Capítulo 18

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Las horas pasaban de manera tortuosa para mi, mi cuerpo dolía tanto que hasta respirar se me hacia difícil por las innumerables veces que me habían golpeado....deseaba tanto desistir y al fin ponerle fin a mi tortura, mi padre había muerto, mi madre no era mi madre en realidad, eso dolía, si seguía en pie solo era por la sencilla razón que mi querido pintor dulce me estaba esperando afuera, cuanto ansiaba fundirme en sus brazos.

— Llegó tu hora, querido príncipe — la burla en la voz de ese guardia me daban náuseas

Lo miré con resentimiento y escupí su cara en el momento exacto en que el que agachó a soltarme, me dio una bofetada que me hizo mirar a un lado, apreté mi mandíbula con fuerza y entre dientes le dije.

— Te juro por lo que más quieras que serás el primero que mate cuando tome de nuevo la corona— su carcajada le siguió a mis palabras

— ¿Tu corona en el infierno? Porque es ahí para donde vas—

Sin más me levantó del suelo y me llevó a rastras hacia mi condena, no estaba preparado para soportar esto, pero tenía que aparentar que si lo estaba, no podía dejarlos ver que habían ganado, aunque comenzará a sentir que así era.

La reina estaba parada justo en el podio cuando llegué,  Jisung a su lado ya tenía la corona puesta y me veía desde lo alto, más su mirada no la supe interpretar.

Miré al frente entonces, todo el pueblo está ahí, nobles, reyes vecinos y toda la aristocracia, más ninguno me importaba, no hasta que me tope con dos pares de ojos qué me veían sorprendidos, sin embargo me alivio que el cariño en sus ojos aun no había desaparecido, los padres del hombre que amo estaban aquí para ver mi muerte.

— Querido pueblo, vecinos, amigos— la reina miró al frente con fingida pena, la aborrecía — Estamos aquí hoy no solo por la coronación de mi querido hijo Jisumg, quien pese a ser tan joven a tomado el liderazgo, se que muchos se preguntan donde está el rey y es por esa razón que tenemos a nuestro hijo mayor así — me señaló y el público ahogo un jadeo

— El anteriormente heredero a la corona, Seo Changbin, queda destituido de su puesto por los siguientes delitos— una lagrima rodó por su mejilla, era buena actriz— Ha engañado falsamente con un compromiso a la princesa Shin Yuna, para luego engañarla con un hombre, Ha despedido injustamente a decenas de guardias y empleados del castillo y hurtó la caja real.....por último....asesinó al rey en sus ansias de convertirse él en uno—

¡Justicia! ¡Asesino! Se escuchaba en el público, me abucheaban como a un sucio criminal y me arrojaba basura, lo aguanté todo hasta que Jisung tomó la palabra, la reina sonreía pensando que mi hermano estaba de su parte.

— Querido público, han escuchado los cargos hacia mi hermano— volteo a verme y me sonrió de manera imperceptible — La reina ha reunido éstas pruebas con la intención de condenarlo, pero yo también he reunido algunas— al decir esto la reina pareció sorprendida

— Mi hermano no engañó a la princesa, por la sencilla razón que jamás estuvieron juntos — la princesa emergía del público y se paró a su lado

— Es cierto, jamás acordamos una boda y mis platicas con él fueron en su mayoría triviales, Seo Changbin es libre de este crimen— agradecí a Yuna en silencio

— Segundo, esta es la persona que se supone ha cometido el acto de infidelidad con mi hermano — Mi querido Felix venía entrando con sus amigos

— El príncipe y yo solo tenemos una amistad sincera, además que él se disculpó y les dio un reconocimiento por su injusto despido a mis amigos— la reina parecía una serpiente acorralada, los guardias ña estaban rodeando — Y por último él no puede haber asesinado al rey debido a que estaba conmigo, en la casa del pintor Lee Minho cuando todo sucedió —

Minho, sus sirvientes y muchas personas a las que había recompensado subieron y dieron su testimonio,s el pueblo parecía abochornado y los padres de Felix me veían con orgullo, ahora sé que nunca dudaron de mí.

— Mi hermano no asesinó al rey, lo hizo la reina con esto— Jisung levantó el veneno usado y todos abuchearon a la reina— Kim Seungmin enseña el cuadro

Seungmin enseñó el cuadro, lareina y el general estaban pintados de tal manera que tenían intimidad sobre el cadáver de mi padre, un escena grotesca pero que aclaraba quienes habían sido los verdaderos culpables.

— Yo renuncio a esta corona que no ne pertenece, el rey Changbin será el que decida el futuro de estos criminales—

Me soltaron y Jisung vino a abrazarme enseguida, Felix me veía con orgullo y la reina maldecía mientras la llevaban arrastras a las celdas, junto a su amante, ahora todo estaba resuelto, sin embargo yo sabía que no todo se había arreglado, no cuando Felix y yo nos sentíamos tan lejanos.

En los ojos del reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora