. Ni siquiera me había dado cuenta de que ya estaba en casa.

Rápidamente, me pasé la mano por la cara, secándome las lágrimas, pero era demasiado tarde. Él ya había visto mi rostro enrojecido.

—¿Qué haces? —preguntó, su tono más irritado que preocupado.