Capítulo 12

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Ese día en el jardín de Felix, marcó un antes y un después en nuestras vidas y en mis sentimientos, ahora Felix no era un amigo especial, ahora Felix un hombre por el que yo estaba atraído y eso se sentía tanto como incorrecto, como perfecto.

Salí de la oficina después de rebuscar los nombres de todos mis guardias que un día fueron despedidos, ahora era que me asombraba y caía en mí el entendimiento de la razón por la que mi guarda tenía tan pocos hombres, Chan y otros seis más eran los únicos que estaban encargados de protegerme, contrario a mi hermano que su guarda parecía casi un batallón ¿quién estaba tramando esto? Era una pregunta que aún no había podido resolver.

Pensé que había sido Seok, el sirviente rebelde, pero mi sospecha fue descartada cuando seguí todos sus pasos y me di cuenta entonces que la única razón por la que había robado a mi padre había sido por la enfermedad de su hija y sus pocos recursos para cubrir sus gastos, ahora me parecía injusto su despido y es por eso que estaba en marcha a su casa para devolverle un puesto en el castillo, quizás ser el guardia de las mazmorras no ganaba tan bien como cuando era consejero del rey, pero peor era quedarse totalmente en la pobreza.

Bajé de mi caballo y toqué la puerta insistente, sus esposa salió y abrió sus ojos con asombro al verme parado frente a su hogar.

- Su majestad - ella se agachó en una reverencia y me veía con miedo - ¿En qué le puedo ayudar?-

- ¿Está tu esposo mujer?- pregunté cortes, ella asintió casi con temor

- Está.....está en el patio, señor, alistando unas cosas para venderlas en el mercado-

Asentí y la seguí cuando comenzó a guiarme a través de la casa, una casa sencilla y humilde, con pocas pertenencias, se notaba mucho que la enfermedad de su hija había llevado a la familia a la pobreza.

- Seok- llamé

El hombre giró a verme y me sorprendió el contraste de su apariencia ahora mismo con la última vez que lo miré, su porte intimidante y sus ropas caras se habían ido, ahora se veía demacrado, gastado y casi enfermo.

- Majestad-

El me vio sorprendido y hizo una reverencia de inmediato, me acerqué más a él, mis botas sonaban en el concreto, cuando estuve más cerca de él fue que me di cuenta de la carreta en donde llevaba muebles y cosas de valor que un día fueron parte de su casa.

- Seok, vengo a pedirte una disculpa por tu injusto despido, mi padre debió darte un préstamo por tus años de servicio en el castillo, así que eh venido a ofrecerte un trabajo como guardia de las mazmorras-

- Yo, gracias señor-

Sus ojos se llenaron de lágrimas de agradecimiento y me compadecí mucho, nos despedimos acordando su integración al castillo al día siguiente y de ahí me puse en marcha a la morada de Lee Minho, tenía un favor que pedirle.





















En los ojos del reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora