Estado: Borracho casi cayendo a estado etílico.
Camino por la casa en silencio, intentando hacer el menor ruido posible. Mis padres están en las habitaciones, leyendo la Biblia, como lo hacen cada noche antes de dormir. A veces me pregunto si alguna vez han cuestionado siquiera una palabra de lo que leen. Para ellos, la fe es inquebrantable, sólida como una roca.
Para mí... no tanto.
El eco de la música, los colores brillantes y las sonrisas libres de aquella celebración aún revolotean en mi mente. Mi pecho se siente apretado, casi sofocado por la culpa que ha crecido desde que crucé las puertas de casa después de esa celebración . ¿Qué estaba pensando al quedarme? ¿Cómo pude ser tan débil?
Me acuesto en la cama, pero las imágenes vuelven: Jimin, aquel chico rubio de mejillas sonrosadas, arrastrándome entre la multitud. Las carcajadas, la euforia, y ese extraño sentimiento de pertenencia que, por un momento, yo mismo aceptando alcohol, hablando y riendo con ese rubio, todo eso me hizo olvidar quién soy. Quiero olvidarlo, pero no puedo. Cada vez que cierro los ojos, la culpa pesa más.
A la mañana siguiente, trato de actuar con normalidad. Salgo de casa temprano, intentando despejar mi mente antes de que mi madre me bombardee con preguntas, no quería que viera mi cara de cadáver reviviendo de su primera borrachera, ya hasta verguenza me da pedirle perdón a dios. Necesito hablar con alguien que no me juzgue... o al menos que se burle de mí para que todo esto parezca menos grave.
Pero nadie estaba ahí.
Y eso dolía, me sentía tan solo en un lugar lleno de personas.Quería que alguien resolviera mis dudas.
—¡Taehyung! —grita una voz familiar al otro lado de la calle.
Es Jungkook, el hijo del.... ya saben de quien es hijo para que repetirlo, caminando despreocupadamente como si no tuviera una sola preocupación en el mundo. Se acerca a mí con una sonrisa pintada en el rostro.
—Te vi anoche —dice sin preámbulo, cruzando los brazos frente al pecho—. ¿Qué hacías en la fiesta? ¿Te divertiste? no sabia que te gustaban las fiestas o salir de tu casa—Preguntó sonriendo.
Siento que mi cara se pone roja de inmediato. Jungkook siempre ha tenido esa habilidad de ir directo al punto sin ningún tipo de sutileza.
O eso decían los que lo conocían.
Yo escuchaba conversaciones ajenas.
—No estaba allí por eso —murmuro, intentando no sonar a la defensiva, aunque por dentro me estoy quemando de vergüenza—. Fue un error eso es todo, un chico me arrastro hasta esa marcha y después al edificio.
—Claro, claro —responde él, con esa risa burlona que lo caracteriza—. Seguro te arrastraron sin que te dieras cuenta. "Oh no, por favor, no me lleven a esa fiesta llena de gente enferma, de la abominación". —Hace un gesto exagerado con las manos, como si fuera yo suplicando.
Aquella palabra me quemo.
Abominación.
Sonaba tan cruel.
—No es gracioso, Jungkook. Lo digo en serio. No debí quedarme. Si mis padres se enteran...
—Tus padres —interrumpe él, dando un bufido—. Siempre es lo mismo. Si mis padres, si Dios. ¿Y tú qué? ¿Alguna vez piensas en lo que tú quieres?, Taehyung los padres no lo son todo, ellos ya vivieron su vida deben dejar que vivas la tuya caray!
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Best of me
FanficAquel dia en el que Kim Taehyung fue llevado accidentalmente a la fiesta de aquella marcha colorida conocida como la marcha LGBT. Fue el mismo dia en el que Jeon Jungkook le gritaba a los cuatro vientos que era gay ganándose miradas de repudio sobre...